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EL COLECCIONISTA DE KEPA

Semana
21 de octubre de 1985

Arrancó Kepa Amuchastegui con su "coleccionista", una "ópera affascinante" (coma irían mis amigos italianos) que Fuera llevada al cine por el conocido director, William Wyler.
El reto de Kepa era ante todo lograr reproducir el ambiente de tensión que se crea entre los dos personajes centrales, insistiendo en la violencia psicológica como vértice del drama y de la relación interpersonal. Nuestro novel director (muy reconocido en teatro, pero debutante en este campo dentro de la T.V. nacional) arrancó dando pisaditas suaves y poco a poco logró sus propósitos. En realidad, el primer capítulo no fue lo que se esperaba, quizás hubo demasiado monólogo, quizás se sintio un manejo espacio-temporal muy referido al escenario teatral, quizás quedaron hilos sueltos poco justificados (las entradas de Federico al cuarto de Miranda, por ejemplo), pero el segundo capitulo resultó muy diferente. La voz en off cobró un sentido. Se descubrió entonces en el tono y en la mirada del coleccionista, ese aire de confidencia que sugiere un personaje oculto, alguien a quien tal vez veremos al finalizar la obra (?); se perfiló con mayor precisión el drama central, se fue tejiendo con puntadita menuda la relación Federico Miranda; en pocas palabras, se estableció el conflicto. Desde entonces, El coleccionista ha revivido en cierto público la nostalgia por un espacio de teatro televisado, perdido desde la pasada licitación.
Son varios los aciertos de la serie: el tema, su tratamiento, la musicalizacion, los protagonistas... Aquí debemos aceptar un buen logro de Kepa como director, que encontró un Federico y una Miranda tan precisos como anillo al dedo. A,cierto de casting, comentana algun erudito en terminología. Casting y dirección, diría otro menos radical.
Casting, dirección y actuación, opinaría alguien más justo.
Florinda Lemaitre, que es la esposa de Sergio, el amor platónico de Ludovico, el desvelo de Nafta, la modelo de los mil ángulos, se rebela en su papel de Miranda mucho más madura como actriz.
Suave, delicada y a la vez rebelde, según lo exige el personaje, con posibilidades fantásticas si lograra mejorar el manejo de su voz, en ocasiones demasiado plana..., ¿o será que la pone en desventaja el contraste con Humberto Dorado, quien para más de uno ha sido la verdadera estrella de la obra?
Dorado tiene una voz educada, maleable, llena de inflecciones trabaja el gesto con mesura y disciplina. Mira mirando, habla sintiendo, acciona con sorprendente naturalidad. Basta recordar aquella escena cuando tiene a su cautiva amarrada en el baño y llega un forastero a pedir informes sobre la región. El actor no necesitó hacer gestos cliché, ni entre cortar los parlamentos, ni tarta mudear una sola letra, para transmitir la angustia que estaba sin tiendo como secuestrador y personaje.
Escribo este artículo antes dél famoso monólogo de la señora Trejos, que puede ser una grata sorpresa en boca de Vicky Hernández, otra buena, cuya aparición sin embargo, ha sido muy esporádica.
En horabuena para Kepa, porque el balance de su "coleccionista" tiene más puntos positivos que negativos. Los diálogos del libreto, son otro acierto que vale la pena mencionar, están manejados con fluidez, sin pretensiones retóricas, pero al mismo tiempo trascienden lo puramente obvio. Hay también pequeños lunares, siempre los hay, aunque puede ser que muchos televidentes ni los adviertan. Señalemos algunos: la expresión corporal de Miranda cuando toca el piano, no corresponde a la realidad. Para sacar la conclusión no se necesita haber sido alumna de Aurita Moncada, ni haber pasado horas y horas frente a los cuadernillos del maestro Cerny, ni conocer el valor de una corchea... Tocar el piano es también una actuación en la que se comprometen todos los musculos del-cuerpo, y aqui, aunque la cámara nunca lo muestre, ya todos sabemos que Miranda apenas si posa sus nanos sobre el teclado... La iluminación del sótano, seguramene planeada para lograr un efecto lúgubre, no dio la medida precisa, incluso en más de una ocasión llegó a maltratar el bello rostro de Florina. Detalles secundarios, si le quiere, que no le quitan a Kepa su multifacética proyección en el medio como buen director, buen libretista y buen actor. --

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