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Según Pino, su expulsión estuvo llena de supuestas irregularidades. | Foto: Migración Colombia

TESTIMONIO

Carlos Pino seguía a la fiscal Luisa Ortega, según la Fiscalía

Aunque el asesor diplomático ha negado su participación en labores de espionaje e infiltraciones, el fiscal general Néstor Humberto Martínez dio pistas de las razones de "seguridad nacional" que provocaron su expulsión del país.

21 de diciembre de 2018

Desde Venezuela, donde se encuentra después de ser expulsado, Carlos Manuel Pino se defendió y aseguró que no cometió ningún delito. Lo hizo después de que Migración Colombia procediera a sacarlo del país por motivos de “seguridad nacional”, de los cuales aseguró no podía dar detalles.

Sin embargo, el fiscal general Néstor Humberto Martínez se refirió a las investigaciones que cursan sobre el venezolano. "Desde hace ocho meses la Fiscalía abrió una investigación. Tenemos copiosa actividad probatoria que incluye interceptaciones telefónicas legalizadas y esas investigaciones acreditan su compromiso en actividades delicadas, de afectación del orden público nacional. Esas pruebas están siendo valoradas por los fiscales de conocimiento para establecer de qué manera habrán de judicializarse en Colombia", dijo Martínez Neira.

Aunque el jefe investigador no señaló los delitos en los que Pino habría incurrido, dio pistas sobre las pesquisas que se adelantan. "Él estaba vinculado a actividades que afectaban el orden público desde ciertos sectores políticos definitivamente, y también había actividades que los fiscales tendrán que establecer si constituían seguimientos legales o ilegales a ciudadanos venezolanos extranjeros como en el caso de la fiscal venezolana Luisa Ortega".

La expulsión de Pino de Colombia -no podrá ingresar por una década- fue interpretada por algunos sectores políticos y por su familia como una “detención arbitraria” que obedecía a intereses políticos. En entrevista con Blu Radio Pino defendió esta teoría.

Según Pino, su expulsión estuvo llena de supuestas irregularidades. Aseguró que el director de Migración Colombia, Christian Krüger, tenía un interés especial en su caso y que incluso ordenó que se “robaran” su celular.

“El señor de Migración se quedó con mi teléfono, parece un agente de la Gestapo, para él era oro la información que había ahí. Que este ciudadano se haya robado mi celular me parece bellaco”, dijo Pino, quien además aseguró que los funcionarios de Migración le “destruyeron” su cédula de extranjería porque “en la parte de atrás está la firma del señor Krüger”.

Entre las razones de “seguridad nacional” que habrían pesado están las posibles infiltraciones en manifestaciones e instigaciones en los campamentos de venezolanos que se encuentran en Colombia. Las dos acusaciones fueron negadas por Pino.

“Jamás he ido a esos campamentos, ni al terminal. Es una actitud bellaca, no hay forma de que haya estado en esas actividades”, aseguró.
Pino trabajaba como colaborador de la embajada de Venezuela en Colombia, sin ser parte de la misión diplomática. Según su versión, no adelantaba trabajos de espionaje, sino que hacía parte de la sala de prensa.

El relato de Pino deja ver que su actividad en la embajada era más política que operaria. “La última actividad que tuve, y esto creo que es lo que me están cobrando, fue en el Congreso al reunirme con los parlamentarios a pedirles sus buenos oficios en evitar el agravamiento de las relaciones”, contó Pino, quien aseguró que visitaba a congresistas de un amplio espectro político, y era amigo de Aida Avella (UP), Iván Cepeda (Polo) y Gustavo Petro (Colombia Humana), así como también había hablado con los senadores de la U Roy Barreras y Armando Benedetti sobre Venezuela.

Para Pino, el que nada debe nada teme y por eso estaría dispuesto a volver a Colombia para presentarse ante las autoridades y que lo juzgaran en derecho y “si quiere que tramite una orden de extradición (…) Si yo fuera un peligro para la seguridad lo más obvio que hubieran hecho era haberme detenido”, aseguró.

Durante la entrevista defendió al gobierno de Venezuela, y aseguró que no se trataba de un régimen dictatorial. “Es un gobierno, pido respeto, así como yo respeto al gobierno de Colombia aunque sea espurio”, dijo Pino.

Esta no es la primera vez que Pino tiene un problema con el gobierno colombiano. En 1999 fue capturado en un campamento de las Farc en Vichada. No lo negó, pero aseguró que su caso precluyó.

“Después de 20 años venir a sacar ese argumento las autoridades colombianas me parece nefasto, una persona no puede ser juzgada por un mismo delito en dos oportunidades y yo demostré mi inocencia. Hay mentes muy oscuras trabajando esto. Fueron detenidos cuatro venezolanos acusándoseles de delitos de rebelión, efectivamente eso ocurrió, pero la Fiscalía de Colombia autorizó a esos cuatro colombianos regresar a Venezuela y salimos por el aeropuerto El Dorado. Yo fui el único que regresé a presentarme ante las autoridades colombianas”, aseguró.

Con las revelaciones del fiscal general, Pino tendría que dar más explicaciones acerca de sus actuaciones en Colombia. Por el momento, su expulsión provocó una nueva tensión entre los países. Venezuela, en retaliación, decidió expulsar al cónsul de Colombia.