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| Foto: SEMANA

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Nació Julián, el hermanito de Yuliana

La familia de la pequeña cuyo crimen conmocionó al país en diciembre pasado celebró este martes el nacimiento de un nuevo miembro de la familia; justo un día antes de que un juez lea el fallo en contra del asesino Rafael Uribe Noguera.

28 de marzo de 2017

Al medio día de este martes nació en el Hospital de Popayán Julián Andrés Samboní Muñoz, un bebé cuyo nombre lleva implícito un homenaje que su familia quiso dejarle para el resto de la vida.

Juvencio y Nelly, sus padres, pensaron en que esa sería la mejor forma de honrar la memoria de Yuliana Andrea Samboní, esa hija que todos los días extrañan. La pequeña de siete años fue secuestrada, abusada y asesinada en diciembre pasado por Rafael Uribe Noguera.

Los primeros momentos de Julián en este mundo vinieron con algunos inconvenientes respiratorios. Nelly, le dijo Juvencio a Semana.com, quedó muy adolorida tras el parto.

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Y es que se trató de un embarazo complejo. Nelly estuvo enfrentada durante la última etapa de su gestación a una fuerte mezcla de sentimientos. Por un lado, experimentó una depresión severa por la muerte de su hija que la hizo encerrarse en su casa de la vereda El Tambo, en Bolívar, Cauca.

Julián, era lo que decían los médicos antes del alumbramiento, estaba bajo de peso. En un período anterior, el bebé tuvo enredado el cordón umbilical, lo que hizo que no se alimentara lo suficiente. Hubo un momento, días después del crimen de Yuliana, que Nelly sintió que la criatura se venía a destiempo. Ella también sufría desmayos muy frecuentemente.

Entonces Juvencio tuvo que sacar arrestos de donde pudo para no dejar que la familia se viniera abajo. En enero pasado, dos periodistas de SEMANA estuvieron en El Tambo acompañando unos días a los Samboní. Juvencio lucía circunspecto. Hablaba sólo lo necesario. Siempre que tenía oportunidad, traía algún recuerdo de su niña fallecida.

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Sentado en un butaco frente al fogón de leña para calentarse las manos, contó que cuando Yuliana tenía cinco meses la llevó a que la bendijeran en una romería que se suele armare alrededor de un santo, en un pueblo llamado San Lorenzo. Se notaba que a Juvencio le costaba contar la anécdota y decir que todavía guardaba la estampita. Se aguantaba las ganas de llorar. Era como si en su cabeza se diera una batalla entre dos fuerzas que lo perturbaban: una que lo empujaba al abismo de la depresión y otra que lo alentaba a no perder el ánimo y el equilibrio. Y la segunda fue la que lo sacó adelante. Algo así trató de explicar cuando dijo que no se podía dar el lujo de derrumbarse. “Ese es el pensamiento mío. Si yo me caigo, si me hundo, la otra niña mía (refiriéndose a Nicole, la menor) va a quedar desamparada. Y eso es lo que me da más fuerzas. Porque Nelly en la condición que está no es capaz ni de firmar un papel. Es que ella también sufre del corazón. ¿Entonces quién hace las vueltas?”, dijo.

Pero Nelly, dice Juvencio ahora cuando ha nacido Julián, también siempre guardó esa esperanza que le daban Nicole, la hija menor, y el bebé que llevaba adentro.

Julián nació justo antes de que un juez leyera el fallo condenatorio en contra de Rafael Uribe Noguera. Luego de cerciorarse de que tanto Nelly como Julián estaban en buenas condiciones de salud, Juvencio emprendió el viaje hacia Bogotá para estar presente en la audiencia a la que no asistirá Uribe Noguera. Ni si quiera por Skype. Renunció a ese derecho. Cuando el juez lea los años que estará en prisión, el autor del crimen de Yuliana no estará allí para oírlo.