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Dennis Blair, ex director nacional de Inteligencia de Estados Unidos. | Foto: AP

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Inteligencia de EE.UU.: ¿monstruo inmanejable?

El pasado 20 de mayo, renunció a su cargo Dennis Blair, el director nacional de Inteligencia de Estados Unidos. Mientras se conoce el nombre de su sucesor, algunos se preguntan si es necesario que una sola persona maneje este poderoso aparato estatal.

Alianza BBC
28 de mayo de 2010

Este viernes, fue el último día de trabajo de Dennis Blair como director nacional de Inteligencia de Estados Unidos. Ante la dimisión del funcionario, el pasado 20 de mayo, surge la duda de si una sola persona puede supervisar el enorme aparato de inteligencia de Estados Unidos.

Fuera de EE.UU., muchos deben saber qué son la CIA y el FBI. Algunos pueden incluso haber oído hablar de la NSA, las siglas en inglés para la Agencia de Seguridad Nacional, pero en este país existe una gran cantidad de organismos de inteligencia además de estos tres.

Solo la Marina estadounidense tiene dos organismos que se ocupan de la inteligencia, la Guardia Costera tiene dos más y los Departamentos de Energía y Tesoro tienen también sus propios servicios de inteligencia.

El volumen total de los organismos y el número del personal que trabaja en ellos llevan a muchos expertos a tener una visión pesimista sobre si el sucesor de Dennis Blair, que aún no ha sido designado por el presidente, puede hacer bien su trabajo.

"No estoy seguro si es posible que una persona tenga el control de toda la actividad de inteligencia ", afirmó Philip Mudd, ex analista de la CIA y del FBI e investigador de la Fundación Nueva América.

"Hay unas 17 agencias de inteligencia, las agencias de la Armada y la Marina así sucesivamente”, explicó.

"Esperar que una persona pueda tomarle el pulso a todos estos organismos para ser responsable cuando hay un fallo, como vimos en el incidente ocurrido el 25 de diciembre, no es realista", apuntó el experto al referirse al caso fallido atentado contra un avión que cubría la ruta entre Amsterdam y Detroit.

Sin poder

El puesto de director de inteligencia nacional se creó a raíz de las recomendaciones de la comisión que investigó los atentados del 11 de septiembre. En aquel momento, el objetivo era asegurarse de que las diferentes agencias de inteligencia de Estados Unidos compartían la información y coordinaban sus esfuerzos adecuadamente.

Pero el hecho de que hayan pasado tres directores por ese puesto parece mostrar que no ha funcionado como se esperaba.

El director nacional de Inteligencia "no tiene ningún poder, ninguna influencia. No puede hacer nada. No controla nada de importancia en la comunidad (de inteligencia)", apuntó Mark Lowenthal, ex secretario adjunto de Estado de Inteligencia.

"Sólo está ahí para tratar de conseguir que la gente lo escuche y para coordinar. No puede. Creo que eso se ha demostrado para satisfacción de todos", agregó.

Los servicios de inteligencia - y, por extensión, el señor Blair - fueron objeto de críticas por la supuesta trama del día de Navidad y por el ataque fallido con bomba en la plaza Times Square de Nueva York el mes pasado.

Conexiones políticas

En una reciente declaración, Blair admitió que hay todavía "barreras institucionales y tecnológicas que impiden compartir información".

Por otra parte, se ha sabido que el propio Blair tuvo un conflicto con Leon Panetta, el director de la CIA, por la designación de los representantes de inteligencia de todo el mundo.

¿Pero pueden ser resueltas las luchas de poder para que el director de inteligencia pueda trabajar?

Una opción sería simplemente la supresión del puesto. "Creo que sería una situación más realista, una solución mejor", aseguró Benjamin Friedman, investigador de defensa y seguridad nacional en el Instituto Cato.

Friedman, sin embargo, recuerda que en Estados Unidos es difícil deshacerse de las cosas del gobierno. “Con la burocracia se sabe cuándo es el nacimiento, pero la muerte nunca", añadió.

¿Vuelta atrás?

Para Lowenthal, hay razones para el retorno de la estructura existente antes de que el cargo de Blair fuera creado.

Entonces, el trabajo de coordinación de la comunidad de inteligencia central recaía en el director de la CIA.

La otra opción sería dar el control al director nacional de inteligencia sobre todas las agencias, sus presupuestos y estrategias.

"Están los que ven al director nacional de inteligencia como un zar, que debe ser el jefe de todo el esfuerzo y a quien todo el mundo debe informar", explicó Richelson.

Pero para él, "eso sólo puede llevar a una gran cantidad de luchas internas y a muchas horas difíciles".

Algunos ven a Leon Panetta como la figura más poderosa de la comunidad de inteligencia. "Hemos sido muy exitosos", afirmó Lowenthal, quien considera que el hecho de que hablen de él es un símbolo de éxito.