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Mejor es posible

Lo realmente importante es atreverse a hacer más cosas, a inventarse nuevos desafíos y a buscar nuevas formas de declarar que todo es posible.

Eduardo Behrentz, Eduardo Behrentz
23 de julio de 2019

En diferentes momentos de mi vida personal y profesional he recibido el consejo de que “es importante aprender a decir que no”. Que el que mucho abarca poco aprieta y que no es bueno distraerse ni saturarse con responsabilidades.

 No obstante la evidente sabiduría que hay detrás de esta recomendación, y los muchos contextos en los que ciertamente es útil, efectiva y apropiada; hoy quiero sugerir algo distinto: lo realmente importante es atreverse a hacer más cosas, a inventarse nuevos desafíos y a buscar nuevas formas de declarar que todo es posible.

 Creyendo en nosotros mismos, abrimos una caja de herramientas con infinidad de potenciales oportunidades. Logramos también darnos espacio para experimentar (y posiblemente para fallar), aprendiendo en el intento. La decisión de seguir nuestros sueños suele venir acompañada de diversos riesgos y temores, pero si logramos sobrellevarlos, estos mismos se pueden convertir en maravillosas sorpresas de lo que puede ser mejor para nosotros y nuestras familias.

 Richard Branson, fundador y propietario del Grupo Virgin, es líder e inversionista en más de 400 compañías de múltiples sectores de la economía y cuenta actualmente con un patrimonio de más de 5.000 millones de dólares. Según esta celebridad del mundo del emprendimiento, el secreto del éxito empieza por soñar en grande para luego creer que esos sueños son posibles de alcanzar. Esto sumado a la obstinación de perseguir nuestras metas, no obstante los obstáculos que siempre existirán y pese al montón de personas que nos dirán que eso que estamos intentando no se puede o es simplemente una mala idea.

 Siendo todavía un veinteañero, Branson planeó un viaje para encontrarse con su novia en las islas vírgenes. Una vez en el aeropuerto, se enteró de que su vuelo había sido cancelado. Siendo este el último itinerario del día (y del fin de semana), sus planes de viaje habían sido seriamente afectados. La única opción sobre la mesa era contratar los servicios de un avión privado, lo que en ese momento escapaba de su liquidez inmediata.

 En lugar de rendirse, Branson optó por escribir sobre una pizarra “Aerolíneas Virgin US$ 29” logrando vender (sin pedir permiso, pero sin violar ningún requerimiento formal) los cupos disponibles en el avión privado, haciendo que él y un grupo adicional de viajeros pudieran llegar a dicho destino. De esta experiencia surgió uno de sus principales emprendimientos: Aerolíneas Virgin Atlantic, empresa que actualmente cuenta con una flota de más de 50 aviones y emplea a cerca de 8.500 personas.

 Lo anterior significa que Branson entiende como nadie eso de que toda crisis es una oportunidad, gracias a su mezcla de visión empresarial y capacidad de observación del entorno. Pero sobre todo gracias a su infinito optimismo y su permanente actitud de perseguir las oportunidades que se le presentan o él mismo tiene la capacidad de generar. Esto lo resume en su icónica autobiografía titulada: Screw it, let‘s do it. Algo así como “Qué carajo, vamos a hacerlo”.

 En este y otros libros similares de su autoría, Branson comparte sus lecciones de vida empresarial insistiendo en las buenas prácticas de siempre buscar la practicidad, de liberarse de la planeación sin fin, de no esperar el momento perfecto para actuar (que no existe) y de atreverse a dar el primer paso. En suma, nos enseña sobre la importancia y efectividad de su eterna disposición a creer que mejor es posible. Hoy los invito a que aprendamos y escuchemos. Soñemos más. Hagamos más.

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