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Hace un tiempo, Aura María Giraldo, la hermana de Juliana, se fundió en un abrazo con la mamá del soldado que le disparó. “Usted no tiene la culpa de lo que hizo su hijo”, le dijo entre lágrimas.

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Asesinato de Julianita: defensa de soldado pedirá libertad. Madre de víctima asegura que es culpable y que las pruebas son sólidas

Gloria Díaz asegura que no quiere que el joven soldado cargue con toda la responsabilidad. “El muchacho no estaba solo, hay un mando, él obedece órdenes, y deben poner la cara”.

30 de enero de 2023

El asesinato de Julianita, una mujer trans que resultó muerta en extrañas circunstancias luego de no acatar una orden de parar en un retén militar, dos años después, sigue dando de qué hablar. El juicio está a punto de iniciar contra el soldado Cristian Saavedra; Gloria Díaz, mamá de Juliana está convencida de que las pruebas son sólidas. Por otro lado, la defensa del militar no solo tiene una nueva tesis según la cual ya estaba muerta, sino que apuestan a la solicitud de vencimiento de términos.

Según pudo confirmar SEMANA, mañana martes se realizará una audiencia en la que el abogado José Luis Villafane, pedira la sustitución de la medida de aseguramiento. El motivo, según dijo, “para la defensa se han cumplido más de doce meses sin iniciar el juicio, y pediremos libertad por vencimiento de términos, y también solicitaremos la preclusión del caso”

Desde la Fiscalía el asunto es diferente, pues no solicitaron la ampliación de la orden de captura porque, señalan, están en los términos y no aplica la solicitud. Lo mismo señalo a SEMANA su mamá, Gloria Díaz, quien aseguró que el juez está al tanto de las maniobras que han emprendido desde la defensa del soldado Saavedra, entre ellas dilatar las audiencias, por lo que considera que es necesario “que empiece el juicio formalmente cuanto antes”.

La muerte de Julianita conmovió a Colombia en el año 2020. Se trataba de una vida que se apagó absurdamente en un hecho confuso que dejó a dos familias destruidas. La de Juliana, una joven transgénero, y la del soldado que hoy es investigado por haber disparado al carro en el que ella se transportaba. Tras el deceso de ella, lo que vivió el soldado Cristian Saavedra también fue estremecedor: intentó quitarse la vida al sentirse culpable.

Hoy, su defensa alega que por la forma como impactaron las balas en el carro es imposible que el tiro haya sido el de él. La mamá de Julianita, Gloria Díaz, ha sentido mucho dolor, pero también compasión por Saavedra. Ella está convencida de que su hija sí murió por el disparo del soldado, con quien se reunió, lo miró a los ojos y, asegura, lo perdonó. Pero le ha pedido que no atente contra sí mismo.

Juliana Giraldo y su hermana, Aura María.
Juliana Giraldo y su hermana, Aura María. | Foto: Cortesía de la familia de Juliana Giraldo

“He estado en todas las audiencias, me las sé de memoria y no tengo duda de que mi hija murió por un disparo del fusil de ese joven. Los proyectiles tienen un código o número que permiten la identificación, la investigación de la Fiscalía no deja dudas. Tengo las fotos de la necropsia de Juliana y su semblante en la camilla no es de alguien que hubiera muerto tiempo atrás, tiene la piel fresca, se ve como dormida”, explicó a SEMANA Gloria Díaz.

Más allá de las pruebas, dijo que la certeza de la responsabilidad del militar se la dio el cara a cara que tuvo con él y que describió así: “Los dos estábamos nerviosos, él estaba tembloroso, me miró una vez a los ojos y agachó la mirada. Estaba triste, se le veía arrepentido y que no quería recordar. Le dije que me había quitado una parte de mi vida, pero lo perdonaba. Le pedí que no atentara contra su vida, que pensara en su mamá, porque ya había una mamá sufriendo. Uno solo se arrepiente cuando ha cometido un crimen”.

Asegura que no quiere que el joven soldado cargue con toda la responsabilidad, “el muchacho no estaba solo, hay un mando, él obedece órdenes, y deben poner la cara”. Sobre la posibilidad de que Francisco Larrañaga tenga que ver con el crimen, lo descarta y echa mano de una versión según la cual él tenía un parqueadero que contaba con cámaras de seguridad y el día de los hechos se ve a Juliana en videos aún con vida.

SEMANA se comunicó con Larrañaga, no quiso referirse al caso y también se ha marginado del proceso jurídico, pero ahora está emproblemado, el soldado Saavedra pide que lo investiguen por el delito de agresión contra funcionario público, por haberle tirado el carro encima, lo que generó la trágica reacción.

En la lucha por justicia queda Gloria Díaz, quien desde España no le pierde paso al juicio, que ha tenido aplazamientos y dilaciones. Su dolor, como señala ella, no tiene nombre, “ella era una mujer, era mi niña, yo lo único que busco es justicia”.

Las pruebas del caso

“Me la mataron, me la mataron, mataron a Julianita”, el país recuerda cómo, entre gritos y lágrimas, Francisco Larrañaga se lamentaba por la muerte de su pareja, una mujer transgénero de 35 años, quien falleció por un impacto de bala en la cabeza, en medio de un retén del Ejército en Miranda, Cauca, cuando pasaban en un carro y no se detuvieron. Todos los reflectores apuntaron a la responsabilidad de los militares, en especial al soldado Cristian Saavedra, a quien acusan de haber hecho el disparo. Esta trágica historia de amor, rota por las balas, dio un giro radical.

SEMANA conoció que a pocos días de iniciar el juicio en su contra, el soldado Saavedra abre la puerta de otra hipótesis sobre lo sucedido esa mañana del 24 de septiembre de 2020. Insiste en que no es responsable de la muerte de Juliana y con pruebas en mano pretende demostrar que ella presuntamente no falleció por los disparos que él hizo, sino que la trasladaban ya muerta en el carro.

Por eso, le solicita a la Fiscalía que se investigue esta posibilidad. En un documento conocido por SEMANA y enviado al fiscal general, dice lo siguiente: “Se hace necesario que se investigue si en efecto el señor Carlos Julio Giraldo (Juliana) ya venía muerto, porque constatado por los peritos balísticos de mi defensa era imposible que yo, desde el piso, pudiera efectuar un disparo como el que asegura la Fiscalía que acabó con la vida de la víctima; además, si bien es muy poco probable que un tiro de fusil se fraccione en la forma como sucedió, lo hallado en el cuerpo no obedece a las características de una herida de un disparo de fusil”.

Se trata de una doble tragedia: no solo Juliana murió, el soldado Saavedra hasta pensó en suicidarse. Así quedó plasmado en el documento en el que pide a la Fiscalía revisar el caso y evaluar las pruebas según las cuales Juliana ya estaba muerta: “Cuando me incorporé de nuevo me decían los compañeros que yo había matado al pasajero. Me asusté mucho, y al calor de los hechos llegué a creer que eso había sucedido, y tomé la decisión de suicidarme, un compañero lo impidió cuando interpuso su dedo contra el disparador de mi arma y me la quitó”.

| Foto: Documentos Suministrados a Semana

En el mismo documento, el soldado reconoce que sí disparó, pero puso sobre la mesa algo que resulta extraño y que es la base del giro en el caso: la posibilidad de que Juliana ya estuviera muerta: “El conductor Larrañaga Restrepo hizo un amague de abrir la puerta, pero me arrolló con su vehículo, caí al piso, reaccioné accionando mi arma desde el piso, impactando la llanta trasera izquierda, impidiendo la fuga. El conductor se bajó gritando: ‘me la mataron, me la mataron’, y no permitió que tocaran a la persona que iba en el asiento del pasajero para que le prestaran los primeros auxilios”.

Acá está el meollo del asunto, que seguramente sacará chispas en el juicio. Según la defensa, Juliana ya iba muerta en el carro, por eso no permitieron la atención médica de urgencias. José Luis Villafane, abogado penalista, defensor del soldado, dice que tiene los argumentos para sostener esta tesis.

“Revisado lo descubierto por los peritos de la Fiscalía, si Cristian impactó la llanta trasera izquierda del carro desde el piso, era imposible que el disparo ingresara por el panorámico trasero lado derecho, esquina superior, pues no se corresponde con la trayectoria determinada por el balístico de la Sijín”. Con este argumento, para el defensor, hay contradicciones y el disparo solo lo pudo hacer una persona de pie. Así se ve en el informe técnico de laboratorio de reconstrucción de los hechos, al que tuvo acceso SEMANA.

A esto se suman argumentos como la decisión de no detenerse en el retén, que el carro Mazda blanco correspondía con una denuncia de un vehículo que transportaba explosivos, la rapidez con que Larrañaga gritó que habían matado a Juliana y sus antecedentes. Para la defensa, es necesario explicar un morado que tenía la víctima en la pierna, al parecer de violencia física previa a su muerte, y las huellas del impacto en la cabeza, porque el patrón que dejaron las heridas no correspondería a una bala de fusil. El soldado Saavedra se juega su última carta enviando estos argumentos a las más altas instancias: el fiscal, la procuradora y hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

  Un análisis forense de la misma Fiscalía es empleado por la defensa del soldado Cristian Saavedra para señalar que, disparando desde el piso, era imposible impactar a Juliana Giraldo.
Un análisis forense de la misma Fiscalía es empleado por la defensa del soldado Cristian Saavedra para señalar que, disparando desde el piso, era imposible impactar a Juliana Giraldo. | Foto: @PGN_COL

La acusación de la Fiscalía

Contrario a los argumentos de la defensa, para la Fiscalía no hay duda: el soldado Saavedra asesinó a Juliana. Por eso lo acusó, lo sentó en juicio y lo mantiene detenido por homicidio en persona protegida, con base en meses de investigaciones, recopilación de pruebas, exámenes forenses, de balística y más de 20 testimonios, incluso de sus propios compañeros.

“Al momento en que hacen el retorno del cañaduzal salen dos militares, entre ellos el soldado Saavedra, quien sin un motivo justificado, desacatando la instrucción de sus superiores y desatendiendo la formación en materia de derechos humanos y DIH, efectúa dos disparos con su arma de dotación fusil galil calibre 5.56 hacia el vehículo desde la parte trasera, impactando uno de ellos en la humanidad de la joven Juliana Giraldo”.

Para la Fiscalía es concluyente que el soldado sabía lo que hacía al hacer el disparo, y además faltó al principio de distinción al accionar el arma. No aplicó la premisa de “es mejor un bandido fugado, que un inocente asesinado”.

Asegura que no quiere que el joven soldado cargue con toda la responsabilidad. “El muchacho no estaba solo, hay un mando, él obedece órdenes, y deben poner la cara”. Sobre la posibilidad de que Francisco Larrañaga tenga que ver con el crimen, lo descarta y echa mano de una versión según la cual él tenía un parqueadero que contaba con cámaras de seguridad y el día de los hechos se ve a Juliana en videos aún con vida.

SEMANA se comunicó con Larrañaga, quien no quiso referirse al caso y también se ha marginado del proceso jurídico, pero ahora está emproblemado. El soldado Saavedra pide que lo investiguen por el delito de agresión contra funcionario público, por haberle tirado el carro encima, lo que generó la trágica reacción.

En la lucha por justicia queda Gloria Díaz, quien desde España no le pierde paso al juicio, que ha tenido aplazamientos y dilaciones. Su dolor, como señala ella, no tiene nombre. “Ella era una mujer, era mi niña, yo lo único que busco es justicia”.