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Colombia, no tengamos miedo

Semana
22 de octubre de 2001

No le tengamos miedo al futuro por muy incierto que parezca. Los colombianos hemos aguantado y sobrevivido mucho a lo largo de nuestra historia, y esa experiencia nos ha dado fuerza y resistencia. La tragedia que hemos vivido a lo largo de estos años nos ha preparado para cualquier reto que se presente. Lo que tiene que hacer cada uno de nosotros es dejar la actitud de espectador para convertirse en el constructor del futuro de Colombia. Es claro que el proceso de paz nunca llegó a los ciudadanos. A través de los medios vimos que el sueño de la paz se convirtió en un juego de ping pong. Lo triste y repugnante de esta situación es que a lo largo del proceso se desangraba el espíritu del país. Es frustrante para todos los colombianos, incluso para los que residen en el exterior, que las Farc se nieguen a continuar el proceso de paz de acuerdo con los anhelos de el país y del mundo entero. Sin lugar a dudas han sido tres años llenos de desacuerdos entre el gobierno y las Farc. Creo que si bien el gobierno ha tenido buena voluntad también ha pecado de exceso de generosidad, por no decir de inmadurez, y hoy quiere enmendar las cosas diciendole basta a los terroristas de las Farc. Bueno es culantro pero no tanto. No somos de tendencia guerrerista y por lo tanto si quedase alguna esperanza de paz con negociaciones y no con fuego abierto, entonces sea bienvenida la reanudacion del diálogo y la prórroga de la zona de distensión. Sin embargo, si las Farc continúan por el sendero que hasta ahora han caminado, la situación queda prácticamente en manos del Ejército de Colombia. ¿Qué podemos aprender de la guerra contra el terrorismo? Que el mundo no se queda con los brazos cruzados ante los abusos del fanatismo. Y seamos honestos, todos los grupos armados en Colombia son fanáticos de la violencia, la sangre y la muerte. Pero si los Aliados del Norte nos enseñan algo, es que algunas veces al pueblo le toca "fight the good fight", y si la terquedad de la Farc no permite una solucion politica a este conflicto entonces las soluciones están restringidas. De pronto muchos piensan que esto es fácil decir cuando uno vive en el extranjero pero toda mi familia vive en Colombia y mi corazón nunca deja el pueblo de mi padre, Ituango, Antioquia. Nosotros en el exterior nunca hemos dejado de pensar en Colombia y la experiencia me muestra que el dolor es muchas veces más agudo cuando uno se encuentra en tierra ajena. Pero la distancia física no es nada comparada con la proximidad que crea nuestro amor y lealtad por Colombia. Nosotros, los colombianos en el exterior, tenemos un compromiso muy grande con ustedes, nuestros hermanos, nuestros amigos, nuestra gente y les aseguro que lucharemos parejo. Nuestro frente serán los corredores de Washington, la prensa norteamericana y la opinion pública mundial. Nos aseguraremos que Colombia no esté sola en esta lucha por la dignidad humana. Le mostraremos al mundo la voluntad democrática de millones de colombianos y con orgullo les pediremos el respaldo a una causa que con valentía y sacrificio nos traerá la paz. Como suele decir mi madre: "No hay mal que por bien no venga". Pues el mal ya lo hemos vivido, ahora luchemos por el bien. *Presidente de la Colombian American Service Association (CASA).

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