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Con un abrazo, Sergio Fajardo, gobernador de Antioquia, y Aníbal Gaviria, alcalde de Medellín, sellaron la alianza que une sus planes de gobierno.

MEDELLÍN

El equipo paisa

La cercanía entre el gobernador Fajardo y el alcalde Gaviria es una oportunidad de continuidad, unidad y eficacia contra la delincuencia.

7 de enero de 2012

Armonía es la palabra que mejor define el arranque de los gobiernos de Sergio Fajardo, gobernador de Antioquia, y Aníbal Gaviria, alcalde de Medellín. La dupla tiene nombre: Alianza de Medellín y Antioquia, y su sigla, AMA, es sugestiva. La promesa de los dos nuevos mandatarios es que estarán sincronizados con una visión de región. Y es un hecho sin precedentes: aunque los dos ya habían coincidido en el período 2004-2007 en los mismos cargos, pero trocados, es la primera vez que un departamento y su capital se ponen de acuerdo para diseñar planes de gobierno conjuntos.

En sus discursos de posesión, el pasado primero de enero, ambos elogiaron la unión. Gaviria subrayó las bondades del programa 'Medellín la más educada', ejecutado por Fajardo en la alcaldía, y las de la gestión del alcalde saliente, Alonso Salazar, quien continuó la obra. Por su parte, Fajardo, horas más tarde, expresó el gusto por trabajar con el nuevo alcalde.

La sinergia es de vieja data. Entre 2004 y 2007, Fajardo y Gaviria sacaron adelante la unificación de tarifas de los servicios públicos para toda Antioquia, la electrificación de las áreas rurales y la consecución de la sede de los Juegos Suramericanos para Medellín. Fueron reconocidos como Mejor Alcalde y Mejor Gobernador del país y salieron con una favorabilidad por encima del 80 por ciento. En 2009, tuvieron vidas paralelas: fueron precandidatos presidenciales de distintos partidos políticos y se convirtieron en candidatos vicepresidenciales de los verdes y del liberalismo, respectivamente.

Ahora comienzan una nueva gestión con roles intercambiados y ejecutarán planes de gobierno coordinados que tendrán su primer capítulo en la formulación de los planes de desarrollo. Está en ciernes el diseño de obras de infraestructura, con el objetivo de integrar al área metropolitana con Medellín y al resto del departamento con la nación, y la acción conjunta para mejorar el sistema de salud. Los problemas que enfrentarán son la inseguridad, la movilidad y la desigualdad. Los dos son figuras de dimensión nacional, lo cual facilita la comunicación con Bogotá.

El matrimonio se ha manifestado en hechos concretos. Gaviria nombró como secretario de Planeación a David Escobar, quien fue secretario privado de Fajardo y gerente de su campaña a la presidencia. Y el miércoles pasado el alcalde celebró su primer consejo de seguridad junto al secretario de Gobierno de Antioquia, Santiago Londoño. Las dos administraciones acordaron que los secretarios de gobierno participarán de los Consejos de Seguridad departamentales, de la zona metropolitana y locales.

Fajardo y Gaviria consideran que los problemas de seguridad que golpean al departamento y a su capital son los mismos y deben enfrentarse en forma conjunta para no darles ventajas a la mafia y a los grupos armados ilegales. El paro armado de los Urabeños la semana pasada -que afectó la zona norte del departamento- muestra la dimensión del desafío, que también es grave en Medellín por la presencia de Bacrim y otros grupos ilegales. La respuesta unificada entre el departamento y la capital ha generado expectativas altas sobre las posibilidades de alcanzar una mayor eficacia.

Los vientos también soplan a favor de la integración económica y social de Antioquia con su capital. Además de la confianza mutua y la voluntad política, los mandatarios comparten principios filosóficos. No es casualidad que el primer punto de sus programas sea "el respeto por la vida", y después: "los recursos públicos son sagrados". Si todo sale como lo tienen planeado, al final la dupla se habrá cotizado. Y no solo como un modelo de gobierno regional: ya hay analistas que consideran que se está gestando también una posible fórmula presidencial.