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Petro, Lena, Cepeda, Francia, David, Catalina: Gente común y corriente

El actual momento político de Colombia requiere de individuos con una mirada más allá de la simple militancia orgánica.

Yezid Arteta, Yezid Arteta
8 de febrero de 2018

Petro, lo escribí en una columna anterior, es la única candidatura a la presidencia de Colombia que entusiasma e ilusiona. Mientras unas candidaturas llaman al linchamiento de sus adversarios o dicen y hacen estupideces, Petro propone un país conectado a las nuevas realidades del país y sintonizado con las tendencias del pensamiento moderno. Hay candidaturas que encarnan lo peor de nuestro pasado, otras son esclavas del tormentoso presente, Petro, en cambio, simboliza el futuro, el cambio generacional que requiere Colombia para cerrar gradualmente el capítulo de la violencia política.

El relato de Petro, irónicamente, lo han construido sus oponentes políticos. Alejandro Ordoñez lo hizo víctima de sus entuertos jurídicos, los medios sabotearon desde el minuto uno su gestión en la alcaldía de Bogotá y los pseudo analistas lo ningunearon o se inventaron el cuento de que cualquier alianza con él era “tóxica”. Petro es una víctima de los renglones torcidos de los poderes fácticos de Colombia, un chico del pueblo sometido a toda índole de trampas y mal querencias por parte de una minoría que se cree dueña de los destinos de la nación. La gente en la calle lo ve como uno de los suyos, en eso radica su creciente popularidad. No nos extrañe que Petro, si no lo matan o lo trampean, pueda ganar la Presidencia por mayoría en la primera vuelta.

La cita del 11 de marzo es contra la maquinaria electoral de los caciques locales. Una lista única al Senado con Claudia López, Iván Cepeda, Jorge Robledo, Aida Avella, Antonio Navarro y un largo etcétera era el mejor antídoto contra esa perversa maquinaria, pero esto no fue posible y habrá consecuencias imprevisibles. Así las cosas no hay más remedio que zigzaguear entre los tarjetones para seleccionar a personas que lo han hecho bien hasta ahora o echarle una mano a algunas debutantes en las que se tienen grandes esperanzas por su juventud, liderazgo y preparación: Iván Cepeda, Lena Estrada Añokazi, Francia Márquez Mina, David Florez y Catalina Bahamón.

Iván Cepeda del Polo Democrático es un serio y eficiente legislador, cuya principal virtud es la mediación. Un país con muchísimos conflictos abiertos necesita personas sin prejuicios como Cepeda, que poseen el don de escuchar y entender a voces que pueden estar incluso en sus antípodas ideológicas. Iván es un congresista que ha entendido que el actual momento político de Colombia requiere de individuos con una mirada más allá de la simple militancia orgánica.

Lena Estrada Añokazi, es una joven Uitoto nacida en el Trapecio Amazónico que aspira al Senado por la circunscripción indígena. Lena, de la llamada “Lista de la Decencia”, tiene sobrados méritos para llevar la vocería en el Congreso de las comunidades de La Amazonía y La Orinoquía, territorios maltratados por el conflicto. El mérito de Lena no sólo está en haber conseguido una carrera en la Universidad Nacional de Colombia y una maestría en España, sino en los saberes que tiene de su pueblo y su territorio.

Francia Márquez-Mina, es una afrodescendiente caucana, desplazada por la guerra que ha hecho valer los derechos de uno de los pueblos más oprimidos por el espanto de la guerra: las comunidades negras del anden pacifico colombiano. Por su infatigable lucha por los Derechos Humanos, Mina, ha sido galardonada en Colombia y el exterior. Mientras finaliza sus estudios de leyes, lucha por la representación en la Camara de las comunidades afrodescendientes a través de la “Lista de la Decencia”.

David Florez, es uno de los mejores lideres estudiantiles que ha tenido Colombia en este milenio. Aspira por el partido FARC a una curul en la Cámara de Representantes por Bogotá. David hace parte de una generación educada en la pluralidad y la inclusión, cuya arma política ha sido la mera palabra. Colombia necesita abrirle espacio a la generación de David.

Catalina Bahamon, del partido político MIRA, se ha puesto del lado de las victimas en el exterior y de los Acuerdos de Paz. Catalina es una de las tantas mujeres que se ha ido al exterior en busca de una oportunidad en la vida. Ella, lo ha conseguido en Barcelona: arquitecta con maestría en diseño, espacio publico y urbanismo. En la Cámara de Representantes, sería una estupenda representante de los millones de colombianos en el exterior.

Las instituciones deberían estar ocupadas por gente común y corriente, como son la mayoría de colombianos y colombianas. Gente como Petro, Lena, Iván, Francia, David, Catalina…

Yezid Arteta Dávila

* Escritor y analista político

En Twitter: @Yezid_Ar_D

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