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¿Quién era Uriel, el abatido cabecilla del ELN en el Chocó?

Nunca dejó ver su rostro, pero fue uno de los guerrilleros más mediáticos y con más actividad en redes sociales. Además, era una pieza clave del grupo armado para cometer delitos y sembrar el terror en diferentes regiones del país.

26 de octubre de 2020

El hombre encargado de sembrar el terror en el departamento del Chocó, con la bandera y los colores de la guerrilla del Eln fue abatido el domingo por las Fuerzas Especiales del comando de las Fuerzas Militares (Ccoes) en una operación que hasta la fecha representa uno de los golpes más contundentes contra el grupo armado ilegal.

Se trata de Andrés Felipe Vanegas Londoño, alias Pedro o Uriel, quien era el tercer jefe del frente de Guerra Occidental del Eln y el hombre que hace algunos días se encargó de salir en cámaras para confirmar la intervención de las milicias del Eln en los ataques vandálicos en Bogotá y en otras ciudades durante las jornadas de protestas del 9 y el 10 de septiembre.

“Los levantamientos y asonadas no han sido motivados por diferentes grupos contrarios al Gobierno. Nuestra militancia urbana participa en ellas como uno más (...). Acabemos con los centros de tortura y muerte llamados CAI”, señaló en su momento la cabecilla de la guerrilla.

Alias Uriel era una figura clave al interior de la guerrilla, pues fue el responsable de delitos como secuestro, asesinato de líderes sociales, hostigamiento a poblaciones, asesinato de uniformados y, también, reclutamiento de menores para el Eln. El cabecilla era una de las figuras más mediáticas del relevo generacional de esta guerrilla surgida en 1964, en plena Guerra Fría, y dirigida por guerrilleros con edades que promedian los 68 años.

El guerrillero abatido también fue uno de los líderes de la insurgencia más mediáticos e incluso estuvo constantemente conectado a redes sociales, aunque nunca descubrió su rostro ante las cámaras.

Según un informe de las Fuerzas Militares, se confirmó que desde hace dos años, Uriel estaba encargado del reclutamiento de jóvenes por medios tecnológicos y redes sociales. “Para eso tienen una estructura clandestina denominada 'Colectivos virtuales de estudio y trabajo revolucionarios”, confirmaron a través del informe.

Además, el documento agrega que con los réditos de la coca y de los secuestros que ejecuta –como el de 6 civiles y el de un excongresista– , apoyaba económicamente los estudios superiores de jóvenes militantes, a cambio de que cumplieran un plan de trabajo dentro del movimiento social y estudiantil eleno. Además, le figuran desde hostigamiento a estaciones de policía hasta uso de armas de largo alcance contra helicópteros Black Hawk, en Nóvita, Chocó.

Varios de los ‘becados’ de alias Uriel conforman las milicias urbanas del Eln en las principales capitales e irrigan los mensajes revolucionarios que este enviaba con periodicidad desde sus cuentas en Twitter, Instagram, Facebook y WhatsApp.

También tenía a cuestas asesinatos y quema de material electoral, en 2014, y el secuestro de 6 personas, en 2018.

El ‘mediático’ Uriel

Vistiendo pasamontañas o una pañoleta con los colores de la guerrilla, alias Uriel ha tenido intervenciones en varios medios de comunicación. Hasta ahora lo han entrevistado la agencia de noticias AFP y emisoras como Blu Radio y Caracol Radio, donde habló sobre la ruptura de los diálogos de paz con el Gobierno y los planes del ELN.

En junio de 2019 advirtió que, contrario a la exigencia del Gobierno y las autoridades, la guerrilla nunca renunciaría al narcotráfico y los recursos de la droga con que financian sus actos terroristas.

Tampoco dejarían atrás la instalación de minas antipersona ni el secuestro, la principal exigencia que el presidente Duque ha hecho a ese grupo para retomar el proceso de desarme. “Son tributos de guerra y como en cualquier otro espacio, cuando no se pagan los tributos, hay privación de la libertad para forzar ese pago”, explicó en su momento a la AFP en medio de la selva chocoana.

Sin embargo, también dijo que los diálogos estaban interrumpidos “por culpa del Gobierno. Es el Gobierno nacional el que no considera al ELN un interlocutor válido”.

“Este es un Gobierno proclive a los acuerdos de paz, pero eso son problemas que debe resolver la clase dominante”, acusó el jefe guerrillero.

Esas intervenciones en medios de comunicación tuvieron un fuerte eco y rechazo entre la opinión pública, por lo que durante meses se mantuvo en silencio. Pero en medio de las protestas en Bogotá y otras ciudades a finales de septiembre, se adjudicó participación en hechos de vandalismo y ataques contra instalaciones de la Policía en la capital.

El 25 de septiembre afirmó en entrevista con Caracol Radio que la guerrilla apoyaba la protesta social y que el ELN “es una organización con un solo mando”, por lo que las órdenes dadas “son acatadas por todos los frentes”, afirmación contraria a lo que voceros históricos de esa guerrilla han dicho durante años.