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Luis Alfredo Ramos a su llegada al búnker de la Fiscalía en Bogotá, al mediodía de este jueves. | Foto: Fiscalía

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Luis Alfredo Ramos y el fantasma del paramilitarismo

El ex precandidato uribista a la Presidencia pasa sus primeras horas en el búnker de la Fiscalía en Bogotá

29 de agosto de 2013

El fantasma del paramilitarismo vuelve a quitarle el sueño a Luis Alfredo Ramos Botero, uno de los precandidatos uribistas a la Presidencia de la República. Desde este jueves al mediodía, el también expresidente del Congreso está en el búnker de la Fiscalía en Bogotá, donde ahora espera el llamado de la Corte Suprema de Justicia para que responda si tuvo vínculos, por qué y para qué, con estos grupos ilegales que a punta de asesinatos, desapariciones, torturas y masacres impusieron el terror en el país durante casi dos décadas.

Según un completo informe de VerdadAbierta.com, no es la primera vez que el político antioqueño rinde declaraciones ante la justicia por cuenta de testimonios en su contra que lo vinculan con miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). En el 2007, un hombre que sirvió de escolta de varios jefes paramilitares, llamado José Raúl Mira Vélez, le dijo a la Corte Suprema que Ramos Botero se había reunido con él, con otro paramilitar y con un general del Ejército a principios del 2000 en el centro de Medellín.

En esa reunión, dijo el testigo, el político antioqueño y el alto oficial le propusieron organizar y darles entrenamiento militar a los paramilitares que ingresarían a la ciudad supuestamente a copar los espacios de las milicias urbanas de la guerrilla. Pese a la polémica, esas denuncias no prosperaron y en las elecciones de ese año fue elegido gobernador de Antioquia.

Según el portal, Mario Iguarán Arana, siendo fiscal general, ordenó cerrar la investigación que se llevaba en contra de Ramos tras considerar que no existían pruebas suficientes para vincularlo con grupos paramilitares. “Ramos tuvo una actuación pública y no hizo pactos ni componendas con grupos irregulares”, dijo en ese entonces el alto funcionario.

No obstante, la Corte Suprema de Justicia abrió de nuevo investigación preliminar contra el entonces gobernador de Antioquia en el 2011, luego que el extraditado narcotraficante Juan Carlos el 'Tuso’ Sierra declaró ante fiscales de Justicia y Paz que Ramos tuvo vínculos con varios jefes de las AUC.

La presencia de las AUC

En su versión, este narcotraficante señaló que las autodefensas apoyaron la campaña del político antioqueño al Congreso en el 2002 y que siendo senador participó en una reunión a la que asistieron varios jefes de las AUC, entre ellos Iván Roberto Duque, alias ‘Ernesto Báez’, y otros políticos antioqueños, como el recientemente condenado Óscar Suárez Mira. De hecho, en la resolución de acusación de este último, se habla de esas reuniones.

VerdadAbierta.com recuerda que según lo aportado a la Corte Suprema por alias ‘el Tuso’ y otros paramilitares, como Pablo Hernán Sierra, alias ‘Alberto Guerrero’, y alias ‘Ernesto Báez’, dicha reunión tuvo lugar en enero del 2005 en una finca ubicada en la vereda Tierradentro, municipio de Bello, de Hugo Albeiro Quintero, propietario de la empresa Bellanita de Transportes y sobre quien pesaban, por aquellos años, serios señalamientos de ser el jefe de la temida banda delincuencial de Pachelly, que operaba en esa población del norte del Valle de Aburrá, y de ser hombre cercano al jefe paramilitar Vicente Castaño Gil.

A ella, según las confesiones, concurrieron los comandantes paramilitares Rodrigo Pérez Alzate, alias ‘Julián Bolívar’; alias ‘Ernesto Báez’ y alias ‘Alberto Guerrero’, quien en ese momento no participaba del proceso de paz con el gobierno nacional, y los congresistas Óscar Suárez Mira y Ramos Botero, entre otros.

“A esa reunión asistieron amigos de las autodefensas, pues, es como yo siempre he dicho, esto fue de amigos, las autodefensas siempre buscamos a los amigos. Uno invitaba a otro y ese otro a otro, y así. Esto fue de amistad porque a nadie se le obligó a ir a esas reuniones”, declaró alias ‘Alberto Guerrero’ a la alta corte, y añadió que el motivo del encuentro no fue otro que hablar sobre la ley de Justicia y Paz, que estaba en trámite en el Legislativo por aquel entonces.

El portal dice, además, que los testimonios de los paramilitares resultaron fundamentales en el juicio que la Corte le siguió a Óscar Suárez Mira, quien fue condenado en julio pasado a nueve años de prisión por el delito de concierto para delinquir. La pregunta ahora es si estas declaraciones serán igual de relevantes en el proceso que se le seguirá a Ramos Botero.

Aparece el 'Alemán’

También cabe el interrogante de si la alta corte valorará los testimonios del exjefe paramilitar Fredy Rendón Herrera, alias el 'Alemán’, que aparecen consignados en el proceso contra Suárez Mira, donde señala que atendió en más de una oportunidad a varios integrantes del desaparecido partido político Alas Equipo Colombia, del cual Ramos Botero fue su principal figura, quienes le solicitaron apoyos económicos para las elecciones parlamentarias del 2006.

Al respecto, Ramos reconoció recientemente en entrevista dada al diario El Tiempo que si bien sí se reunió con los paramilitares mencionados, lo hizo en calidad de congresista y en atención a una invitación de su copartidario Óscar Suárez Mira; además, dijo que se limitó a escuchar las preocupaciones de alias ‘Ernesto Báez’ sobre del trámite de la ley de Justicia y Paz, y que nunca ha buscado, recibido o necesitado apoyos de ninguna índole de grupo armado ilegal alguno.

El uribismo y la consulta

La detención de Ramos Botero tendrá un impacto profundo en Centro Democrático, que lidera Álvaro Uribe y que busca enfrentarse en las próximas elecciones presidenciales al jefe del Estado, Juan Manuel Santos.

Con la captura de Ramos es muy probable que el uribismo pierda fuerza, incluso en una región como Antioquia, donde el exgobernador tiene su feudo político y donde quizá tenía la esperanza de alcanzar con el una gran votación. No en vano Uribe reaccionó a la captura de Ramos y dijo que era un hombre intachable.

A Ramos, el fantasma del paramilitarismo que lo persigue desde hace años, ahora no lo deja dormir tranquilo ni en libertad.