En plena Semana Santa, Gustavo Petro volvió a enfilar baterías para defender su polémica constituyente

En medio del Viernes Santo, el presidente Petro volvió a salir a defender su propuesta de reformar la Constitución de 1991, a partir de una “reflexión” de nueve puntos que —asegura— para su gobierno son cruciales. Incluye el acuerdo de paz con las Farc, las condiciones básicas de existencias, priorizar la educación pública y la reforma agraria, entre otros temas.

Esta nueva defensa del mandatario se da un día después de que en la agenda regional que realizó en el Caribe, en medio de una sesión de Gobierno con el Pueblo, manifestara que “la población cada vez más acoge el proceso constituyente como su bandera”.

El extenso mensaje a través de su cuenta de X arrancó explicando que, derogada la constitución del 86 y establecida la del 91, no se permitió que los recursos de la educación pública crecieran más que los ingresos corrientes de la Nación y se perdieron más de 200 billones de pesos en uno de los sistemas educativos “más malos de la Ocde”.

También detalló que esa iniciativa es necesaria frente al problema que dejó el expresidente Andrés Pastrana, al eliminar la expropiación por vía administrativa de tierras.

Para Petro, se “acabó con la posibilidad de una reforma agraria seria”. Aseguró que “con esta contrarreforma la mayor parte de la tierra fértil, con 15 millones de hectáreas de vocación agrícola, no se cultivan, en contra de toda racionalidad económica y en contra de la industrialización del país”.

Así, el primer mandatario introdujo otra de sus acusaciones: “La mafia consolidó su dominio sobre la tierra fértil y ante la ausencia de una ley “fast track”, que el congreso no quiso tramitar, se hundió el proceso de paz del 2016. La fuente de todas las violencias: la injusta distribución de la tierra fértil no tuvo solución”.

En su “reflexión” de Semana Santa, como la llamó, el jefe de Estado criticó que varias de las órdenes impartidas por el constituyente al legislador no se han cumplido, como hacer un nuevo ordenamiento territorial y definir un estatuto del trabajo, y propuso que ese nuevo ordenamiento esté basado alrededor del agua y la cultura.

“La constitución de 1991 no propuso el socialismo, propuso acabar el feudalismo y la esclavitud, y avanzar en un capitalismo productivo, competitivo y en pacto con los trabajadores y el campesinado; tal objetivo no se ha cumplido”, dijo el mandatario sobre su idea de un estatuto del trabajo.

Además de esos cuestionamientos, Petro le sumó a la desobediencia del legislador temas como la descarbonización de la economía, la reforma a la justicia y a la política, y la implementación del acuerdo de paz con las Farc, temas que, según Petro, han sido bandera para su gobierno.

Para el presidente, la frase “de manera progresiva” en la Constitución del 91 se volvió en realidad un panorama de “derechos no alcanzados”.

Frente a ese panorama, el jefe de Estado aseguró que para su proceso de constituyente, la columna vertebral se va a basar en nueve puntos, arrancando por el cumplimiento del Acuerdo de Paz con las Farc a través de una reforma agraria, la inclusión de la gente y el territorio excluido, y la verdad como eje de justicia.

Sobre la garantía a corto plazo para garantizar las condiciones básicas de existencias para la población, el mandatario se basó en agua potable, salud y renta para la población adulta mayor.

“En los últimos 30 años, la inversión pública se concentró en los sectores y los espacios geográficos más pudientes, contrario a lo ordenado por la constitución y el acuerdo de paz (...). Esto implica cambiar el sistema de vigencias futuras centradas en carreteras 4G y que ante el marco fiscal de mediano plazo no dejan espacio de endeudamiento para la infraestructura del agua potable, la de la salud, la del saneamiento ambiental y la de la educación”, dijo el presidente Petro sobre ese último punto.

Las otras prioridades de su constituyente se basan en priorizar la educación pública y la reforma agraria, constitucionalizar la lucha contra el cambio climático y la descarbonización de la economía, garantizar el empleo y la producción a través de una política monetaria, hacer un ordenamiento territorial, expedir un estatuto del trabajo, separar la política de la financiación privada, y reformar la justicia.

Sobre ese último punto, considera la creación de una comisión de expertos para presentarla a mediados de este año. El presidente Gustavo Petro advirtió que la justicia en el país se reformó hace 30 años “para construir un sistema basado en la venganza punitiva y la acción judicial para atacar o defender actores políticos. Ese sistema terminó encubriendo grandes crímenes y se alejó de la ciudadanía. Proponemos llevar el sistema judicial a obtener la verdad para buscar la reparación de las víctimas y lograr como fin máximo la reconciliación social como punto final de la era de la violencia”.

El nuevo mensaje del presidente Petro alrededor de su polémica constituyente terminó con una afirmación en la que indicó que millones de colombianos estarían dispuestos a hacer esos cambios de la Constitución del 91.

Advirtió que el poder constituido es “débil para hacer las reformas porque o no tiene independencia de los grandes poderes económicos y de la inercia política, o porque ha sido penetrado por el régimen de corrupción como lo llamaba Álvaro Gómez o por la gobernanza paramilitar como la llamo”.