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El Bloque Élmer Cárdenas, comandado por Alfredo Berrío, alias‘El alemán’, actúa en el Urabá chocoano

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Los ex jefes desmovilizados

Con la próxima desmovilización de 'Jorge 40', se completa, en teoría, el desmonte de las estructuras paramilitares. Quedan dos pesados: 'el Alemán' y 'Martín Llanos', y muchas preguntas sobre la capacidad de reproducción de estos grupos armados.

11 de febrero de 2006

En pocos días, una de las principales estructuras paramilitares que actúan en el país entregará las armas. Se trata del Bloque Norte de las AUC, al mando de Rodrigo Tovar Pupo, conocido con el alias de 'Jorge 40'. Mas de 2.000 hombres de ese grupo paramilitar se desmovilizarán en la vereda La Mesa, del municipio de Valledupar. Cuando esto ocurra, se habrán desmovilizado 30 bloques paramilitares y 27.000 combatientes desde cuando este proceso comenzó, en noviembre de 2003.

La cifra sin duda es importante para el gobierno, aunque no deja de despertar algunas suspicacias. Cuando arrancó el desarme, gobierno y autodefensas anunciaron que la cifra total de combatientes por desmovilizar sería de 15.000 hombres, y ahora hay 12.000 paras adicionales que no estaban en las cuentas de nadie. Pero más allá de esta extraña diferencia numérica, la pregunta de fondo que muchos colombianos se hacen es si 'Jorge 40' y sus hombres eran los últimos paramilitares. La respuesta es no. Aún quedan muchos.

Para comenzar, no es claro qué va a pasar con varias estructuras paramilitares que nunca entraron a la mesa de negociación de Santafe Ralito y que han actuado como ruedas sueltas, incluso dentro de las mismas AUC. Tal es el caso del bloque Élmer Cárdenas, comandado por Alfredo Berrío, alias 'El Alemán'. Esa organización criminal, que actúa en el Urabá chocoano, cuenta con aproximadamente 2.500 hombres. Aunque hace varios meses el propio comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, anunció conversaciones con ese grupo para llegar a su desmovilización, es poco lo que se ha avanzado en ese sentido.

Lo que se conoce es que ese bloque ha continuado en pie de guerra y como consecuencia de su agresividad, varias poblaciones del norte de Chocó han padecido desplazamientos.

No menos grave es lo que ocurre con las Autodefensas Campesinas del Casanare (ACC), comandadas por Héctor Germán Buitrago, alias 'Martín Llanos'. Hace apenas dos años este bloque, que actúa en Casanare, Meta, norte de Boyacá y parte de Cundinamarca, estaba al borde de desaparecer. Era atacado por todos los flancos. Por un lado, estaba enfrascado en una guerra fratricida con otro grupo, Centauros, por el control del área. Y también era el objetivo principal de un grupo elite de la Policía designado por el presidente Álvaro Uribe, para atacar a ese grupo que nunca quiso hacer parte de la negociación.

Hoy las ACC de 'Llanos' se han recuperado y cuentan con cerca de 1.500 hombres. Su presencia se siente fuertemente en los últimos meses en la propia capital de la República, en donde tienen varias 'oficinas de cobro' dedicadas a la extorsión y al ajuste de cuentas. "Muchos de los muertos que han aparecido en baúles de carros o han sido baleados en las calles se deben a que 'Llanos' quiere recuperar el control que tuvo hace muchos años en Bogotá", dijo a SEMANA un oficial de la Policía Metropolitana de Bogotá.

La presencia de las ACC también es aparente en varios municipios de Boyacá, como Sogamoso y Duitama, en donde los paramilitares de 'Llanos' han exigido elevadas cuotas de extorsiones.

No menos incierta es la situación del grupo de autodefensas al mando de 'Jorge Pirata' y 'Didier' o 'Cuchillo', en el oriente del país. Estos dos jefes paras formaron hace más de un año una disidencia del Bloque Centauros. Están actuando en varios municipios de Meta y Vichada, con cerca de 1.000 hombres.

La mayoría de los hombres que han entrado a engrosar las filas de estas organizaciones, que actúan como ruedas sueltas, provienen de integrantes de estructuras que ya se han desmovilizado. Igual de inquietante es el surgimiento de nuevos grupos en diferentes regiones del país. Tan sólo entre junio y diciembre de 2005, las autoridades detectaron 13 nuevos grupos paramilitares que empezaron a actuar en zonas en donde se habían producido desmovilizaciones.

Algunos de ellos son estructuras paralelas creadas por comandantes que dejaron las armas y se acogieron al programa de desmovilización, pero que, utilizando hombres de confianza, continuaron con el mismo control territorial y las mismas actividades que venían desarrollando. La mayoría de esos 'nuevos paras' son grupos que comenzaron con 50 a 100 hombres, pero que rápidamente han crecido.

El fenómeno paramilitar recuerda a la hidra, un espantoso monstruo de la mitología griega que cada vez que sus adversarios cortaban su cabeza hacía crecer dos en su lugar. Estas organizaciones están lejos de desaparecer. Simplemente están cambiando de protagonistas. n