Ecuador
Las alarmantes denuncias de familias de presos colombianos en Ecuador: “Son tratados como animales y se están muriendo de hambre”
Familiares de reclusos en la cárcel de Guayaquil en Ecuador denuncian que los reos se están muriendo de desnutrición y tuberculosis; muchos de ellos son colombianos. Esta semana fallecieron diez.
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SEMANA accedió en exclusiva a testimonios estremecedores de familiares y reclusos colombianos que denuncian un infierno silencioso dentro de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, la cárcel más violenta y poblada de Ecuador. Diez privados de la libertad fueron hallados muertos dentro de sus celdas en las últimas horas, pero las familias aseguran que la cifra real es mucho mayor y que varios fallecidos pasan días enteros junto a reclusos vivos, en medio de un foco mortal de infección, maltrato, abandono y desnutrición extrema.
Los cuerpos, según informes oficiales, pertenecen a hombres de entre 19 y 49 años, distribuidos en siete pabellones distintos: 1, 6, 7, 9, 10, 11 y 12. Sin embargo, testimonios recogidos por SEMANA indican que dentro de esos pabellones habría más cadáveres que no han sido retirados.
“Ayer sacaron tres personas del pabellón 1. Hoy avisaron que han muerto diez más. No se queden calladas, vayan a preguntar por sus familiares”, dice uno de los mensajes enviados entre familiares que desesperadamente buscan respuestas.
A pesar de que Policía, Fiscalía, Criminalística, Dinased y el Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI) hicieron presencia en el penal entre las 8:35 y las 13:30 del pasado jueves para levantar los cuerpos, aún no hay un reporte oficial sobre las causas de muerte. Pero fuentes internas aseguran que la tuberculosis y la desnutrición se han convertido en “la condena dentro de la condena”.

La situación es tan grave que algunos presos conviven con cadáveres en descomposición hasta tres días. “Esas personas fallecidas no son de anoche, tienen muertos antes. Mueren por la tuberculosis. A los militares y guías penitenciarios no les importan. Los dejan morir. Ellos están gritando porque están enfermos y no hay ayuda”, asegura la madre de un interno del pabellón 6.
Estas muertes se conocen justo después del traslado de 87 reclusos provenientes de la cárcel de Machala, escenario de otra masacre, que dejó 32 muertos el 10 de noviembre. Las prisiones ecuatorianas se han convertido en epicentros de la violencia criminal, controladas por mafias internas que administran comida, medicinas, espacios y hasta la vida de los detenidos.

Desafortunadamente, entre las víctimas de este sistema fallido hay decenas de colombianos. SEMANA conoció en primicia el testimonio de Fernando de Rosas, un joven de Samaniego, Nariño, cuyo hermano, David Mauricio Rosas, y otro hombre criado como su hermano, André Castelín Guerrero López, están encerrados en ese penal en condiciones infrahumanas.
Según relata, ambos viajaron a Ecuador buscando un sustento para su familia tras la caída económica que provocó la pandemia. Eran barberos conocidos en su región y, además, participaban en labores comunitarias para apoyar a abuelos y niños abandonados por el Estado.
Terminaron presos en Guayaquil en circunstancias que la familia aún no consigue entender y que, según afirma, podrían incluir montajes judiciales. Hoy, asegura, están al borde de la muerte.

“Esa cárcel es un infierno. No hay derechos humanos, la alimentación es escasa, no tienen derecho a salud, no tienen derecho a nada. Los presos ya parecen zombis. Ni un perro come como ellos comen. Mueren dos, tres, cuatro, hasta cinco personas al día o por semana, incluidos colombianos. Mueren por tuberculosis, tan mortal si no tiene tratamiento”, denuncia Fernando.
Asegura que hay fotografías, videos y pruebas que atestiguan la gravedad del caso. Afirma que los familiares de presos colombianos han pedido repetidamente apoyo al Gobierno.

