JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

El estrés que impide estar presente

Vivir desde el estrés nos impide pensar y actuar con claridad, pero ante todo es una decisión de vida.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
1 de mayo de 2019

El estrés es la enfermedad más crónica de nuestra época, no solo porque nos afecta desde el punto de vista emocional, sino también físico.  Esto sucede, porque el estrés es el encargado de la liberación de cortisol en el organismo, que hace que entremos en un mecanismo de defensa que nos prepara para huir o atacar, lo interesante es que el cuerpo no diferencia entre el estrés que causa escapar de un depredador o de si estamos lidiando con una gran cantidad de actividades diarias o de la presión del jefe.

Lo cierto es que entrar en esta condición, inhibe nuestra capacidad para tomar decisiones con claridad. Incluso, se ha demostrado que los estados prolongados de estrés están relacionados con niveles de inflamación crónica que derivan en un gran número de enfermedades como los problemas cardiovasculares, las enfermedades autoinmunes, problemas gástricos, alergias, artritis, e incluso la obesidad, entre otros. Pero aun así muchas veces ignoramos estas circunstancias porque creemos ser víctimas de lo que sucede y no nos empoderamos sobre dichas situaciones.

Tenemos que tener algo claro, y es que los demás no nos hacen estresar, porque el estrés no es lo que nos pasa, sino cómo elegimos pensar sobre las diferentes situaciones que atravesamos. Por eso, la mejor forma de empoderarnos es asumir nuestra responsabilidad frente a las situaciones y verlas por lo que son, sin olvidar que nada ni nadie es tan importante para dejarnos afectar.

Le puede interesar: ¿Por qué sus ideas son ignoradas?

¿De qué nos vale vivir en modo reactivo si nos impide estar presentes? Centrarse en el aquí y el ahora es la mejor manera de responder adecuadamente a lo que enfrentamos. No vale la pena estresarse por aquello que no se puede controlar, y mucho menos por lo que no sucede aún, pues la verdad es que la anticipación del evento siempre se percibe peor que el evento mismo.

Aprender a controlar el estrés debe convertirse ante todo en un acto de amor propio, pues nadie sufre más por este que quien lo está viviendo. Dos personas pueden percibir la misma situación de maneras completamente opuestas y como tal tener reacciones distintas, por eso, al enfrentarte a una situación estresante, detente y elige la forma en que piensas y asumes la situación, enfócate en los hechos y aléjate de las historias que te has contado sobre lo que pasa.

Todo aquello que no pueda ser verificable es simplemente un acto de nuestra imaginación y una libre interpretación de los hechos, lo que por lo general trae más problemas que beneficios, pues la mente está naturalmente dada para pensar siempre en lo peor como mecanismo para sobrevivir. Así mismo, vale la pena revisar las propias creencias para identificar las limitaciones autoimpuestas que estamos creando y que nos impiden, de manera inconsciente, afrontar la realidad desde nuevas perspectivas. Cuando cambias adentro, se transforma tu realidad afuera, aprendes a aceptar las situaciones que afrontas de manera más asertiva y a tener comportamientos menos reactivos, lo que se traduce en mayor tranquilidad y por ende menos estrés.

Le recomendamos: La inercia que anestesia la felicidad