"La Constituyente es la única vía para la paz": Andrés París

En saco roto cayó el parte de tranquilidad que el Gobierno intentó dar luego de que la Corte Constitucional anunció que las leyes y reformas que se discuten vía fast track -en el Congreso- no pueden aprobarse en bloque, sino artículo por artículo.

Las alarmas se prendieron en el terreno de la implementación y los insistentes llamados a la calma que se escucharon, contrastaron con la acentuada voz de alarma que lanzaron hace unas horas las FARC, que fueron las últimas en pronunciarse sobre el aparante limbo, que a su juicio, amenaza con tragarse el acuerdo.

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Abstraer lo que se pactó de los vaivenes jurídicos e invocar un gran un diálogo nacional que encamine el proceso rumbo a un gran pacto político, es el salvavidas que propone la guerrilla para evitar que las leyes y reformas que hacen falta por gestionarse en el capitolio caigan en una discusión infinita que termine transformando el espíritu de La Habana.

"Quisieramos que el presidente tome la función que le otorga la Constitución. Que asuma el manejo de la paz, es su competencia. Puede ser la mejor manera de sacar esto adelante sin que tengamos tantas obstrucciones y dilaciones. Estamos diciendo no perdamos tiempo. Avancemos", dijo por su parte el jefe del equipo negociador de esa guerrilla Iván Márquez en entrevista con La W radio y es que una de las mayores preocupaciones es que este tipo de decisiones "están inundado de desconfianza a la guerrilla en los campamentos".

Lo que ocurrió en estas 24 horas fue una inyección de realidad para el considerable optimismo que venía despertando el prematuro acuerdo de paz. Esto no va a ser nada fácil: esa es la obvia conclusión que dejó el pronunciamiento del Gobierno y las FARC después de que la corte anunció el cambio de velocidad en el trámite de las leyes y reformas.

Semana.com habló con Andrés París, uno de los primeros jefes de las FARC que aterrizó en La Habana, sobre los efectos que tiene la decisión.

Semana.com.: ¿Cómo recibieron la noticia este miércoles?

Andrés París.: El amplio movimiento por la paz recibió la noticia de la decisión de la Corte Constitucional muy mal y nosotros en particular hemos señalado que esa determinación genera la peor crisis del proceso de paz en seis años.

Semana.com.: ¿Esa decisión tiene efectos en la implementación del acuerdo?

A. P.: En la práctica paraliza la implementación que ya venía a ritmo de tortuga morrocoy y abre la oportunidad para que el Santanderismo leguleyo se invente mil trampas parlamentarias para ahogar el proceso de paz. Esto, con el argumento del Centro Democrático que es mejor que los poderes del Estado funcionen armónicamente, antes de ver la paz triunfando en Colombia. La Constitución también establece el supremo interés de la paz y este valor constitucional es el que queda casi muerto con la interpretación del congresista Iván Duque.

Semana.com.: Entonces, ¿qué sigue?

A. P.: Citaremos reunión de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación (CSIVI) con presencia de la comunidad internacional para dirimir esta grave situación. Convocaremos la movilización ciudadana para defender la paz y nos declaramos en Asamblea Permanente en todas las zonas veredales que es el mecanismo para discutir con el país la problemática surgida. Extenderemos el debate que exija que se cumpla los firmado en La Habana y la Asamblea Permanente es un buen laboratorio para producir ideas, propuesta de paz y adrenalina contestaría pacífica y movilizadora.

Semana.com.: Los días están contados para que se cumplan los 180 días, ¿puede quedar la dejación de armas en el congelador?

A. P.: Reafirmamos el compromiso de cumplir lo firmado en La Habana. El país puede comprobar una vez más quienes son los que incumplen la palabra. Los maestros del conejo y de la trampa política contra los anhelos de paz salen a flote: el centro democrático y aliados agazapados en las diferentes esferas del estado.

Semana.com.: ¿Qué es lo que más les preocupa con la decisión?

A. P.: Que a nombre de la democracia se ahogue el más sagrado de los derechos constitucionales: el de la vida y el de la paz.

Semana.com.: ¿Cuál es esa lista de cosas que siguen empanadas en la implementación?

A. P.: Lo aprobado como Ley de Amnistía, la Jurisdicción Especial de Paz y otros documentos corren el peligro de ser impugnados. Ya vimos las declaraciones del señor Uribe lamentándose porque no había caído toda la estantería del acuerdo. Y lo que falta por aprobar y por materializarse puede sufrir demoras que entraran en contradicción con los tiempos políticos del Congreso y del país.

Semana.com.: ¿Qué la mayoría de las bancadas estén con el acuerdo de paz no es un seguro para sacar adelante lo que falta en el Congreso?

A. P.: El tiempo del fast track se agota, las facultades especiales del presidente se terminan pronto, la alianza de Gobierno se debilita, la campaña electoral se activa y todos estos factores pueden hacer que la mayoría se troque en minorías.

Semana.com.: ¿Resucita la propuesta de la Constituyente como dijo Enrique Santiago?

A. P.: La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) es la única vía para la paz y la democratización de Colombia. Pero hay que convocarla cuando estemos seguros que el bloque popular que salió a marchar después del 2 de octubre a defender la paz se consolide como fuerza política y social.

Semana.com.: La posición del Gobierno no ha sido tan fatalista, ¿ustedes cómo los ven?

A. P.: Escuche a varios voceros oficiales y también observe sus rostro y constaté que si bien las palabras eran trivializando el problema es que sus rostros mostraban estrés extremo!

Semana.com.: ¿Temen que con las nuevas fuerzas que se mueven en la corte la Ley de Amnistía no vea la luz?

A. P.: Todo el acuerdo queda suspendido en la débil línea de los argumentos del Centro Democrático. Se inicia un nuevo periodo de renegociación cuando creíamos que ya había terminado.