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María Isabel Rueda habla de las disculpas que la FAO envió a Colombia después del polémico informe sobre el hambre en el país. | Foto: Semana

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Tik Tak: las excusas de la FAO

María Isabel Rueda plantea que no parece serio que, ante las razonadas quejas del Gobierno colombiano, el órgano de las Naciones Unidas reconozca que qué pena, que tal vez sí se equivocó con el informe en el que postra al país en materia alimentaria.

1 de febrero de 2022

Es que el informe -evidentemente de forma abiertamente contextualizada- coloca a Colombia en el mismo lugar de Haití, Etiopía y Sudán como un país con un gravísimo riesgo de no poder ser capaz de alimentar a su población.

Pero cómo así que un informe de este importancia cambia de sentido según lo que el Gobierno señalado opine. O lo que afirma el informe es verdad o no es verdad, pero la aclaración de la FAO hace quedar muy mal a Naciones Unidas, porque lo que salen explicar sus supuestos expertos es que la intención del informe era otra muy distinta: llamar la atención sobre la población vulnerable de los inmigrantes venezolanos en Colombia.

Episodios como este que nos ocurren en muchísimos otros temas, como la generalización de que la policía colombiana es esencialmente violenta o que el Gobierno ha incumplido de principio a fin los acuerdos de La Habana nos conduce a una reflexión, que quizás en nuestro esfuerzo por actuar mancomunadamente con los organismos internacionales para que avalen nuestros esfuerzos en todos estos frentes, hemos caído en manos de burocracia internacional que los manosea a su antojo.

No hemos sabido hacernos respetar, porque ya vamos en que ante una enérgica y razonada queja del Gobierno nos contestan que qué pena, que tal vez sí tenemos razón, a posteriori, claro. La verdad es que por cuenta de la pandemia el país sí tuvo un retroceso en su lucha contra la pobreza, pero las perspectivas de las cifras de crecimiento que el Fondo Monetario Internacional acaba de subir al 4,5 % nos permiten remar para recuperar el ritmo, lo que nos mantiene por fortuna todavía muy lejos de la hambruna que saca la foto de la FAO.