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El exsenador Iván Moreno responde ante la justicia por el llamado ‘carrusel’ de la contratación.

POLÉMICA

Los abusos de Iván Moreno en La Picota

Semana.com revela las andanzas del exsenador. Lo visitan funcionarios, que fungen como abogados, y cocineros privados.

23 de junio de 2013

Cuando se creía que era difícil que el pabellón de la parapolítica en la cárcel La Picota produjera un escándalo más, Semana.com revela nuevos y vergonzosos episodios en ese lugar. Esta vez el protagonista es el exsenador Iván Moreno, hermano del exalcalde de Bogotá, Samuel Moreno. Ambos están involucrados en el ‘carrusel de la contratación’.

Este medio confirmó la información con varios compañeros de presidio del exsenador quienes contaron en detalle la lista de anomalías. “Es como un niño malcriado y caprichoso que, por alguna extraña razón, está convencido de que aquí se debe hacer lo que a él se le da la gana”, dijo uno de ellos que prefirió mantener su nombre en reserva.

Las irregularidades comienzan con un privilegio que aunque está contemplado en el reglamento, él lo acomodó para su propio provecho. En el penal, por norma, se autoriza que algunos familiares ingresen en vehículos particulares hasta las puertas del pabellón ERE Sur donde él y al menos medio centenar de exservidores públicos se encuentran detenidos.

Este beneficio está contemplado para casos en donde los familiares de los reclusos sean hijos menores de edad o personas que, por motivos de salud o de avanzada edad, no pueden caminar el largo trayecto existente entre la entrada principal y el pabellón.

Sin embargo, Moreno ha hecho que este sea extensivo a distintas personas, entre familiares lejanos, amigos y abogados. Pero lo más llamativo es que además usa el permiso para que puedan entrar sus empleadas domésticas y las niñeras de sus hijos. Estas, generalmente, llegan con alimentos para prepararle los platos de su predilección. “La cosa ha llegado a tal punto que es muy común verlo consumir exquisitas comidas delante de sus compañeros”, dijo uno de ellos.

El privilegio del vehículo también lo disfruta el exsenador Álvaro García Romero, condenado por la masacre de Macayepo. “En el carro particular logran ingresar personas que no están autorizadas. Lo hace con la complicidad de la guardia, pero de eso no saben las directivas del penal”, dice uno de los reclusos de ese pabellón.

La 'courier'

Servicio doméstico, niñeras, mercados y visitas con privilegios, son tan solo el abrebocas de las irregularidades. Dos o tres veces por semana se volvió habitual la visita de una mujer de cerca de 50 años, elegante y de cabello castaño.

Intrigados por el misterio que rodea esos encuentros, los reclusos se dieron a la tarea de averiguar quién era ella. Encontraron que se trataba de Claudia Lucía García, representante del Gobernador de Santander, Richard Aguilar, como directora de la Casa de ese departamento en Bogotá.


En la foto Claudia Lucía García (der) la asesora de la Casa de Santander quien visita al exsenador Iván Moreno.

Lo insólito es que ella se presenta como una influyente abogada que tiene acceso a la Corte Suprema de Justicia. "Dice que es amiga íntima de algunos magistrados", confirmó una fuente. A los compañeros de Moreno les sorprende que los ingresos de la señora García se amparen en la figura de la visita jurídica exclusiva de los abogados que visitan a sus representados dentro del ejercicio de su profesión.

Es vox populi en el pabellón de la parapolítica que la señora García está engañando al Inpec y a la dirección de La Picota. En el ámbito legal ese fraude, si se comprueba, puede costarle su tarjeta profesional. Un interno dijo que “a ella parece no importarle ingresar como abogada de Iván Moreno, así sea de público conocimiento que en sus procesos no funja como defensora de él”.

Periodistas de Semana.com se entrevistaron con la funcionaria quien reconoció ingresar al penal con un carné de abogada, sin que esté expresamente autorizada para ello, y mucho menos en días no permitidos para visita de amigos y familiares.

Algo confundida por el hallazgo de Semana.com Claudia Lucía aseguró: “Ese carné me permite ingresar más no ejercer (…) Yo sé el problema que esto conlleva, pero no voy a decir mentiras. ¿Ustedes me van a joder por esto?".

¿Pero a qué va? “Hasta donde sabemos, ella es una especie de ‘courrier’ (correo) que le lleva y le trae cosas e información. Incluso ha dicho que maneja asuntos importantes del exsenador en Estados Unidos”, aseguró un recluso. De ser cierta esta versión, las preguntas son obvias: ¿Qué razones está enviando Moreno a Estados Unidos? ¿Para qué? ¿A quién?

Hace pocos días, por un caso similar, se abrió una investigación contra la senadora Olga Suárez Mira quien ingresaba a ese pabellón usando su tarjeta profesional de abogada para visitar a su hermano Óscar procesado por parapolítica.

El zar de las celdas

"El exsenador decidió convertirse en el amo y señor del pabellón", dice otra fuente. Asegura que es él, quien, en ocasiones, decide qué celda utilizar y se toma, además, la licencia de asignar algunas de ellas a otros reclusos que él ha modificado o les ha hecho arreglos.

“Eso ocurrió con la celda que hoy ocupa un exalcalde detenido. En efecto, Moreno la adjudicó, le hizo reformas entre ellas un ventanal, incluso ordenó el encerramiento del pasillo exterior para tener sala de recepción y salón de juegos para sus hijos, pero como sus compañeros le protestaron, suspendió el encerramiento y decidió no ocuparla”, aseguran allí.

Así como Moreno, el exsenador Álvaro García, también se ha tomado esas licencias de hacer ‘arreglitos’ a su lugar de reclusión. Hace pocas semanas amplió sin autorización alguna su celda tal y como lo hizo una vez el exsenador Juan Carlos Martínez, lo que le ocasionó su traslado a otra cárcel y una sanción disciplinaria al director de la época.

Este medio supo además que Iván Moreno tiene bloqueada al menos dos celdas por lo que el establecimiento no dispone de ellas: la que ocupó hasta enero el exsenador Enrique Caballero y donde estuvo hasta diciembre del 2011 el exsenador Mario Uribe, y la suya propia. "Son celdas que no se tocan", dijeron.

Eso se suma al reciente escándalo que produjo cuando se conoció que a finales de mayo pasado el exsenador violó las normas penitenciarias al salir de su pabellón para ingresar a otro en el cual permanece el exsecretario de Salud Héctor Zambrano.

Pero, ¿por qué actúa así Moreno? En círculos cercanos a su defensa, se dice que es una estrategia para que lo saquen del patio de parapolíticos con lo cual le surge la esperanza de que por fin, la Dirección General del INPEC, atenderá las varias solicitudes que le ha presentado el exsenador para que lo trasladen a un sitio de reclusión con un régimen menos estricto.

Moreno considera que su condición de exsenador y exministro le otorga el derecho de estar recluido en alguno de esos batallones o academias militares o de Policía, muy diferentes a La Picota. En conclusión, Moreno se puso de ruana a la que se creía una de las cárceles más rigurosas del país.