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El extremo centro

Los candidatos que se presentaban a sí mismos como pertenecientes al centro del espectro político, resultan ser hoy los más polarizantes.

Miguel Ceballos Arévalo, Miguel Ceballos Arévalo
6 de abril de 2018

Muchas conclusiones pueden obtenerse de los primeros debates realizados durante la última semana, en los que participaron los aspirantes a la Presidencia y  a la Vicepresidencia de la República: que unos están mejor preparados que otros, que hay unos que tienen un mejor manejo argumentativo y capacidad de expresión, que otros tienen más carisma, que unos se defienden mejor frente a los cuestionamientos, etc. Lo cierto es que como resultado de la exposición que empiezan a tener en los debates públicos, los ciudadanos van contando con mayores y mejores elementos para contrastar sus diferentes propuestas, así como su personalidad, inteligencia y carisma.

Es en el escenario de la presión del tiempo y de la necesidad de contestar con claridad y precisión a las preguntas de un moderador, o a los cuestionamientos y críticas de sus adversarios, donde empieza a salir a flote el verdadero candidato, al que le toca mostrar todas sus cartas a riesgo de fracasar en su intento por conquistar el favor de los votantes.

En este contexto resultó muy interesante ver cómo los candidatos y candidatas de los partidos que se presentan como “de centro”, terminaron polarizando los debates al focalizar todos sus ataques contra los candidatos que se suponen representan los extremos.

El primero en atacar fue Sergio Fajardo quien planteó el tema de la lucha contra la corrupción como su bandera, tratando de mostrarse a sí mismo con un nivel de superioridad moral frente a todos los demás, sin embargo su esfuerzo quedó truncado cuando le recordaron que uno de los partidos que lo apoyan, el Polo Democrático, fue precisamente el que llevó a la Alcaldía de Bogotá a la administración más corrupta de la historia de la ciudad. Así el  “extremo centro” con el  que Fajardo buscaba encarnar una falsa perfección moral, quedó derrotado.

En otro debate, esta vez de aspirantes a la Vicepresidencia, Claudia López, la fórmula de Fajardo, señaló a Germán Vargas Lleras  como “hampón y delincuente”, repitiendo la pretensión de Fajardo de ubicarse  en el pedestal de la superioridad moral. A ella también le salió mal el argumento pues Juan Carlos Pinzón, fórmula de Vargas,  otra vez le recordó que el Polo Democrático, socio de la Coalición Fajardista, fue precisamente el partido que llevó y conservó en el poder al protagonista del cartel de la contratación en Bogotá.

El segundo en usar el “extremo centro” fue Humberto de la Calle, quien además de tratar de ridiculizar a Iván Duque tuteándolo como a un jovencito, lo quiso mostrar como enemigo de la paz, ubicándose así mismo en el pedestal de una especie de “pureza política”, desde el cual De la Calle sería el único que tendría  la legitimidad para interpretar el verdadero contenido de la palabra “paz”. El intento le salió mal pues refiriéndose a la impunidad de las Farc,  Duque le respondió con tono irónico: “Tú dijiste que los máximos responsables nunca llegarían al Congreso, sin decir la verdad, sin reparar a las víctimas y sin cumplir con las penas transicionales que tú ayudaste a crear. Ahí llegaron al Congreso sin haber cumplido, sin haber reparado y sin haber dicho la verdad. No nos vuelvas a engañar, querido Humberto.”

El tercero en recurrir al “extremo centro” fue alguien inesperado, nada menos que Germán Vargas Lleras, quien después de tratar de presentarse durante meses como el mayor crítico del proceso de paz, ahora terminó siendo el candidato que, junto con Roy Barreras, Armando Benedetti y los testaferros políticos de los ñoños, defenderá los acuerdos con las Farc, para lo cual polarizará el debate con Iván Duque,  a quién ya escogió como blanco de todos sus ataques. Vargas Lleras, como lo recordó el propio Duque recurriendo a una magistral frase de Churchill, terminó sacrificando sus principios por ganarse el respaldo del Gobierno Santos y de su cuestionado Partido de la U. Resultará interesante ver cómo hará Vargas para competir con Fajardo y De la Calle por el extremo centro, espacio en el cual estos tres candidatos recurren cada vez más a la polarización como instrumento para atacar a Duque.

Mientras tanto, es precisamente  el candidato del Centro Democrático el único que está en la tarea de controvertir y confrontar con éxito a Gustavo Petro, quien se sigue consolidando abierta y cómodamente en la extrema izquierda,  aprovechando los espacios que le va dejando libre el “extremo centro”, el cual está distraído en su obsesión por acabar con la alianza de la centro derecha.

 

*Exviceministro de Justicia. Decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda

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