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Esperanza en las comunas

En medio de la violencia de Medellín ,la Fundación Carla Cristina les ha dado a 125.000 niños de bajos recursos una posibilidad de futuro., 67397

8 de agosto de 2004

La guerra que desde principios de los años 90 libraron los grupos armados en las comunas de Medellín dejó su huella en la vida de los niños. Algunos contaron con suerte y no hicieron parte de los 3.001 menores muertos durante los últimos cinco años. Pero aprendieron a sumar y restar arrastrándose por los pisos de sus salones para evitar las balas perdidas y acostumbrándose a que con los días aumentaran los ausentes cuando llamaban lista.

En medio de esta violencia, la Fundación Carla Cristina se convirtió en una luz de esperanza para los padres que en medio de su desesperación pensaron en abandonar a sus hijos porque no tenían cómo cuidarlos. A las puertas de Carla Cristina también llegaron madres adolescentes que aún llevaban el dolor por el luto de sus compañeros muertos en las comunas. Muchas de ellas cargaban en sus brazos hasta siete menores a punto de morir por problemas de desnutrición.

La fundación fue creada por la educadora paisa Solina Gallegos en 1963 en el humilde barrio Las Violetas de Medellín, en memoria de Carla Cristina, una niña muerta por desnutrición. Hoy 3.750 niños de entre 3 y 6 años de las comunas de Medellín y municipios aledaños reciben anualmente educación preescolar, ayudas nutricionales y atención en salud, entre otros servicios.

Cuando en 2002 se registró el mayor índice de desplazamiento en Medellín, con una cifra de 15.694 personas, Carla Cristina también recibió a los niños destechados. De la misma manera ha sido la casa de quienes pierden su hogar en tragedias naturales o domésticas, como el incendio que arrasó las casas de 109 familias en Medellín en diciembre de 2002.

Los menores que llegan a Carla Cristina quedan a cargo de profesoras y sicólogas de la fundación, quienes también hace algunos años recibieron ayuda. Por eso, ellas saben del amor que se necesita en estos momentos. "Por el hecho de haber sido parte de uno de estos jardines cuando ni yo ni mi familia teníamos nada, entiendo mejor a los niños y me doy cuenta la situación tan difícil en la que viven", afirma Beatriz Helena López Muñoz, directora docente del Jardín Nuestra Señora de las Nieves. "La fundación me ha dado toda la fuerza para salir adelante. Vengo de una familia de ocho hermanos que pasamos por Carla Cristina y hoy todos somos profesionales", agrega la maestra de 28 años, casada y con un hijo.

Con el fin de que más niños logren contar en el futuro la historia de superación de Beatriz Helena, la Fundación Carla Cristina ha iniciado una ambiciosa campaña para recaudar fondos a través de Conexión Colombia que le permita ampliar la cobertura de sus programas.

Cuando en lo que va corrido del año, cerca de 100 menores han sido asesinados en las comunas de Medellín, la urgencia por brindarles a los niños de menores recursos una alternativa diferente a las calles peligrosas de su ciudad se hace apremiante.