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¿Y QUE VA A HACER?

Ni siquiera sus más de 480.000 electores saben a ciencia cierta cómo va a gobernar Mockus. SEMANA intenta descifrar que va a hacer con la capital el alcalde más enigmático de su historia.

28 de noviembre de 1994

EL LUNES DE LA SEMANA pasada RTI había programado un debate entre los dos aspirantes más opcionados a ocupar la Alcaldía de Bogotá, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa. Todo estaba listo, el horario escogido era uno de los de mayor audiencia y la comercialización del evento se había hecho desde cinco días antes. Pero pese a todo ello, cuando llegó la hora del debate, Mockus no apareció y el programa salió al aire con uno solo de los candidatos. Antanas había dejado plantado no solo a su contrincante sino a los organizadores y a los televidentes.

Con ese desplante, Antanas Mockus despreció al único poder con el cual no se había metido desde sus primeras apariciones públicas: los medios de comunicación. Esta actitud, que hubiera podido hacerle mucho daño a cualquier otra persona, no hizo sino sumar puntos a su favor. El hecho de esconderse durante los días previos a la elección y con el argumento de que el programa de RTI se había comercializado excesivamente y que había que dejar pensar en paz a los electores, convirtió nuevamente a Mockus en noticia.

Esta actitud confirmó que el hoy alcalde electo de Bogotá vive políticamente un momento que los expertos en opinión pública suelen llamar de 'teflón', en el cual todo lo que pueda ir en su contra resbala y no termina siendo relevante. Como le había dicho a SEMANA el politólogo Fernando Cepeda, con estas actitudes "Mockus hizo lo que había hecho durante toda su campaña: ser críptico para que cada uno de sus electores crea que el va a hacer lo que cada uno de ellos quiere que haga en Bogotá".

Pero más allá de todas las estrategias que pudo haber empleado y de las teorías de por qué ganó, en estos momentos la pregunta que todos se hacen es que diablos va a hacer para gobernar. En medio de metáforas, alegorías y simbolismos, SEMANA analizó algunas de sus propuestas concretas en lo que se refiere a seguridad, servicios, obras, transporte, y el tema del metro (ver recuadros).

De sus iniciativas y planteamientos filosóficos se puede concluír que, como dijo alguna vez el ex congresista Ricardo Mosquera, Mockus es un "anarquista neoliberal". El hecho de haber reconocido públicamente que hace seis años sobornó a un polícía de tránsito, que fumó mucha marihuana pero que dejó de hacerlo porque se volvía muy loco, y afirmar al mismo tiempo que es necesario vender la Empresa de Teléfonos de Bogotá y privatizar la entrega de pases, no hace sino confirmar esta teoría.

Los ciudadanos, sin embargo, esperan de el mucho más que eso. Esperan que, a diferencia del político tradicional, no negocie con el Concejo para poder gobernar a su estilo, y que no se le ocurra pactar con los partidos las cuotas burocráticas de su gobierno. Que siga con su discurso pedagógico y simbólico -del que dio un buen ejemplo la noche de su triunfo-, y que ante posibles intentonas del Concejo de la ciudad para ponerle talanqueras a su programa de gobierno, Mockus tenga las salidas ingeniosas y efectivas que han caracterizado su vida pública. A Mockus le toca ser consecuente, pues los bogotanos lo eligieron por antipolítico y no puede, de buenas a primeras, convertirse en un político tradicional. Le toca, en fin, ser tan honesto como lo fue con sus electores en los meses de campaña.

En una conversación con SEMANA pocos días antes de las elecciones, Antanas Mockus explicó que su llegada al gobierno podía tener que ver con la predicción de un sociólogo estadounidense llamado Alvin W. Goldener quien, en el libro 'El futuro de los intelectuales', planteaba el regreso al poder de los hombres del saber y el conocimiento. La obra comienza con una cita de Federico Nietzsche que dice "Oh vosotros, los amantes del conocimiento, corred cual ciervos libres en el bosque, porque pronto ha de volver en vosotros la voluntad de gobernar y poseer". Es difícil saber si la elección de Antanas Mockus significa que las proyecciones de Nietzsche y Goldener comienzan a cumplirse. Pero nada más deseable que, ante las dimensiones del drama capitalino, Mockus efectivamente resulte un sabio y logre salvar a Bogotá.


OBRAS
LOS RECURSOS destinados a la construcción de obras serán invertidos principalmente en infraestructura vial, telecomunicaciones y redes de energía eléctrica. Se emplearán sistemás de cooperación con el sector privado como son la cogestión y la coinversión. Una de las primeras obras será el mejoramiento de los andenes, sardineles y amoblamiento del espacio público. Para obtener los recursos que esto requiere, Mockus piensa modificar el impuesto de rodamiento e implementar la sobretasa a la gasolina.

SERVICIOS
LA NUEVA administración pretende estudiar la conveniencia de subcontratar o privatizar los servicios para favorecer los intereses de los usuarios y aumentar la cobertura. Este es el caso de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, la cual será vendida a los particulares. Si es necesario, serán contratados con el sector privado ciertos servicios como la entrega de pases. Continuará con la recolección privada de las basuras y promoverá en las localidades la clasificación y el reciclaje de los desechos.

ADMINISTRACION
SEGUN MOCKUS, es necesario modificar la estructura administrativa del Distrito Capital, entidad que se debe concentrar en el diseño de las políticas y dejar en manos de las organizaciones locales la ejecución. Para lograrlo, se deben fortalecer las alcaldías locales y las JAL con el fin de que sean estas las principales ejecutoras del presupuesto y puedan aumentar la autonomía de la comunidad a la hora de hacer pequeñas propuestas. Igualmente, es indispensable institucionalizar la subcontratación y reducir al máximo los llamados gastos de funcionamiento, con el fin de reorientar esos dineros hacia la inversión social.

SEGURIDAD
PARA EL NUEVO Alcalde, es necesario descentralizar la seguridad y promover redes de información y reacción en los barrios para prevenir los atracos. Del mismo modo, es indispensable iluminar mejor las vías públicas, cambiar los CAI por unidades móviles de Policía y reducir el robo de carros atacando los 'desguasaderos', los reducidores y a los falsificadores de documentos. En el caso del robo de automotores, Mockus propone conformar un equipo de trabajo con la participación de las compañías aseguradoras.


METRO Y TRANSPORTE PUBLICO
EL METRO para Bogotá es viable mientras no perjudique inversiones urgentes, como las que hay que hacer en espacio público, cultura ciudadana, medio ambiente y transporte másivo. En cuanto a los trancones, es necesario concientizar a la ciudadanía de que estos no son sólo el resultado de la insuficiencia de la infraestructura vial, sino que dependen también del comportamiento de los conductores. La prioridad de la inversión será el transporte público másivo, dentro de un esquema de especialización de las vías, como la creación del sistema solobus y la construcción de nuevas troncales, pero con un elemento estético y de cultura ciudadana que se dejó de lado en la Troncal de la Caracas.