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Se aplaza decisión de preacuerdo del coronel Benjamín Núñez por el asesinato de tres jóvenes en Chochó, Sucre
En la audiencia, el oficial de la Policía aceptó su participación en los hechos, pidió perdón y se postuló como gestor de paz.
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La juez Cuarta de Conocimiento de Sincelejo aplazó su decisión de aceptar o no el preacuerdo que firmó el coronel (r) Benjamín Núñez con la Fiscalía General, en el cual aceptó su participación y responsabilidad en los hechos que rodearon la retención, amenazas y actos de tortura en contra de Carlos Alberto Ibáñez, José Carlos Arévalo y Jesús David Díaz, quienes fueron señalados de ser parte del Clan del Golfo. La juez convocó una nueva audiencia para el próximo 31 de marzo a las 9:00 de la mañana.
Los jóvenes fueron retenidos en la tarde del 25 de julio de 2002, en zona rural del municipio de Chochó (Sucre), montados a la fuerza en una patrulla de la Policía, donde fueron golpeados en repetidas oportunidades hasta causarles heridas mortales.
En la negociación se fijó una condena de 29 años de prisión en contra del excomandante operativo de la Policía de Sucre, tras aceptar su responsabilidad en los delitos de homicidio agravado, manipulación o alteración de material probatorio y privación ilegal de la libertad. Igualmente, se comprometió a entregar información a la Fiscalía General y a los otros entes de control en las investigaciones que se adelanten sobre estos hechos.
El coronel Núñez, quien se encuentra privado de la libertad desde el pasado 14 de septiembre, se ofreció como gestor de paz del Gobierno de Gustavo Petro. Por medio de su abogado ha manifestado su interés en esclarecer todo lo ocurrido y entregar datos sobre los hechos que rodearon la muerte de estos tres jóvenes. Igualmente, no buscará otros beneficios judiciales como la detención domiciliaria.
Los jóvenes fueron retenidos por la Policía en el punto conocido como La Garita, en el municipio de Chochó, más precisamente en una intersección que comunica tres municipios en el departamento de Sucre, tras acusarlos de ser parte de la banda criminal que había ejecutado un plan pistola en contra de los policías en la región.
Fue el coronel, según la Fiscalía, quien tomó la decisión de montarse en el platón de la camioneta de la Policía, donde llevaban a los jóvenes capturados y fue el oficial quien ordenó tomar una vía alterna del camino, supuestamente, al hospital de Sincelejo, y en ese trayecto asesinó a los tres jóvenes.
“Existe la prueba suficiente para demostrar que al coronel Benjamín Núñez se le respetaron todos sus derechos, se le anticipó que podría comunicarse con un abogado, que efectivamente se encontraba a su lado y que además todo lo que dijera podría usar ser usado en su contra; también los derechos que lo cobijan como persona capturada”, dijo la fiscal en la imputación de cargos celebrada en septiembre pasado.
Como si fuera poco, y luego de llegar al hospital con las víctimas, sin signos vitales, el coronel repuso la munición que usó, de acuerdo con el fiscal del caso, en los disparos repetidos, a quemarropa y sangre fría, contra los tres jóvenes que sometidos estaban acostados en el platón de la camioneta de la Policía.
En contra del mayor existen varias declaraciones de integrantes de la Institución que lo señalaron de haber tenido contacto directo con los jóvenes que fueron subidos a la fuerza a una patrulla de la Policía, donde fueron golpeados, amenazados y torturados mientras los trasladaban hasta Sincelejo.
Debido a la gravedad de las heridas, José Carlos Arévalo Contreras, Jesús David Díaz Monterroza y Carlos Alberto Ibáñez Mercado fallecieron en un centro médico en la capital de Sucre. Pese al pacto de silencio que se fijó desde el principio, un grupo de patrulleros declararon que los jóvenes habían sido golpeados con palos y las armas de dotación por los policías, todo esto con el conocimiento del coronel Benjamín Núñez, en retaliación y venganza por un hecho que se había presentado semanas antes en la región.
