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| Foto: SEMANA

POLÍTICA

La lista de Uribe al Senado

El expresidente está prácticamente decidido a encabezar la lista de su nuevo partido al Senado. El santismo no se va a quedar con los brazos cruzados: un proyecto de reforma constitucional podría atravesársele en el camino.

19 de enero de 2013

Una de las noticias políticas del año –si no se atraviesa ningún impedimento de última hora– es que Álvaro Uribe va a lanzar una lista al Senado para las elecciones del 9 de marzo del año próximo y él mismo la encabezaría.


No solo sería histórico, porque es la primera vez que un expresidente en Colombia aspira al Senado, sino que de concretarse produciría cierto impacto en la política del país. En primer lugar, el proceso de paz que adelanta el gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc en La Habana automáticamente se convertirá en tema de la campaña. De hecho, según pudo establecer SEMANA, uno de los cuatro ejes de la campaña uribista sería: “¡Vote por nosotros porque ellos quieren meter a las Farc en el Congreso!”. 

En segundo lugar, dependiendo del número de curules que logre sacar esta eventual lista, el mapa político del país puede cambiar. Una cosa es si la lista saca 20 senadores y otra muy distinta si saca cinco. En otras palabras, las elecciones al Congreso serán el gran duelo electoral entre el uribismo y el santismo. Allí se sabrá de una vez por todas si el primero, más allá de las encuestas, tiene votos. Los cálculos de cuántos congresistas puede sacar una lista encabezada por Uribe van desde los 30 que le auguran seguidores suyos como el senador Juan Carlos Vélez o el exvicepresidente Francisco Santos, hasta los “máximo 12” que dice Armando Benedetti.

Tal y como van las cosas, si no se aprueba una ley de transfuguismo para que los hoy congresistas puedan cambiar de partido, Uribe se la tendría que jugar en su lista en su mayoría con votos de opinión. Sin embargo, la apuesta de los uribistas es que el nombre de su jefe arrastra no solo el voto de opinión, sino que atraería un abundante voto abstencionista.

SEMANA habló con siete personas que hacen parte del proyecto político de Álvaro Uribe y todos están convencidos de que va a estar en la cabeza de la lista, aunque advierten que él nunca ha dicho estar decidido por completo. “Yo no veo ninguna posibilidad de que no la encabece”, dice uno de sus más cercanos.

Desde noviembre del año pasado viene dando puntadas: “Muchos colombianos han dicho que se debe presentar mi nombre en una candidatura al Senado. Yo no debería hacerlo. Debería dedicarme a apoyar a las nuevas generaciones. Sin embargo, por las circunstancias, yo no puedo cerrar el debate. Yo no puedo cerrar las puertas”, dijo a una emisora en Barranquilla. Y el jueves pasado, en una entrevista con Radio Santa Fe, anotó que “no está descartado” que su nombre lidere la lista. 

Aunque Uribe tenía el tema hace rato en la cabeza hasta hace seis meses no estaba entre sus planes lanzar una lista propia por fuera de los partidos existentes. El expresidente no se quería desprender de La U, partido que él consideraba suyo. “Yo no puedo estar creando partidos cada cuatro años”, le decía a su círculo más cercano. Sin embargo, cuando se dio cuenta de que en la práctica lo había perdido, porque los congresistas le decían una cosa cuando estaban con él y hacían otra en los debates en el Congreso, decidió que debía armar de nuevo su movimiento.

Ha sostenido todo tipo de encuentros para darle forma a su lista: desde reuniones con empresarios de la costa, que le advirtieron que él tenía que encabezar para que la lista tuviera éxito, hasta visitas al exministro Andrés Felipe Arias en su sitio de detención para compartir con él las líneas gruesas de su propuesta.

El miércoles pasado el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, y el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga se reunieron con él en Medellín para recibir instrucciones sobre lo que debían hacer. Uribe les dijo “reúnanse y definan un mecanismo para elegir el candidato. Puede ser una encuesta, una consulta, lo que ustedes quieran, pero háganlo pronto”. Y también les pidió que se reunieran con frecuencia. Porque, como dice otra persona, “el uribismo no es un grupo unido sino una serie de combos en los que unos trabajan más que otros”.

Esa misma noche, de regreso en Bogotá, Zuluaga y Lafaurie convocaron en la casa de la exministra de Defensa Marta Lucía Ramírez, al exembajador Carlos Holmes Trujillo, al exvicepresidente Francisco Santos y al senador Juan Carlos Vélez. Es decir, una cumbre de los llamados a ser precandidatos presidenciales por el uribismo. Al día siguiente, Francisco Santos le dijo a Caracol Radio que Uribe está más cerca del “sí” que del “no” para encabezar la lista al Senado.

Ya tienen puntos prácticamente decididos: van a recoger firmas y la lista al Senado va a ser cerrada. Sobre los nombres que estarían en la lista, hay algunos casi fijos como Paloma Valencia y Alfredo Rangel, otros nombres de jóvenes que suenan como el zar anticorrupción Óscar Ortiz, el exasesor del Ministerio de Transporte Andrés Guerra y el ex vice ministro de Defensa Rafael Guarín. Así mismo, de la baraja de precandidatos presidenciales los que no queden elegidos podrían terminar en la lista al Congreso. Uribe, según dicen varios de sus allegados, hasta ahora lo que ha hecho es decirle a quienes quieren sumarse: “Haga el ejercicio. Trabaje. Y ahí vamos viendo”. 

“Han sonado muchos nombres pero no hay nada seguro. Estos tres meses que no hay Congreso vamos, primero, a tratar de crear una estructura regional. En la primera semana de febrero tendremos reuniones y vamos a ver cómo la organizamos”, explica el senador Vélez.

El gobierno, por su lado, no se va a quedar de brazos cruzados. Todo indica que no va a permitir que se apruebe una ley de transfuguismo. Esa decisión se sustenta en un ejercicio de buen gobierno, pues no es serio un sistema político que cada cuatro años les da una palomita a los congresistas para que cambien de partido. En la práctica, afecta los intereses del uribismo pues varios de los congresistas de hoy no podrían cambiarse a la lista del expresidente.

También se baraja la posibilidad de que Germán Vargas Lleras lidere la que sería una de las listas del oficialismo al Congreso. Vargas ha dicho que él hará lo que Juan Manuel Santos le pida. Y Santos, a su vez, aceptó la semana pasada, que esa hipótesis se ha discutido: “Me gustaría que varios de los funcionarios y de los colaboradores míos participaran en las listas al Congreso”, dijo en el programa radial Hora 20.

Esta semana se reúne precisamente la mesa de Unidad Nacional y uno de los platos fuertes será lo electoral. En ella se pondrá en discusión un proyecto de reforma electoral que frenaría los intereses del uribismo. Se trata de acabar con la circunscripción nacional para el Senado y volver al esquema de senadores elegidos por cada departamento. De llegar a prosperar una reforma como esta se le pondrían un poco cuesta arriba las elecciones a la eventual lista uribista, pues una cosa es una lista nacional encabezada por Álvaro Uribe, y otra muy distinta, para efectos del votante, que Uribe solo pueda encabezar la lista de Antioquia o cualquier otro departamento.

Ese es solo uno de los diez puntos de un proyecto de reforma electoral que anunció el representante a la Cámara Alfonso Prada en el congreso del Partido Verde, al cual asistió el presidente Santos y su ministro Fernando Carrillo. El propósito de Prada es que esta reforma sea impulsada por el gobierno y la mesa de Unidad Nacional. Sin embargo, esta revista pudo establecer que tanto Carrillo como el ministro Germán Vargas preferirían que este punto quedara por fuera de la reforma pues es un cambio radical para debatirlo menos de un año antes de la contienda electoral.

Mientras la mesa de Unidad Nacional se reúne en Bogotá, Álvaro Uribe comenzará campaña en forma: el 31 de enero va a estar en Santa Marta y otros municipios de Magdalena, el 1 y 2 en La Guajira, y el 3 en San Andrés.