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COLUMNISTA INVITADO

En riesgo el futuro de Colombia

Es necesaria una investigación para aquellos que, conociendo los supuestos hechos, no denunciaron de manera oportuna.

Semana.Com
12 de mayo de 2014

Las personas que usan la información del Estado son similares a los grupos paramilitares pues desde el ámbito privado protegen supuestamente intereses de la Nación.
Dicen que entraron dineros del narcotráfico a la campaña presidencial del 2010. Si insisten con la petulancia podemos estar construyendo un presagio que conducirá a un contexto igual al vivido en Colombia durante el periodo 1996 – 2002. Es necesaria una investigación para aquellos que, conociendo los supuestos hechos, no denunciaron de manera oportuna. Pero casualmente, cuatros años después, se manifestaron a través del senador electo Álvaro Uribe Vélez. 

En el año 1996 salió a la luz pública la financiación de los narcotraficantes a la campaña de Ernesto Samper, fue un tema exquisito. Sin embargo, al parecer el interés era buscar una oportunidad para usar dicha información con fines electorales puesto que lo sucedido entre 1998 y el 2002 no permitió evidenciar motivación alguna para realizar ataques frontales al narcoterrorismo y mucho menos a la guerrilla a pesar de lucrarse de la coca. Sí, la coca, que financió la campaña de Ernesto Samper según lo divulgado por el expresidente Pastrana.

El resultado del espectáculo fue un país que era mirado de reojo. Obtener un pasaporte para entrar a los Estados Unidos era considerado por algunos como un lujo. Llegó la famosa, pero insería, crisis financiera. Al parecer producto de la emigración de capitales. No obstante, los saldos en la balanza de pagos y los indicadores macroeconómicos en su conjunto no muestran el peso suficiente que permita explicar el tamaño del terror creado y la incapacidad del Estado para mitigar efectos adversos generados desde el sector financiero. Hace falta investigación en Colombia sobre este aspecto para descubrir posibles verdades en torno a la famosa crisis.

Desde el año 1996 entramos en la moda de las investigaciones; papel va, papel viene. Pero nada concluyente que lograra frenar la producción de narcodólares. 

Entonces, se percibió el riesgo de quedar el delito madre de la historia de Colombia sólo en expectativas y espectáculo. Para evitar esa percepción era necesario enviar a la cárcel a todo aquel que oliera a Samper.

Hoy quieren repetir la tragicomedia. ¿Quién será el asesor que está ayudando armar el guión?

Pero, por fuera de las ambiciones de poder no está la fuerza pública, ha sido usada y al parecer se presta para ello pues la seguridad es responsabilidad de esa institución pero aun así comparten la idea de la inseguridad en crecimiento; pero no dicen lo contrario a quien se lo deben decir. El ministro de defensa, Juan Carlos Pinzón, no tiene la capacidad para mostrar su acción operativa en la selva. Ello lo podría demostrar al lanzarse al vacío usando una cuerda como lo hizo el electo senador Uribe en sus tiempos de soldado.

Señores generales y almirantes: ¿Es su responsabilidad la seguridad o no? Después de ocho años de arduos combates existen los que afirman que la seguridad es débil. ¡Caramba! Pasaron ocho años y resulta que ahora el discurso es el mismo. En el 2002 fue la seguridad porque la guerrilla estaba en todas partes boicoteando la tranquilidad de los colombianos. ¿Qué hicieron con la guerrilla durante esos ocho años? Los escondieron en la selva y les dijeron: manténganse aquí mientras miramos qué hacemos con ustedes. Al parecer no hay otra respuesta. Por lo que hoy vemos y escuchamos podemos decir que la guerrilla no se debilitó durante los ocho años. Oíamos por todos los medios que los bandidos recibían golpes contundentes. Fue el pan de cada día pero aún le temen. ¿Hacia dónde se dirigieron los disparó de la Fuerza Pública? ¿Qué era lo que se veía y escuchaba por los medios entre el 2002 y el 2010? ¿Acaso no eran ataques contundentes a los insurgentes? ¿Moría uno y nacían tres? Por favor respetados generales y almirantes, necesitamos sus pronunciamos sobre los asuntos estratégicos, tácticos y de inteligencia puesto que ahora por lo que dicen algunos candidatos no hay frutos consolidados.

No se puede entender por qué aquel que se considera amigo de las Fuerzas Militares pisotea el trabajo nuestros gloriosos soldados. En sus discursos el principal argumento es la seguridad a pesar de afirmar que fue su principal logro.

Sobre semejante incoherencia hay que sumar el comercio de información que tiene carácter clasificado. La existencia de personas que usan la información secreta del Estado es similar al accionar de los grupos paramilitares. La similitud radica en realizar trabajos desde el ámbito privado para proteger supuestamente intereses de la nación.

Para completar la película, aparece el color verde. Desde sus vírgenes campos nacen oportunistas. Este capítulo se caracteriza por la estrategia orientada a esperar que sucedan cosas para generar ideas. A raíz de los actuales hechos hay quienes usan información generada por otros partidos políticos para enviar mensajes a una ciudadanía que se encuentra engañada y por ello son tierra fértil para la especulación y el oportunismo. El verde es virgen y no se encuentra prevenido ante la incursión de los intereses de los capitalistas, malsanos, que miran el recurso público como un medio para generar plusvalía. Los que incursionan pretenden pescar en un rio revuelto y de paso usufructúan la falta de claridad mental del electorado desprevenido.

*Magister en Economía.

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