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AGRUPACIONES

Qué les deparan las cartas a los partidos

Las elecciones del próximo domingo cambiarán el mapa político del país. El Polo, los verdes y La U se juegan su presencia y poder a nivel nacional; los liberales creen que van a arrasar, Cambio Radical lograría victorias incómodas y los conservadores tienen más para perder que para ganar.

22 de octubre de 2011

POLO DEMOCRÁTICO:

Una voz que se apaga

En 2007, el único partido de oposición del país celebró en las elecciones locales. Logró, por segunda vez, alzarse como ganador en la plaza más importante de todas, Bogotá, con la elección de Samuel Moreno. Además, alcanzó la Gobernación de Nariño con Antonio Navarro Wolf. Sin embargo, cuatro años después, el panorama para el partido amarillo es aciago. Su candidato en Bogotá, Aurelio Suárez, no despegó a pesar de que hizo una campaña valiente y creativa. A fin de cuentas, la debacle de la administración de Moreno pesó demasiado. Después de ocho años, el Polo perderá la joya de la Corona. Y en Nariño el panorama es igual de gris. Aunque se considera que Navarro Wolf hizo buena alcaldía y su gestión registra bien en las encuestas, no tiene heredero definido. Lo más probable es que gane Raúl Delgado, que si bien es cercano a Navarro, decidió salirse del Polo y lanzarse por firmas. Parece que el Polo perderá lo que había ganado hace cuatro años. Y que su voz quedará relegada al Congreso, donde todavía tiene una bancada vigorosa -aunque diezmada- en cabeza de Jorge Enrique Robledo, Germán Navas Talero e Iván Cepeda.

LA U:

¿Partido o fábrica de avales?

El 2010 fue un buen año para el Partido de la U. Fue el gran vencedor en las elecciones al Congreso, pues se convirtió en la bancada más poderosa al elegir 78 congresistas. Su presidente, Juan Lozano, fue el mayor elector del país, con 193.000. Y poco después, su candidato, Juan Manuel Santos, se convirtió en presidente con una votación histórica en el país: nueve millones de votos. Se consolidó como el partido del poder. Sin embargo, en el terreno local, la historia es a otro precio. Nunca ha sido un partido fuerte. En 2007 sufrió una gran derrota al perder en 24 de las 25 capitales más importantes del país. Y este año la suerte no será muy distinta pues el poder a nivel nacional no se verá reflejado en las regiones, al menos en igual proporción. Probablemente tendrá mejores resultados que hace cuatro años -en el número de ediles, diputados, concejales y alcaldías-, pero también sufrirá reveses considerables. No ganará en Antioquia, la casa natural del uribismo, porque sus candidatos -Carlos Mario Estrada y Federico Gutiérrez- no despegaron. Sus mejores esperanzas están en Bucaramanga, Huila y Caldas. Pero La U no tiene candidatos propios en las plazas más importantes, aunque forma parte de coaliciones como la de Bogotá donde apoya a Enrique Peñalosa, del Partido Verde-, con buenas posibilidades. En esta elección quedará claro si La U es un partido con vocación de permanencia y poder o solo es una fábrica para entregar avales.

LIBERALES:

A por todo...

El presidente de la Cámara de Representantes, Simón Gaviria, afirmó la semana pasada que "los liberales vamos a ser la primera fuerza política en octubre". Y todo parece indicar que lo van a lograr pues hasta sus enemigos políticos lo aceptan. Según el veterano senador conservador Hernán Andrade, "el Partido Liberal va a ganar las elecciones porque ellos fueron más organizados, mientras nosotros nos suicidamos en peleas regionales". Desde principios de este año, el partido se concentró en encontrar candidatos afines a la agenda liberal que lidera el gobierno, y la polémica propuesta por el director del partido, Rafael Pardo, de apoyar una eventual candidatura de Santos en 2014, es un mensaje de que La U no es el único partido del presidente. "La liberal es la propuesta que va más acorde con la realidad política del país", dice un experto. Según cálculos de los estrategas rojos, aspiran a cosechar triunfos en San Andrés, Córdoba, Bolívar, Atlántico, Santander, Valle, Cauca, Putumayo, Caquetá y Tolima, y otras victorias por coalición.

CONSERVADORES:

Oportunidad perdida

Los azules no la tienen fácil. Si bien la apuesta es, según José Darío Salazar, "mantener nuestra presencia nacional", se pueden quedar cortos. Aunque seguramente les irá bien en número de alcaldías menores, concejos y asambleas, es un partido que no tiene vocación de poder y que está a punto de perder sus bastiones. El caso más preocupante es el de Antioquia, donde Luis Alfredo Ramos no puede estar seguro de que le entregará las llaves del departamento al candidato azul, Álvaro Vásquez. Aunque este ganó la consulta interna, no cuenta con el apoyo de toda la colectividad. Mientras tiene el respaldo de la gran electora paisa, la senadora Liliana Rendón, la casa Suárez Mira y los Valencia Cossio no respaldan su aspiración, y en las encuestas Sergio Fajardo le lleva ventaja a Vásquez.

Lo mismo sucede en Boyacá y en Nariño, fortines conservadores que no serán gobernados por un azul porque los senadores están divididos internamente y los candidatos godos no cuentan con el respaldo de todo el partido. En las capitales importantes tampoco tienen chance. En Medellín y Bogotá no tienen candidato, al igual que en Barranquilla, Cartagena y Cali. En general, esperan ganar 300 alcaldías, dentro de las que se encuentran Montería, Popayán, Villavicencio y Tunja. La única Gobernación propia en la que tienen posibilidades es Guaviare, ya que en el Valle su candidato estrella, Ubeimar Delgado, ha venido perdiendo terreno en las encuestas. Podrían dar la sorpresa en Norte de Santander.

VERDES:

Más que una ola

Después de haber sacado tres millones y medio de votos en la campaña presidencial de 2010, el Partido Verde tiene el gran desafío de demostrar que fue más que una ola emotiva, estimulada por la consigna del "no todo vale" que encarnaba Antanas Mockus. Tienen el reto de consolidarse a nivel nacional y de conquistar el terreno rural ya que hasta ahora han sido un fenómeno urbano. Sin embargo, tienen pocos candidatos propios pues promovieron coaliciones en la mayoría de departamentos y ciudades. Tienen altas posibilidades de ganar la Gobernación de Antioquia con Sergio Fajardo -quien ha actuado con independencia frente a las directivas nacionales- y están dando una pelea durísima por Bogotá con su candidato Enrique Peñalosa. De estas dos victorias -o derrotas- dependerá en gran medida el futuro del partido. Esta elección es, sin duda, una prueba de fuego para el partido del girasol.

CAMBIO RADICAL:

¿Victoria agridulce?

Después de una purga frustrada de candidatos cuestionados, es posible que Cambio Radical gane con candidatos que no está dispuesto a reconocer, como Juan Francisco 'Kiko' Gómez en la Gobernación de La Guajira. También es el caso de José Luis Pinedo Campo, del Magdalena, y Carlos Eduardo Pinilla, de Arauca. Por otro lado, el partido se consolidará en el Atlántico pues es casi un hecho que Álex Char le entregará La Arenosa a Elsa Noguera, quien también pertenece al partido. Con Noguera, Cambio Radical completaría ocho años al frente de Barranquilla. También es un hecho que ganará la Gobernación de Cundinamarca con Álvaro Cruz, quien tiene el aval de este partido y también cuenta con el apoyo de los liberales, conservadores y de La U. Aunque con algunos triunfos, el partido saldrá cuestionado de estas elecciones pues su decisión de entregar avales a la ligera seguramente le costará en el futuro.

¡PALO!:

Las firmas pueden sorprender

Al menos cinco candidatos inscritos por firmas pueden dar la sorpresa y llevarse las preseas doradas. Esto demostraría que existe una crisis de los partidos políticos, que hacer una campaña independiente -aunque más difícil- tiene su encanto y que los movimientos ciudadanos pueden llegar al poder. Algunos ejemplos de esto son: Gina Parody y Gustavo Petro en Bogotá, Rodrigo Guerrero en Cali, Alan Jara en Meta y Raúl Delgado en Nariño.