PELIGROSO CONCIERTO
La fusión de dos grupos terroristas alarma a los gobiernos europeos.
Precedido por una ola de atentados menores en Alemania Federal y Bélgica, el asesinato en París del General de brigada francés Pierre Audran de 55 años, el 25 de enero pasado, fue interpretado por los analistas como una señal de que se estaría inaugurando en todo el continente europeo una nueva etapa de acciones extremistas antigubernamentales concertadas internacionalmente. Lo de Audran, quien era el segundo directivo de la Delegación General para el Armamento (DGA) del gobierno francés -un complejo que emplea 75 mil personas y organiza el comercio y la cooperación internacional militar de Francia con el extranjero- fue seguido (tres días después) por un frustrado ataque con morteros a las seis fragatas de la OTAN que se hallaban fondeadas en el puerto de Lisboa.
Las de las semanas anteriores, no fueron acciones guerrilleras menos elocuentes: en Alemania Federal hubo 40 atentados desde diciembre, ejecutados aparentemente por la "Fracción del Ejército Rojo" (RAF); mientras que en Bélgica las "Células Comunistas Combatientes" (CCC) irrumpían con acciones semejantes. En París, en los mismos días, estallaron una serie de bombazos también.
Tal accionar difícilmente puede se visto como una mera coincidencia. Diez días antes de la muerte de Audran -quien tenía como misión supervisar la exportación de materiales de guerra y la formación del personal destinado a la asistencia "técnica" de los clientes de su país- la temible RAF y el grupo terrorista francés "Acción directa", llegaron a un acuerdo para fusionar sus fuerzas y formar una "guerrilla de Europa Occidental". Según revelaron en un documento de cinco páginas, tal alianza tendrá como primera tarea iniciar una serie de atentados contra la OTAN. "Hoy es posible abrir, en los centros imperialistas, una nueva fase del desarrollo de la estrategia revolucionaria auténtica, y una de las condiciones de ese salto cualitativo es crear la organización internacionalista del combate proletario en las metrópolis", advierte el documento, antes de precisar que sus objetivos serán las instalaciones de euromisiles norteamericanos, las estructura, planes, estrategias y propaganda de la OTAN, la cooperación armamentista y la Unión de Europa Occidental (UEO). Por ello es que se tiene la convicción en las capitales europeas, de que los frustrados atentados dinamiteros contra la sede parisina de la UEO, y contra una escuela militar de la alianza atlántica en Oberammergau, Alemania Federal, así como los 6 atentados contra el oleoducto de la OTAN, en Bélgica y al puerto de Lisboa, forman parte de los planes contra la "norteamericanización de Europa", de la citada alianza terrorista.
"Acción Directa", el grupo que se responsabilizó del atentado contra Audran, es una organización relativamente nueva y pequeña, nacida a comienzos de los años 70. Aunque tiene en su haber la muerte de dos policías, AD no había realizado un operativo de la gravedad y sofisticación de este último, el cual -según la Policía parisina- supuso el seguimiento minucioso de la víctima. De ser cierta la fusión de las dos organizaciones, el accionar guerrillero se podría extender a los principales centros de Europa Occidental. Se sabe que la RAF y AD tienen vínculos con los CCC belgas, con los "Comunistas Obreros por la Liberación del Proletariado" (COLP) de Italia y con alas del terrorismo vasco. Aún no hay indicios de que otros núcleos armados, como el IRA irlandés, o los separatistas corsos, estén incluidos en los planes militares de la formada alianza.
Lo que sí parece tener relación con el crimen de "Acción Directa" es la huelga de hambre que desde hace más de un mes mantienen 30 extremistas de izquierda alemanes quienes buscan así que se les reconozca el status de prisioneros de guerra y el derecho de agruparse en la cárcel. Hasta el cierre de esta nota, dos de ellos estaban al borde de la muerte. Knut Folkerts, de 33 años, agonizaba en una celda de Baja Sajonia y Christian Klar, también de 33, estaba en igual trance en una prisión cerca de Stuttgart. El 20 de enero pasado Johannes Thime, otro integrante al parecer de la RAF, murió en dicha ciudad al estallarle una bomba que intentaba plantar en un centro de informática. El gobierno de Bonn ha rechazado tales peticiones y está intentando alimentar por la fuerza a los huelguistas para impedir que éstos, de morir, se conviertan en nuevos justificativos para proseguir, con acciones aún más violentas, la ola de atentados que han sucedido ya en esa región de Alemania Federal.
La prensa alemana se preguntaba qué es lo que permite que la RAF -duramente golpeada en 1977 tras los asesinatos del banquero Jurgen Ponto, y de Hanns-Martin Schleyer, presidente de la Asociación de Empresarios, en ola sangrienta que virtualmente sacudió todo el andamiaje estatal de Alemania Occidental- se esté recuperando con sorprendente rapidez. Algunos diarios, como el Rheinische Post, sugieren que la nueva "inspiración" terrorista viene de Medio Oriente donde "media docena de "veteranos" de la RAF "reposa" en la actualidad". Otros explican que el fermento yace en el fracaso del movimiento pacifista que no pudo impedir la instalación de los euromisiles norteamericanos en el Viejo Continente. Sea lo uno o lo otro, el miedo aumenta en las calles alemanas mientras en sus editoriales los diarios se preguntan "qué flecha está a punto de disparar esta vez la RAF", la cual, en esta fase no ha actuado contra personas sino contra instalaciones militares.
Bonn, por lo pronto, ha proclamado que pone en marcha la "Fase de peligro I", mientras comienzan a aflorar, entre los países concernidos, viejas querellas. Medios de prensa italianos y alemanes sugieren ahora que Francia está pagando el precio de haber cerrado los ojos ante el fenómeno del terrorismo, al haber concedido en el pasado asilo a miembros de la RAF y de las Brigadas Rojas italianas. El único punto en que parecen coincidir las Policías de esos países es en la teoría del "explosivo belga". Dicen que la carga de los estallidos recientes procede de una cantera belga de donde fueron robados en junio pasado 685 kg. de esa sustancia industrial, la cual ha aparecido en atentados de tres organizaciones terroristas diferentes, en tres países. También aducen que la internacionalización de estos atentados es un hecho pues, fuera del explosivo belga, han encontrado pruebas de que las instructivas terroristas son discutidas en distintas capitales, que el plan de atentados contra los oleoductos de la OTAN en Bélgica formaba parte de un documento hallado el 2 de julio pasado en una "casa de seguridad" en Francfort.
Los investigadores especializados en el negocio terrorista comienzan pues a moverse por todo el continente, pero sus primeros hallazgos son desalentadores. En el centro de Wiesbaden han admitido, que la cosa es muy difícil pues de la nueva camada de terroristas "tan sólo se conocen los apodos".