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Alejandro Ordóñez, exprocurador quiere ser el hombre que le devuelva al Partido Conservador la presidencia después de 20 años. | Foto: Archivo SEMANA

POLÍTICA

Ultimátum de Ordóñez al Partido Conservador

El exprocurador será candidato presidencial y quiere representar al conservatismo. Para ello exige a los congresistas del partido declararse en oposición al gobierno ‘Santos–Vargas Lleras’. ¿Renunciarán a la mermelada?

6 de febrero de 2017

El Partido Conservador no elige un presidente de la República desde Andrés Pastrana, hace casi 20 años. Eso no significa que hayan recorrido dos décadas el árido desierto de la oposición, pues seguramente los ‘godos’ no lo habrían soportado. Por el contrario, acostumbraron al país a verlos arrimados al árbol de mejor sombra. Fueron socios en los dos gobiernos de Álvaro Uribe, quien los representó a la perfección, y se conformaron con ser uno más de la coalición de Juan Manuel Santos, a la espera de alguna contribución burocrática.

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Veinte años sin gobernar parecen una eternidad para un partido político que está próximo a cumplir 200 años. En el 2018 lo ‘godos’ tendrán una nueva oportunidad para llegar a la Casa de Nariño y nunca como ahora el panorama los puede favorecer tanto. Entre otras, los sorprendentes resultados democráticos del 2016 en todo el mundo, incluido Colombia con su plebiscito, parecieron desempolvar las ideas conservadoras, y las más radicales triunfaron, por ejemplo, en Estados Unidos con la victoria de Donald Trump, y en el Reino Unido con el resultado del Brexit.

Y también, como nunca antes, los conservadores tendrían opciones reales de pasar a la segunda vuelta. Su candidata presidencial en el 2014 fue Marta Lucía Ramírez, que sorprendió a propios y extraños con casi dos millones de votos y está lista para aspirar, de nuevo, a la candidatura conservadora.

Pero quizá la carta señalada de los conservadores, la que podría suponer la clasificación a la segunda vuelta de las presidenciales, sea quien más representa en la actualidad la doctrina conservadora: el exprocurador Alejandro Ordóñez, hombre que despierta tantos odios como amores, pero que a nadie deja indiferente.

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El senador Hernán Andrade se posesionó hace tres semanas como presidente del Directorio Nacional Conservador. Y entre sus primeras gestiones se reunió con Ramírez y Ordóñez, los que de momento tienen aspiraciones presidenciales, y explorar un eventual mecanismo, bien sea una convención o una consulta, para definir un candidato propio.

Ordóñez fue el primero en responder. Este lunes llegó a la casa azul del barrio La Soledad, en Bogotá, y le entregó una carta al senador Andrade en la que puso sus condiciones para representar al Partido Conservador en las elecciones. No se trata de exigencias electorales, sino de un ultimátum que les dio a los congresistas del partido para declararse en oposición al gobierno “Santos-Vargas Lleras”.

“El Partido Conservador no puede seguir avalando la corrupción, la impunidad, la subida de los impuestos, el abuso contra los derechos ciudadanos. Las ideas conservadores se deben expresar en las elecciones del 2018 porque el pensamiento conservador está vigente y no puede estar secuestrado por la mermelada y las dádivas del gobierno”, dijo Ordóñez.

El exprocurador confía, “guarda la esperanza”, según sus palabras, de que los conservadores “rectifiquen” y que “dejen de ser el apéndice del Partido Liberal de Santos”. Espera que lo hagan en “tiempo razonable”.

Si los conservadores no se declaran en oposición, Ordóñez dice que las bases del partido, a las que pertenece, no tendrán otro camino que buscar “otros canales de expresión”.

Ordóñez reconoce que se identifica con el expresidente Álvaro Uribe en muchos temas, por lo que podría ser un camino. El otro es lanzarse a la aventura de las firmas y apostarle a su discurso para convencer a los sectores de la derecha del espectro.

Los conservadores, entretanto, saben que Ordóñez puede ser el que los lleve de la mano a la Casa de Nariño. Ya saben la exigencia, pero quedan más de 15 meses de gobierno y los parlamentarios azules parecen cómodos bajo la pequeña sombra con la que los ha cobijado el presidente Santos.

Andrade, al ser consultado por esta posibilidad, sólo reiteró que el partido estará en la Unidad Nacional hasta el 7 de agosto del 2018, en principio. Pero aseguró que le darán trámite a la solicitud de Ordóñez y la estudiarán. Para el dirigente, faltando un año y medio para las elecciones, las decisiones no pueden ser apresuradas. 

El último año del Gobierno podría ser el de las palomitas para los conservadores, que en la segunda administración de Santos perdieron espacio burocrático.

Ahora están a la espera de que llegue la ‘crisis ministerial’, con la eventual renuncia de al menos cuatro ministros que tendrían aspiración presidencial. Uno de ellos es Aurelio Iragorri, quien dejaría el Ministerio de Hacienda, al que los godos aspiran volver así sea en las postrimerías del Gobierno. También esperan que Santos les terne un magistrado conservador en la Corte Constitucional, pues allí los godos se sienten bastante disminuidos.

Por eso la petición de Ordóñez supone un dilema nada fácil de resolver. Más aún cuando desde las toldas de Vargas Lleras se adelantan contactos para contar con el respaldo de los azules. Sin embargo, después de dos décadas, los conservadores tendrán que decidir si quieren aspirar a ser los huéspedes de la Casa de Nariño o seguir como invitados y conformarse con algún ministerio.