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LA HISTORIA DE JAISON

Puesta en duda la historia de la revista Life sobre un niño colombiano al que le habrían sacado los ojos.

29 de noviembre de 1993

HACE UN MES LA REVISTA Life publicó una fotografía de Jaison Cruz Vargas tocando una flauta, con un pie de foto según el cual al pequeño le robaron los ojos en el hospital de Villeta cuando tenía ocho meses de nacido. La foto estremeció al país, pero especialmente a los medios de comunicación y a las organizaciones de derechos humanos que, asombrados con el relato, se pusieron inmediatamente en la tarea de auscultar todos los de talles relacionados con la terrible historia.
Pero, pese al interés que despertó en todos, la verdad de como sucedieron los hechos en lugar de esclarecerse, tiende, por el contrario, a confundirse cada día más. Hasta el momento, las versiones resultan encontradas y muy distintas las unas de las otras. Puede que detrás de cada una de ellas lo que exista sea mucha fantasía y algo de sensacionalismo. En otras palabras, la historia puede no ser tan real como se pensó en un comienzo.
Tanta es la confusión que hasta ahora lo único que puede afirmarse con certeza es que Jaison nació el 27 de agosto de 1983 en Utica (Cundinamarca), como consta en su tarjeta de identidad y como dijeron sus padres Elisio y Luz Dary a SEMANA. De resto, cada una de las partes tiene una propia versión de los hechos.
Según los padres de Jaison, el niño nació sin problemas de visión. "Jaison no nació ciego. El nació sano, igual que Wilmer y José Rusbell, nustros otros hijos".
Cuando tenía ocho meses, Jaison se deshidrató debido a una dia rrea que obligó a sus padres a internarlo en el centro de salud de Utica. Pero la enfermedad les exigió trasladarlo al hospital de Villeta. Ante las pocas posibilidades de vida, lo remitieron más tarde a un hospital de Bogotá.
"Cuando nos lo entregaron, el niño tenía los ojos vendados. Los médicos no le dieron posibilidades de vida y lo que nos dijeron fue que lo trajéramos a Bogotá. Nosotros, sin embargo, no pregun tamos por qué nos lo devolvían vendado si cuando lo llevamos al hospital lo que él tenía era un problema de estómago. En Bogotá estuvo una semana hasta que los médicos dijeron que tampoco podían hacer nada para salvarlo y que teníamos que sacarlo del hospital. Un médico nos dijo que el niño había llegado vendado porque en Villeta le habían operado los ojos. Cuando averiguamos, en Villeta nos dijeron que el médico que lo atendió murió en un accidente de tránsito", relató a SEMANA el padre de Jaison.
Esta versión de los padres, sin embargo, no coincide con la de Life ni con la que aparece en la historia clínica del menor, que reposa en el instituto que lo atiende desde hace 10 años.
Life no dice que el niño fue operado de los ojos, como les dijeron los médicos de Bogotá a sus padres, sino que en Villeta estos órganos le fueron extraídos para venderlos posteriormente, es decir, para traficar con ellos. Auque escabrosa, la versión de Life no es descabellada si se tiene en cuenta que Colombia, pese a las restricciones legales, es uno de los países donde más se trafica con órganos.
No obstante, lo que verdaderamente llama la atención es que la versión de los padres tampoco coincide con la que aparece en la historia clínica que tiene Jaison en el instituto donde cursa segundo de primaria y donde goza de admiración por parte de las directivas, que destacan, sobre todo, sus aptitudes musicales y deportivas.
En efecto, de acuerdo con una funcionaria del instituto, que res pondió a varios periodistas, entre otros al programa "Ocurrió así" de la cadena Telemundo de Estados Unidos que también quiso conocer la historia, Jaison nació invidente y muy pequeño debió extraérsele uno de sus ojos porque tenía una infección avanzada que, de no tratarse podría comprometer su otro ojo. De manera que según la historia clínica, el niño no nació normal, como afirman sus padres. Pero, en caso contrario, de tener ellos la razón, quiere decir que, en efecto, un gesto inhumano y cruel dejó sin visión al pequeño Jaison. En medio de la confusión también empieza a tomar fuerza la versión según la cual detrás de esta historia existe una alta dosis de imaginación, entre otras de la revista Life que, a la imagen que tiene Colombia de tráfico de droga, vino a sumarle la de país traficante de órganos.