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"Estamos convencidos de que la Corte Constitucional ha sido chuzada. No sabemos dónde y quién". | Foto: Foto: juan carlos sierra-semana

JUSTICIA

"Creo que estamos chuzados": presidenta de la Corte Constitucional

Gloria Ortiz aseguró que la justicia salió fortalecida luego de una crisis de independencia sin antecedentes. Considera nefasto que la Corte Suprema tuviera que destrabarse con un decreto presidencial.

4 de enero de 2020

SEMANA: El 2019 fue duro para la Corte Constitucional porque ocurrieron una serie de hechos como el retiro de visas a magistrados o las objeciones a la ley estatutaria de la JEP, temas que dejaron en la opinión pública la sensación de que la independencia de la justicia está amenazada. Al final del día, ¿cuál es su balance en materia de autonomía?

Gloria Ortiz: Fue un año intenso y tremendamente duro. Me voy dichosa porque el balance es muy bueno; enfrentarse a temas tan gruesos como los que hace referencia fue un reto, pero creo que la corte salió fortalecida. Nuestras decisiones, nuestro comportamiento le mostró a la sociedad que somos capaces de responder con autonomía, independencia y solvencia. Espero que lo que voy a decir no sea problemático, pero hay acciones que demuestran que difícilmente podemos tener más independencia y garantías. Por ejemplo, a pesar de que tumbamos la Ley de Financiamiento, la corte consiguió directamente con Hacienda la creación de unos cargos permanentes que veníamos pidiendo hace por lo menos cinco años. Lo habíamos gestionado con el Consejo Superior de la Judicatura, sin embargo, justo lo conseguimos en el año en que tumbamos la Ley de Financiamiento, en el año en que tuvimos enfrentamientos difíciles con el Gobierno y se dio este tema difícil de las visas.

SEMANA: Nunca hubo confirmación, pero el orden en que ocurrieron los hechos –los cambios que hizo la corte en materia de extradición, las objeciones, el retiro de la cooperación de Estados Unidos a la corte, la suspensión de las visas de magistrados– hace suponer que existió una situación crítica de presión a la justicia. ¿Qué conclusión queda para Estados Unidos en todo esto?

G.O.: La conclusión es que las instituciones se fortalecen después de las épocas difíciles, pero lo hacen conversando con criterio y altura. Si esos eventos ocurrieron –porque nunca tuvimos confirmado que los magistrados Antonio Lizarazo y Diana Fajardo no pudieron entrar a Estados Unidos–, creo que Estados Unidos se dio cuenta de que los canales institucionales funcionan. Como dirán los viejitos, cada loro en su estaca, cada uno dentro de la institucionalidad ejerciendo sus funciones con criterio y transparencia.

“Una herramienta tecnológica nos permitirá identificar casos y tener criterios de selección de tutela públicos y transparentes”.

SEMANA: El exfiscal Néstor Humberto Martínez dijo que la Corte Constitucional no había sido chuzada desde la Fiscalía. ¿Usted está convencida de que eso es así?

G.O.: Estamos convencidos de que la Corte Constitucional ha sido chuzada. No sabemos dónde y quién. Nos dicen que venden aparatos que intervienen teléfonos con facilidad y que la posibilidad que tienen de grabarnos es impresionante. Yo sí creo que estuvimos, y que lo estamos.

SEMANA: ¿Por qué tiene esa certeza?

G.O.: Porque en los celulares comenzaron a sentirse ruidos distintos. Independientemente de que existan filtraciones, hay momentos en que la gente se entera de todo, de decisiones que están por tomarse, de conversaciones privadas. Sé que hablar de privacidad es difícil, y la única conclusión es que estamos chuzados.

SEMANA: La Corte Suprema tiene un bloqueo de más de un año desde que se repartieron las primeras listas de candidatos. A comienzo de 2020, esta situación amenazará a la misma institución, pues se quedan sin el quorum mínimo y se va a requerir salida excepcional. ¿Qué hacer si la corte se queda con 15 magistrados?

G.O.: Puedo apostar que la corte resuelve esto antes de la salida del magistrado Ariel Salazar. Estoy segura.

SEMANA: Eso creía el presidente de la Corte Suprema y no consiguió resolver el lío este año...

G.O.: Estoy absolutamente segura de que lo van a lograr, porque sería nefasto que la Corte Suprema de Justicia tuviera que destrabarse con un decreto del presidente de la república. Sería muy preocupante. No tengo ni idea qué va a ocurrir si se llega a esta situación que usted plantea, aunque seguramente la fórmula que adopten requerirá el control de la corte. Esto implica que no puedo entrar a calificar el decreto propiamente dicho, pero sería nefasto en términos de confianza y eficiencia en la toma de decisiones. Estoy convencida de que la Corte Suprema va a lograr una solución. Cuando uno está cansado, las fórmulas de acuerdo se hacen complejas. Creo en que la vacancia judicial va a hacer que busquen una salida en enero y esto se resuelva.

SEMANA: Acaba de salir la condena de primera instancia contra el magistrado Jorge Pretelt, y en el documento se cuestiona el papel de Alberto Rojas, quien podría ser el siguiente presidente en la Corte Constitucional. ¿No temen que esto afecte la legitimidad de la corte?

G.o.: No voy a calificar a mi compañero y colega. Él se ha sometido a escrutinio público, ha dado la cara y ha explicado por mucho tiempo los cuestionamientos en su contra. Nosotros somos jueces por naturaleza y nos queda muy difícil juzgar y condenar de una vez sin que los procesos nos conduzcan a ese resultado. Los jueces tenemos que ser congruentes con lo que hacemos, y por ahora esas menciones no han dejado de ser comentarios.

SEMANA: ¿Por qué la decisión que tomó la Corte Constitucional sobre el glifosato no ha visto la luz? ¿Hay diferencias con el magistrado ponente Alberto Rojas?

G.O.: El auto ha tenido varias dificultades de redacción y parte de la culpa de la demora es mía. Hay algunos párrafos que no los comparto porque hice comentarios por escrito y estamos haciendo las últimas precisiones. Infortunadamente, este ha sido un año duro en materia de salud para el magistrado Rojas, estuvo incapacitado varias veces y esto ha hecho que diversos procesos estuvieran quietos. Pero se están poniendo al día, y sobre el auto de glifosato tendremos próximamente una reunión para ponernos de acuerdo y expedir el documento.

SEMANA: Es decir, descarta que tengan controversias de fondo...

G.O.: Sí las descarto, no hay controversias del tema. Como todo en vía judicial, la clave está en la redacción de los párrafos. En el caso particular hay puntos que no compartimos y por tanto no firmo. Le pasé un escrito como de tres páginas con párrafos específicos e importantes. Ese despacho ha hecho un esfuerzo duro para ponerse al día, y soy consciente de las razones por las cuales solo hasta ahora podremos reunirnos para estudiar esos comentarios.

SEMANA: ¿Cuáles son los temas cruciales del año entrante en la corte?

G.O.: En principio, pueden ser tres temas, pero la corte mueve tantos asuntos que esto se podría ampliar. Pienso que primero, tenemos la decisión respecto al oso Chucho, un debate clave sobre los derechos de los animales. Segundo, seguimos con la Ley de Financiamiento. Nos quedan solo siete demandas para estudiar, pero la experiencia indica que con la aprobación que acaba de hacer el Congreso, vendrá otra avalancha de las mismas. Tercero, la Corte Constitucional tendrá el próximo año un impacto muy importante en el tema de inteligencia artificial. Por medio de la digitalización de tutelas se escaneará lo que llegue a la corte; en esa digitalización se programará la máquina para que identifique criterios. Hemos creado 21, dentro de los que están, por poner un ejemplo, salud o extrema pobreza. El sistema puede detectar, de los 2.500 casos que llegan al día, los que fueron fallados en contravía de la jurisprudencia de la corte. Este sistema servirá como herramienta para la selección de casos; son fórmulas de modernidad tecnológica para encontrar un nicho que debe llamar nuestra atención. Además, el sistema llegará a los casos no porque el demandante use la expresión extrema pobreza, sino porque en efecto el demandante reunirá unas condiciones que están calificadas así. Ese es el gran desarrollo del proyecto.

SEMANA: Es decir, ¿con inteligencia artificial se reemplazará a quienes intervienen en la selección de tutelas?

G.O.: Será un proceso de apoyo. Una herramienta de tecnología para identificar casos y tener criterios de selección de tutela públicos y transparentes. Vamos a focalizar nuestra atención. Tenemos 90 estudiantes revisando los 2.500 casos, y ellos pueden distraerse y no ver detalles determinados. El sistema nos alerta y nos dice: revisen esto. Lanzaremos el proyecto piloto en enero y creo que será una muestra de cómo la tecnología sí impacta la justicia.

SEMANA: Resulta extraño que mientras el Congreso se ocupa de la ley de doble instancia, mejor conocida como Ley Arias, la Corte Constitucional le seleccione una tutela del exministro que va en la misma dirección. ¿Por qué si el Congreso se está ocupando del tema, cosa que ustedes mismos han pedido, en paralelo volverán a dar ese debate?

G.O.: El magistrado ponente pidió que por importancia jurídica sea resuelto en Sala Plena. Ya están corriendo los tiempos; se estima que en tres o cuatro meses se definirá. Y uno de los problemas que tendremos que resolver es ese: el hecho de que haya habido o no una omisión absoluta del Congreso.

SEMANA: ¿Con qué frustraciones se va de la presidencia de la corte?

G.O.: A raíz de que se paró la cooperación de Usaid, se frenó un proyecto que habíamos iniciado para visualizar la labor que hacemos las mujeres que trabajamos en la Corte Constitucional. Considero que en la corte tenemos muy buenos ejemplos de mujeres maravillosas que cumplen con el rol de mamá, que hacen el mercado, que son las mejores ejecutivas. Este proyecto está desarrollándose, pero los resultados se darán en seis meses cuando no esté en la presidencia. Y yo sí creo que hay que humanizar la justicia; somos más sensibles de lo que habla la gente que está afuera y no nos conoce. La otra gran frustración es no ver funcionando al ciento por ciento Prometeo, que es el proyecto de inteligencia artificial. También el de expediente electrónico, que está demorado.