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La nueva oficina de la Presidencia para la capital del país a cargo de Gina Parody servirá de puente entre la Casa de Nariño y el Palacio de Liévano, la oficina del alcalde Gustavo Petro. | Foto: GUILLERMO TORRES/SEMANA

BOGOTÁ

Gina Parody y Gustavo Petro: ¿quién manda a quién?

Al nombrar a Gina Parody como consejera para Bogotá, el presidente Santos adelanta un par de años la batalla política e ideológica por el control de la capital.

15 de septiembre de 2012

"Con Gina Parody no se practica la política del odio sino del amor”. Así recibió el alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, el nombramiento de su antigua contendora como alta consejera presidencial para los asuntos de la capital del país. Por su parte, la excandidata independiente al gobierno capitalino en las elecciones pasadas devolvió el cariñoso comentario. En entrevista a El Tiempo afirmó que “no llega a hacer oposición” a la administración distrital.

A pesar de las mutuas demostraciones de afecto, la decisión de Juan Manuel Santos de llevar a Parody a la Casa de Nariño ha sido interpretada como una declaración de guerra contra los Progresistas. En palabras de uno de sus voceros en el Concejo, el cabildante Carlos Vicente de Roux: “Esos nombramientos se hacen con entes territoriales débiles, en graves problemas. Ponerle una consejería a Bogotá demuestra una falta de confianza grande en el gobierno distrital”. Al fin de cuentas, la exsenadora se ha convertido este año en una de las más férreas opositoras de la alcaldía petrista. Mediante intervenciones y columnas en los medios de comunicación así como trinos desde su cuenta de Twitter, la nueva asesora ha criticado duramente al burgomaestre capitalino. Que unas dos terceras partes de los bogotanos tengan hoy una imagen negativa de la gestión de Gustavo Petro en el Palacio de Liévano no hace más que ratificar los efectos políticos de la movida de Santos.

El ambiente actual en la ciudad favorece el estreno de la nueva consejería. La más reciente encuesta de Gallup muestra que un 60 por ciento de los capitalinos cree que las cosas en Bogotá van por mal camino. Si bien en los últimos meses Petro ha venido tomando decisiones muy publicitadas en servicios públicos y transporte, sus índices de aceptación no despegan. Una oficina de coordinación con la agenda del gobierno nacional, como la que ha descrito Parody, podría ser bien recibida por una ciudadanía a la espera de intervenciones eficientes en temas críticos como movilidad y seguridad. Como lo afirma otra voz crítica, el concejal independiente Juan Carlos Flórez: “Si se crea la consejería para Bogotá con el objetivo de gestionar cosas sería un éxito, pero si es para hacer oposición es un gran desacierto”.

A la Casa de Nariño le conviene contar con una figura reconocida y preparada como la de la nueva consejera que le sirva de vocera única de la ejecución dentro del territorio capitalino. Así mismo, Parody contará a partir de ahora con un potente megáfono desde la propia Presidencia de la República para promover su visión de ciudad y con una plataforma del más alto nivel para consolidar las credenciales necesarias para aspirar a convertirse en alcaldesa mayor en 2015. Petro, por su parte, goza de un importante margen de maniobra como gobernante distrital y solo tendrá que coordinar con este recién creado despacho acerca de una serie de asuntos específicos.

Que la administración Santos decida montar un equipo técnico para coordinar recursos y estrategias con la ciudad más importante del país no está bajo discusión. El debate se ha centrado en la escogencia de Parody, quien parece haber recibido la bendición presidencial para su futura aspiración. En menos de un año, el primer mandatario ha vinculado a tres jóvenes candidatos a la Alcaldía de Bogotá: David Luna como viceministro de Trabajo, Carlos Fernando Galán en Anticorrupción, y ahora Gina Parody como consejera para la capital. Con ese reclutamiento presidencial de los líderes con más proyección política en el Distrito, quedan pocas dudas de que Santos planea pelearle a la izquierda el control del gobierno bogotano.