Estados Unidos
Hunter Biden enfrenta en la corte al hombre que reveló el ‘laptop’ en el que se escondían las pruebas de sus excesos sexuales y de drogas
El computador es la pieza clave para entender muchos de los escándalos del hijo del presidente Joe Biden.
Para comprender por qué el “primer hijo” de Estados Unidos está en el ojo del huracán últimamente, debido a sus líos con la justicia y revelaciones sobre su vida licenciosa, hay que saber primero la historia de su laptop.
En 2020, cuando el entonces vicepresidente Joe Biden era un serio contendor Donald Trump, presidente en ese momento, los hombres de este último decidieron hacer blanco de sus ataques al hijo de su rival, Hunter Biden, conocido ya por sus problemas con las drogas.
Además, Hunter era muy cuestionado por las supuestas maniobras dudosas que habría realizado cuando trabajó para una empresa en Ucrania.
Para regocijo de los trumpistas, apareció un ‘laptop’ que él habría dejado para reparar en un taller, pero nunca volvió por él.
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Así lo afirma ahora el propietario del taller, Mac Isaac, quien se convirtió en el dueño del computador, luego de su propietario no diera más cara, años después de haber dejado el aparato.
Además, Isaac afirma que trató de comunicarse con él, pero fue imposible.
Mac Isaac se propuso reparar el computador, cuya clave de acceso le había dejado el hijo del entonces vicepresidente candidato.
Al navegar en sus mensajes de correo electrónico, descubrió que ellos tenían información que sugería tráfico de influencias de Joe Biden en favor de su hijo, entre otras posibles conductas irregulares.
Así mismo, descubrió fotos de Hunter fumando crack, teniendo sexo con prostitutas y empleadas suyas.
Cuando vio todo eso, Isaac lo reportó al FBI, que le decomisó el computador en 2019.
Pero antes de que la oficina de investigaciones recogiera el aparato, Isaac le hizo una copia al disco duro y se la entregó a Robert Costello, el abogado personal de nadie menos que Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York y a su vez abogado de Trump, además de un gran impulsor de su política.
Para ocasionarle un fuerte golpe a la campaña de Biden, el bando de Trump esperó hasta octubre de 2020; es decir, un mes antes de las elecciones, para sacar a la luz la escandalosa información, tanto escrita como gráfica y en videos del ya célebre laptop.
En especial causaron revuelo las fotos en las que él aparecía drogado, borracho o desnudo, escenas poco convenientes para el hijo de un aspirante a ocupar la Casa Blanca.
En principio, Hunter Biden negó que el computador fuera suyo. Cambió de versión y afirmó que sí le pertenecía, pero que se lo habían robado. Luego, aseguró que su información había sido ‘hackeada’.
Hace un año, Isaac demandó al hijo del presidente y otras personas, a quienes acusa de manchar su reputación, al decir que el caso del laptop era parte de una conspiración de los rusos y que él había manipulado la información de Hunter ilegalmente.
En respuesta, Hunter Biden lo contrademandó por invasión de su privacidad, ya que no le asistía ningún derecho legal a copiar y entregar su información más personal a terceros.
El “primer hijo”, como lo llaman en Estados Unidos, no solo busca que un jurado condene a Isaac por seis cargos, sino que busca una compensación por daños y perjuicios.
Este jueves, el caso tendrá un nuevo episodio, pues Hunter está citado en la corte federal de Delaware para presentar sus estados bancarios de 2019, como parte de las evidencias requeridas para que el jurado analice quién dice la verdad sobre el laptop.
El caso solo hace opacar más la imagen del único hijo varón de Biden, quien ya se declaró culpable de evasión fiscal y posesión ilegal de armas, el peor escándalo judicial protagonizado por el hijo de un presidente estadounidense.
En la pasada campaña, los enemigos políticos de su padre trataron de hacerle daño, pero a punta de rumores de corrupción y tráfico de influencias que, a la postre, no resultaron ser ciertos, según dos investigaciones llevadas a cabo por congresistas republicanos, es decir, el eterno opositor del Partido Demócrata al cual pertenece el mandatario. En últimas, Joe Biden se alzó con la Presidencia y se posesinó en 2021.
Esta vez, dicen los analistas, el efecto Hunter está por verse, pues los enemigos del presidente seguro se aprovecharán de los problemas judiciales de su hijo para mostrarlo como el padre de un fuerte violador de las leyes del país que quiere seguir gobernado, además de adicto al sexo, el alcohol y las drogas.