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Un fósforo para ver

Bush justificó también la invasión en el despotismo de Hussein y su violación de derechos humanos. Algo innegable desde los 80, cuando era aliado de Estados Unidos

Daniel Coronell
12 de febrero de 2006

En Faluya vi cadáveres de mujeres y niños quemados. El fósforo blanco estalla en forma de nube y quien se encuentra en un radio de 150 metros no tiene escape porque se adhiere a la piel". Con estas palabras John Englehart, soldado norteamericano y participante en la ofensiva contra esa ciudad, puso al descubierto una terrible verdad: Estados Unidos ha usado armas químicas en la guerra de Irak. La sustancia es un derivado del napalm que causó horror en Vietnam. El fósforo blanco se activa al hacer contacto con el oxígeno, quema la piel y disuelve el cuerpo hasta llegar a los huesos, pero deja intacta la ropa de las víctimas. Por su naturaleza y sus crueles efectos, el fósforo blanco ha sido clasificado por la ONU como arma química. Su uso está prohibido en zonas habitadas por civiles. Estados Unidos, uno de los pocos países que no suscribió el protocolo proscribiéndolo, sostenía hasta comienzos de esta semana que sus hombres sólo usaban fósforo blanco para iluminar zonas de combate o armar cortinas de movilidad. Refiriéndose al ataque a Faluya, el portavoz del Pentágono Bryan Whitman afirmó: "Nuestro ejército lo utilizó para crear pantallas de humo". Sin embargo -y ante las evidencias- otro vocero del Departamento de Defensa americano, el coronel Barry Venable, reconoció algo más: "Fue usado como un arma incendiaria contra combatientes enemigos". Contó que inicialmente era un recurso para sacar a los rebeldes de las trincheras "Una técnica que se usa es disparar salvas de fósforo blanco que combinan los efectos del fuego, el humo y el terror de la explosión, para sacarlos de su agujero, donde puedes matarlos con explosivos de alta potencia". El militar admitió que en algunos casos las tropas se saltaron un paso del procedimiento y mataron a los iraquíes con el químico. Aclaró, eso sí, que no había civiles y que nada impide su uso directo contra combatientes porque, según él, es un munición convencional. Cuando le preguntaron por la contradicción entre lo que él ahora aceptaba y lo que decía el Pentágono apenas unas horas antes, el coronel respondió: "Las afirmaciones anteriores estuvieron basadas en información pobre". Y es que en "información pobre", o deliberadamente empobrecida y distorsionada, se ha fundamentado la guerra de Irak desde el comienzo. Una guerra que arrancó cuando el presidente de Estados Unidos le informó al mundo que Saddam Hussein estaba detrás de los atentados del 11 de septiembre. Dos años y medio después -con el dictador derrocado y preso-, no han encontrado la evidencia que lo vincule a la peor escalada terrorista de la historia. El presidente Bush justificó también la invasión en el despotismo del régimen de Hussein y su violación de los derechos humanos. Hecho innegable tanto en ese momento como en los años 80, cuando Saddam era aliado de Estados Unidos. "Civil y laico", Hussein era el hombre clave para contrarrestar el gobierno fundamentalista de Irán en cabeza del ayatollah Jomeini. En esa época Saddam recibía armas de la administración Reagan con la aquiescencia del entonces vicepresidente George Bush padre. De allí salieron, en buena parte, los recursos para su guerra contra Irán. Lo peor no es eso. Hombres y mujeres que fueron a Irak a restituir los derechos humanos, terminaron torturando prisioneros en Abu Ghraib. Será por "información pobre" pero su ejemplo hizo carrera. Hace unos días fue descubierta una cárcel en la que se tortura a miembros de la minoría religiosa sunita. La prisión es manejada por el nuevo gobierno iraquí, elegido bajo la tutela norteamericana. Pobre, también, fue la información que nutrió el principal motivo de la guerra. Según Bush, Irak representaba un peligro para la humanidad. Hussein contaba con armas de destrucción masiva. Disponía de un poderoso arsenal nuclear y un sinnúmero de armas químicas. Jamás encontraron las armas de destrucción masiva. Las químicas sí, ahora han empezado a aparecer, pero en manos de los libertadores.

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