Home

Nación

Artículo

El martes el senador Petro y el ex candidato presidencial Antonio Navarro Wolf adhirieron a la campaña de María Emma y de paso, la llevaron de la mano al corazón político del Polo Democrático Alternativo

Bogotá

Consulta mayor

El sorpresivo apoyo de Antonio Navarro y Gustavo Petro a María Emma Mejía la puso en la delantera por la candidatura a la Alcaldía y calentó la competencia.

16 de junio de 2007

La competencia entre María Emma Mejía y Samuel Moreno por la candidatura del Polo Democrático Alternativo para la Alcaldía de Bogotá se calentó. Ya parece una campaña definitiva y no una decisión interna de un partido. Los gastos en publicidad crecen, lo mismo que las alianzas de todo tipo y las propuestas de toda clase.

Hasta el momento todo había transcurrido con tranquilidad. No había agresividad entre los aspirantes, ni verbal ni sicológica. Se aceptaba la teoría general de que María Emma era más fuerte entre los electores externos al Polo, y que Samuel llevaba la ventaja entre los miembros activos de la colectividad. Ella gana las encuestas y él venció en el Congreso del Polo.

Pero la tranquilidad duró hasta la semana pasada. Mejía sacudió el tablero al recibir el apoyo de dos de las figuras más simbólicas del PDA: Antonio Navarro y Gustavo Petro. Un gesto sorpresivo, porque a María Emma en algunos sectores del Polo la ven como recién llegada. Pero explicable: Navarro y Petro pensaron en la mejor jugada estratégica del partido para las elecciones de octubre. Según las encuestas, aunque tanto Mejía como Moreno pierden con el favorito Enrique Peñalosa -quien, a sus favorables encuestas les suma ahora la adhesión del Partido Liberal y de Cambio Radical-, ella tiene mejores posibilidades de cerrar la brecha. El pragmatismo de Navarro y Petro es explicable. Una eventual derrota en Bogotá, en las elecciones de octubre, sería un mal paso para el partido amarillo, que hasta ahora ha logrado importantes avances electorales en cada elección, desde 2002.

Para María Emma, la foto del abrazo de Navarro y Petro, todos con la camiseta estratégicamente enfundada, es crucial. Un mensaje de legitimidad como carta verdaderamente polista y un antídoto contra la imagen de arrimada al Polo. De paso, le pone a su disposición las simpatías electorales de ambos en la capital, que no son nada despreciables. Y le permite superar, definitivamente, la herida que le había quedado en las elecciones para Senado del año pasado, de las que tuvo que retirarse porque Petro se negó a apoyarla como cabeza de la lista. De paso, el doble endoso le permite argumentar que Peñalosa permanece estático mientras ella sigue sumando.

Samuel Moreno, sin embargo, no tiene los brazos cruzados. En la tarde del pasado jueves, en el Centro de Convenciones de Bogotá, más de 3.000 educadores y seguidores también tuvieron un acto de cierre de adhesiones. Menos simbólico que el de Maria Emma, pero más numeroso en términos de votos. En la tarima se pararon seis de los 10 congresistas del Polo: Jorge Robledo, Jaime Dussán, Jesús Bernal, Luis Carlos Avellaneda, Jorge Guevara e Iván Moreno; además de los representantes Wilson Borja, Germán Navas Talero y Venus Albeiro Silva. Igualmente, estuvieron seis concejales de Bogotá y varios dirigentes sindicales y de agremiación de maestros, como Fecode y la Asociación Distrital de Educadores (ADE).

La batalla va a ser intensa en las tres semanas que faltan, entre Mejía y Moreno, en la que también participa, en un distante tercer lugar, Hernando Gómez Serrano. Una candidatura débil, que se agrietó aun más con el retiro de Petro, hasta ahora su padrino, que se fue con María Emma. La competencia, sin embargo, no es simplemente de nombres. Hay diferencias sobre el espacio que debe ocupar el Polo (¿más al centro o más a la izquierda) y hasta sobre la estrategia que se debe utilizar frente a Peñalosa (¿apelar al voto de opinión o aceitar las organizaciones políticas del Polo).

No menos importante es la mecánica de la consulta interna. Para Carlos Gaviria, presidente del Polo, hay dos tendencias. Una quiere que la consulta sea abierta, es decir, que cualquier persona pueda votar. Y la otra es que debe ser cerrada o semicerrada, de modo que sólo miembros del Polo o personas afines al partido o a los candidatos, que se inscriban al partido previamente, puedan votar. "Como presidente no he querido afiliarme a ninguna de las dos posiciones, pues es evidente que María Emma quiere que sea abierta, y Samuel, que sea cerrada", dijo Gaviria.

Mientras unos argumentan que es bueno para el Partido permitir que cualquiera vote y se sume al Polo, los otros se niegan a esta posibilidad, pues podría distorsionar el querer de los seguidores del partido y sus intereses políticos.

El problema es que hay dos conceptos del Consejo Electoral. El primero dice que el Polo no puede hacer una consulta cerrada porque no obtuvo el 25 por ciento del censo electoral en las pasadas elecciones y, por lo tanto, la consulta debe ser abierta.

El otro se dio hace pocos días, a raíz de una carta que el comité ejecutivo del Polo -del que no participó Carlos Gaviria- le envió al Consejo, en la que le advierten que los estatutos internos del partido, amparados por la Constitución, se deben respetar. En respuesta, el mismo Consejo Electoral respaldó esa autonomía.

El Registrador Nacional ha eludido, hasta ahora, una respuesta, pero es probable que esta semana anuncie la imposibilidad de hacer la consulta cerrada del Polo en Bogotá. La entidad debe hacer consultas en todo el país, con más de 5.700 candidatos, e imprimir más de 16 millones de tarjetones. Hacer un solo tarjetón para el Polo en Bogotá y disponer de una infraestructura para garantizar que sólo voten miembros del Polo es casi un imposible físico y económico. De momento hay una discusión jurídica y una controversia política. "Si el Partido opta esta semana por hacer la consulta cerrada, él mismo debe determinar toda la logística. Eso implica costos que debe asumir el Polo. Lo cierto es que no me atrevería a decir cuál es la mejor salida, pues rompería el equilibrio que debo mantener hasta el 8 de julio, cuando comience a hacer campaña con el ganador", dijo Gaviria.

La alternativa de la consulta abierta sería mejor recibida en el campo de María Emma. Sin embargo, Samuel Moreno le dijo a SEMANA que es falso que una consulta cerrada lo beneficie a él y perjudique a María Emma. "Creo que quien quiera votar, que lo haga, pero que haya una previa afiliación, pues eso protege al partido de sectores externos. Ninguno de nosotros se inventó los estatutos y el partido definió una forma que debe ser respetada".

A su vez, María Emma dijo que, sin importar la fórmula, lo más importante es que la gente sepa qué se va a hacer la consulta y que entienda cómo hacerlo. "Sin ser triunfalista, me siento segura sin importar si se hace abierta o cerrada".

Detrás de la consulta también se ha planteado una discusión sobre la pureza de los candidatos. Mientras algunos dicen que Moreno ha hecho parte del Polo desde su fundación y su vida y sus ideas políticas encajan dentro de las del partido, María Emma aterrizó en el Polo y ahora debe oponerse a cosas que ella misma defendió antes, como los colegios en concesión.

"Discutir la presencia de María Emma dentro del Polo es como cuestionar las de Carlos Gaviria o Jorge Robledo, quienes también vienen de vertientes distintas del Partido que fundamos junto con Antonio Navarro y Luis Eduardo Garzón, pero que en el nuevo PDA han encontrado su partido. Esta consulta interna no debe ser vista como una división, sino como un proceso de fortalecimiento", dijo Gustavo Petro.

Lo cierto es que de todas las consultas que se harán el 8 de julio, la competencia entre María Emma Mejía y Samuel Moreno será la más visible y la que despertará mayor atención. Sobre todo, por el significado que ella tiene para el Polo. Y aunque sólo faltan tres semanas, todavía puede pasar cualquier cosa.