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Alirio Moreno, presidente del PIN, insiste en que el partido es consciente de la necesidad de limpiar su nombre. Es responsabilidad de sus miembros hacer que esta intención tenga un asidero real.

CONGRESO

En el clóset

El PIN tiene una bancada de 20 congresistas que se dicen santistas y son claves para el trámite de las reformas, pero nadie quiere salir en la foto con ellos.

21 de agosto de 2010

Los congresistas del PIN parecen estar en el lugar equivocado. Desde que se posesionaron, el 20 de julio, viven en una especie de limbo en el que no se sabe cómo se relacionarán con el nuevo gobierno. Aunque la mayoría de sus integrantes dicen identificarse con las propuestas políticas de Juan Manuel Santos y quieren apoyarlas, sienten que son la 'novia fea' del Ejecutivo.

"Después de las elecciones nos cayeron encima muchos cuestionamientos que aún nos pesan. Esperamos que la Unidad Nacional no sea discriminación", dice Alirio Moreno, presidente del partido. El desprestigio del PIN surgió a comienzos de año, cuando se formó para servir de plataforma a candidatos uribistas que no cupieron en las listas de la U y del conservatismo. Algunos de ellos, como los senadores Teresita García, Héctor Julio Alfonso y Nerthink Aguilar, son parientes de personas condenadas o investigadas, como Álvaro García -condenado a 40 años por la masacre de Macayepo; Enilse López, 'la Gata', y Hugo Aguilar, investigado por presuntas relaciones con el paramilitar Ernesto Báez. Otros están en el ojo del huracán por escándalos relacionados con clientelismo o corrupción. Es el caso de los senadores Manuel Mazeneth, cuestionado por contratos que impulsó como secretario de Educación de Magdalena, y Juan Carlos Rizzetto, a cuya campaña aparentemente ayudó el destituido gobernador del Valle Juan Carlos Abadía, estando en ejercicio de su cargo. Adicionalmente, el representante legal del PIN, el concejal de Bogotá Álvaro Caicedo, fue suspendido por la Procuraduría por conducir en un vehículo oficial por un carril de TransMilenio. Y por si fuera poco, en la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia existe una inquietud por el origen del partido. Hay testimonios según los cuales este se formó en La Picota a partir de un acuerdo entre los ex senadores Juan Carlos Martínez y Luis Alberto Gil, capturados por presuntos nexos con los paramilitares.

A pesar de los cuestionamientos, el PIN tiene peso político propio. En las elecciones a Congreso obtuvo más de un millón de votos que le permitieron conquistar nueve sillas en el Senado -que equivalen al 10 por ciento del total de las curules- y 11 en la Cámara. Es, pues, una bancada con posibilidades de incidir en decisiones como la elección de Contralor -apoyaron a la ganadora, Sandra Morelli- o, incluso, en tener representación propia en el Consejo Nacional Electoral. Para este efecto postularon al ex magistrado José Joaquín Plata.

Por último, el PIN tuvo representación en mesas directivas de varias comisiones, como consecuencia de un acuerdo que hizo con un sector del Partido Conservador y que le permitió a este asegurar la presidencia de la Cámara.

Las posiciones ideológicas del PIN no son claras pero, aunque sus integrantes se han reunido pocas veces, insisten en que han logrado acuerdos fundamentales. "Apoyamos a Santos en la campaña y coincidimos con la mayoría de sus propuestas. Somos de centro y nos gusta la Tercera Vía que plantea. Seguridad, prosperidad social y medio ambiente son los temas de nuestra agenda", dice Alirio Moreno, presidente del PIN, y enfatiza que así no tenga interlocución con el Ejecutivo, en el Capitolio su partido hace parte de la coalición mayoritaria.

En otros procesos distintos a la elección de mesas en las comisiones parlamentarias, el PIN podría llegar a trabajar de la mano de los partidos mayoritarios de la coalición: la U y el conservatismo. En Bolívar, por ejemplo, sus directivas estarían pensando en apoyar la aspiración del candidato de la U a la Gobernación, Alberto Bernal.

La discusión en el Congreso de las complejas reformas propuestas por Santos será el momento para saber si la relación del PIN con el gobierno sigue en el limbo, o si por cuenta del poder de sus 20 parlamentarios el Ejecutivo termina por llamar a su bancada a una interlocución abierta y formal. "Nuestros votos valen, los tiempos son largos y los espacios se ganan", insiste el presidente del partido.

Sin embargo, ninguno de los miembros del PIN ha participado de la mesa de Unidad Nacional. "A pesar de que Santos insistió en el diálogo institucional con todas las fuerzas políticas, con nuestra bancada nadie se ha reunido", insiste Moreno.