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Roles y misiones policiales

Afortunadamente para el país, la DIAN cuenta hoy con un liderazgo ajeno a la politiquería y el clientelismo, con experiencia técnica robusta y una visión de largo plazo. Igualmente la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) está bajo el mando de un general con experiencia y de resultados en inteligencia y operaciones, ambos directores sin una sola tacha en su hoja de vida.

Daniel Mauricio Rico, Daniel Mauricio Rico
16 de abril de 2019

Los resultados operativos de esta dupla, ya se notan. Ojalá el doctor Romero y el general Buitrago sigan recibiendo desde el más alto gobierno el respaldo, la protección (no hay que olvidar que desde la apertura económica son tres los directivos de la DIAN que han tenido que dejar sus cargos y exiliarse por amenazas) y también los recursos suficientes para neutralizar las grandes mafias que operan desde los puertos.

Estar de acuerdo con los objetivos y el conjunto de medidas anti-contrabando hasta ahora anunciadas por la dirección de la DIAN no implica (en mi caso) la aceptación total o sin filtros de cada una de sus partes. Si bien el grueso de las decisiones lucen acertadas, algunas requieren de revisión y mejores contextos de decisión (órdenes presidenciales) y otras tantas aun no hacen parte del paquete de lucha frontal al contrabando (anticipo de la próxima columna). A continuación la segunda parte de una crítica que invita a debatir y repensar la gobernanza de las aduanas.    

Tal y como fue anunciado, la semana pasada se posesionaron los primeros coroneles de la Policía Nacional que asumirán la dirección de las aduanas en Barranquilla, Buenaventura y La Guajira, los altos oficiales reciben los encargos que antes tenían oficiales de la Armada Nacional y antes de ellos funcionarios de la DIAN. Esto implica que más de cuatro quintas parte del trámite aduanero en el comercio marítimo del país quedará bajo responsabilidad operativa de la Policía. ¿Qué opina el Ministerio de Comercio Exterior?, ¿esto nos suma o resta puntos ante la OCDE?, ¿qué pasaría si la decisión fuera al contrario y un funcionario de carrera de la DIAN asumiera como comandante de Policía de un departamento?

Tanto en la esfera académica como en la jurídica, el debate sobre qué deben hacer y qué no la Policía tiene desarrollos extensos y de permanente controversia, como área de análisis se le dice policing a esta línea de investigación de política pública. Para (Staufenberger, 1977) son los roles y no solo la formación la que determinan la profesionalización policial, por otro lado hay quienes hablan de las “eras policiales” para diferenciar los roles policiales de los político-administrativos (Kellogg, 2002).

En Colombia los debates sobre los roles y misiones de la fuerza pública se dieron activamente durante la década pasada cuando en medio del conflicto armado la Policía asumió rasgos similares a los de un ejército. Hoy el contexto es muy diferente pero la misma pregunta sigue vigente: ¿Cuáles deben ser los limites en los roles y misiones policiales?

Sería un error que la Policía Nacional no se centrara en superar sus propios déficits de personal y capacidades, factores que son muy críticos en zonas rurales y en los procesos de investigación judicial. No debe seguir la Policía administrando las cárceles ni ser los pagacuentas del hacinamiento  en las estaciones de policía que tienen más de 8 mil detenidos, tampoco deben asumir secula seculorum el control del tránsito en las ciudades, ni debió haberse dejado sumar una infinidad de roles ambientales que se le colgaron en el código de policía.

Se debe empezar a restar de la lista de misiones policiales la logística de conciertos y eventos deportivos que son de la órbita de la seguridad privada, también los trámites de denuncios y cualquier otro que implique el ingreso de ciudadanos a las estaciones de policía. Nuestra Policía no debe desviar su atención y parte de sus recursos en coadministrar aduanas ni en sustituir a los bomberos (como lo hace la Ponalsar), quienes viajen por carretera esta semana santa verán a orilla de carretera y con sirenas prendidas a grupos de policías con uniformes igualitos a los de los bomberos, que se entrenan y equipan como los bomberos, dedicados a rescates y salvamento en situaciones de emergencias como es la misión de los bomberos. Dispersar las capacidades policiales de manera reactiva no favorece a nadie.



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