Home

Nación

Artículo

| Foto: http://mapacallejero.bogota.gov.co/

NACIÓN

Procuraduría pide cuentas por niño ahogado en curso de bomberos

El Ministerio Público llamó a audiencia verbal al jefe de Bomberos de Kennedy y a dos efectivos más responsables del curso 'Bomberitos'.

19 de noviembre de 2015

Cinco meses después del trágico desenlace de un niño de siete años que murió ahogado en una piscina de la estación de Bomberos de Kennedy, en el sur de Bogotá, se conocen las primeras decisiones en busca de responsabilidades. Lo hizo la Procuraduría, que juzgará las probables faltas en las que incurrieron tres efectivos de esa institución.

La medida cobija a José Gonzalo Peralta Dueñas, jefe de la estación; Javier Hernando Restrepo Cuéllar, coordinador del programa 'Bomberitos' para el primer semestre del año, y Ana Carolina Muñóz Ordóñez, quien servía de apoyo al desarrollo del curso en la primera mitad del 2015. Los tres fueron citados a audiencia en fecha que les será informada con previa notificación.

La historia

El 30 de junio del 2015 en la Estación de Bomberos de Kennedy se inició una etapa más del programa 'Bomberitos', una iniciativa que busca formar a los niños para afrontar situaciones de desastre. En esa oportunidad, aprovechando las vacaciones de los pequeños, se les preparó para enfrentarse a emergencias como terremotos, incendios forestales o ataques de abejas.

Aunque en el curso no estaba estipulado el desarrollo de actividades en piscina, diez días antes del incidente se pactó un curso rápido de natación.

En medio de las expectativas de padres e hijos y ante el afán de los bomberos responsables del programa para sacar avante la actividad, se olvidaron de algunos detalles importantes como solicitar autorización a la Unidad de Gestión de Riesgo y verificar la disponibilidad de equipos y personal de salvavidas.

Por las desatenciones de las autoridades responsables, el niño Nicolás Quevedo Rizo, de siete años, se ahogó en la piscina de la estación.

Aunque intentaron reanimarlo en el Hospital de Kennedy, a donde fue trasladado minutos después, todo fue inútil y no se pudo evitar el sufrimiento de la familia.

Mientras los parientes de Nicolás buscaban paliar su dolor, las autoridades trataban de encontrar respuestas a lo ocurrido. Organismos como la Procuraduría empezaron a poner en evidencia la cantidad de omisiones de seguridad en las que incurrieron los bomberos.

El organismo de control encontró que se incumplieron normas de seguridad para acceso a piscinas. Según el expediente, no se tuvo en cuenta la prohibición para que menores de 12 años ingresen a ellas sin la presencia de un adulto responsable, ni se verificaron las condiciones de respuesta frente al equipo de salvavidas. Eso y la falta de permisos llevaron a la Procuraduría a citar a audiencia a los tres funcionarios.

En el caso del jefe de la Estación, José Gonzalo Petalta Dueñas -dice el Ministerio Público-, debió tomar medidas de seguridad previas a la realización de la actividad. Además, tenía que informar a la Unidad de la Gestión de Riesgo sobre la inclusión del plan en la piscina, por ser esa la autoridad responsable de la autorización.

Según la Procuraduría, el bombero Javier Hernando Restrepo Cuéllar, coordinador del curso para esa época, compartía esa misma responsabilidad. También debía verificar el cumplimiento de normas de seguridad como la disponibilidad de material y personal de salvavidas.

Finalmente, Ana Carolina Muñoz Ordóñez, asignada como unidad de apoyo al curso, al parecer, tampoco cumplió sus deberes. A pesar de haber sido designada salvavidas, no contaba con distintivo, ni flotador circular con cuerda, dice el auto del organismo de control.

Hay que ver si esta triste tragedia y la evidencia del desconocimiento sobre normas de seguridad impulsan un cambio en las instituciones y en los funcionarios. Por lo pronto, la Procuraduría evaluará si los presuntos responsables merecen o no una sanción.