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Indignidad y guerra

¡Anímense! Fortalezcan la esperanza en medio de la pandemia.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
13 de julio de 2020

La diplomacia cubana refleja bien las características con las que amigos y enemigos definen a su pueblo: Inteligencia, Dignidad, Sencillez, Firmeza, Solidaridad.

La semana anterior frente a las agitadas e indecorosas declaraciones repetidamente pronunciadas por el Gobierno Duque contra el Gobierno de Cuba y su compromiso con la paz de Colombia, la dirigencia de la isla reiteró su compromiso con el Acuerdo de Paz suscrito en 2016 por el Estado colombiano y las Farc, al tiempo que su decisión de respetar los protocolos firmados para al desarrollo de negociaciones con el ELN.

Recordó al pueblo y al Gobierno de Colombia que los voceros de esa guerrilla están en Cuba a petición del Estado colombiano y no por la sola voluntad del país anfitrión o porque hayan llegado allí por caminos oscuros.

Iván Duque irrespeta la palabra del Estado escudando su falta en la justa indignación que causan las víctimas del ELN – como si no lleváramos 56 años de victimización-.

En contrario de actuar como estadista, se guía y estimula la liviandad de la venganza.

Perplejidad causa que ante la propuesta del ELN de un cese bilateral originado en la convocatoria del Secretario General de Naciones Unidas Antonio Guterres y del Consejo de Seguridad de este organismo para un Alto al Fuego Humanitario Mundial, Duque responda con una negativa. Ver: El Consejo de Seguridad respalda el llamado a un alto el fuego humanitario mundial y Gobierno le dice NO a propuesta del ELN para cese al fuego bilateral

¿No conmueve la difícil situación que se vive en el Chocó, Cauca, Catatumbo, para mencionar tres sitios en los que el control territorial estatal no existe, lo que facilita toda suerte de tropelías y barbaries cometidas por actores armados no estatales?

El ELN es uno de esos actores armados no estatales responsables por el confinamiento, violencia, desplazamiento, amenazas, uso de minas antipersonal y otras agresiones que viven los pobladores en zonas rurales empobrecidas, abandonadas y excluidas del desarrollo del país. Por ello, un cese bilateral es un alivio en medio de la pandemia para quienes habitan allí y al tiempo es una posibilidad concreta para que el Estado como un todo -y más allá de la presencia no permanente de las fuerzas armadas- muestre su rostro ante estas comunidades y regiones.

Negarse a un cese significa dejar las comunidades en medio de la violencia en zonas del pacifico, y de cordillera en distintas regiones donde las confrontaciones y masacres entre grupos armados están afectando niños, jóvenes, mujeres, ancianos mediante el terror, acrecentando la debilidad y la desconfianza sobre las instituciones estatales.

Un cese bilateral puede ayudar en la construcción de la confianza requerida para reemprender un camino que ponga punto final a la confrontación por la vía de los acuerdos.

Son 56 años de confrontación sin que el Estado haya podido derrotar esa guerrilla, son 56 años en que ese grupo ha intentado sin éxito destruir la institucionalidad existente ¿Cuántos años, cuántos muertos, cuántos mutilados más vamos a esperar para cerrar este ciclo de violencias y vergüenzas?

La propuesta de cese bilateral es una pequeña apertura, es solo una oportunidad tan útil como la adquisición de respiradores o el desarrollo masivo de pruebas de covid-19 para evitar más muertes.

Si Duque, su Gobierno y sus aliados quieren avanzar en la construcción de un mejor país, se hace tan necesario superar el ciclo de violencia con el ELN, como superar este ciclo mortal de la pandemia.

Violencia armada y pandemia matan todos los días, causan daños importantes a la economía y a las posibilidades de un mejor país en el futuro inmediato.

A Iván Duque y sus aliados hay que insistirles. Escuchen y atiendan al Nuncio Apostólico, quien se ha expresado en favor del cese bilateral. Escuchen y atiendan la sindéresis mostrada por Cuba y su diplomacia. Dignidad y Paz van de la mano.

¡Anímense! Fortalezcan la esperanza en medio de la pandemia.

Adenda: Coca por gulupa, mercados verdes, agroforestería entre otros, son parte de los ejemplos que muestran Andrés Bermúdez y Juan Carlos Garzón en su publicación: El catálogo de las pequeñas soluciones. Alternativas para sustituir los cultivos de coca en Colombia. Publicado por Fescol y la FIP. Existen caminos diferentes a la erradicación forzada que sólo en el 2019 dejó diez compatriotas muertos nueve de ellos uniformados y un civil, así como 60 heridos, muchos de ellos con amputaciones por minas antipersonal. Con voluntad es posible frenar este desangre.

ajimillan@gmail.com

@alvarojimenezmi

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