GUILLERMO VALENCIA

Netflix, un ícaro a punto de caer

La dura competencia que afronta, sumada a su alto nivel de endeudamiento, hacen que este ejemplo de compañía disruptiva se convierta en una burbuja pronta a pincharse.

Gustavo Valencia Patiño, Gustavo Valencia Patiño
22 de enero de 2019

Las burbujas económicas no nacen del pesimismo ni de la mediocridad, sino que se producen cuando se tiene acceso a una tecnología fuera de serie. Esta se traduce en un éxito abrumador, cuyo potencial llena de euforia a los analistas. Mientras tanto, los inversores quieren saber el milagro, y tratan de involucrarse en un negocio que los titulares de prensa ya elogiaron hasta el hartazgo.

Bajo la premisa de distribuir contenido de alta calidad, a través de medios de distintos a los tradicionales, Netflix creó un negocio basado en una tecnología fuera de serie que puso a bajo precio las producciones más vistas de los últimos años. Esta empresa disruptora revolucionó el ‘streaming’ de contenidos pagos e incentivó cambios en una industria, otrora liderada por Hollywood y los canales de televisión por suscripción.

Los logros de Netflix no podrían ser más sorprendentes: ha sido ganador de nominaciones en los premios Óscar y Emmy, tiene 139 millones de usuarios activos y, por ahora, es el rey del mercado de ‘streaming’.

Ser el pionero en una industria suena excitante, es como ser el superhéroe que logra una hazaña épica y recibe todos los elogios por ello. Sin embargo, como en las grandes series de superhéroes, el poder y la vanidad lo corrompen hasta convertirlo en el villano o perdedor de nuestra historia.

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Por eso, en palabras de Peter Thiel, fundador de Paypal, el éxito no se resume en ser el primer  jugador del negocio, sino ser el último en moverse. “Microsoft fue el último sistema operativo y Google el último motor de búsqueda”.

Y por estos últimos movimientos, son los competidores de Netflix quienes se destacan. No solo han aumentado en número, sino que ahora el rey del ‘streaming’ debe enfrentar a Hulu, Amazon Prime, Apple TV, Google, Hotstar -en India-, y, desde julio de 2018, a Disney Company. Esta última adquirió a Fox y lanzó Disney +, con lo que entra al mercado del ‘streaming’ ofreciendo contenidos de Marvel y Lucasfilm, los cuales ya no aparecerán en Netflix.

Con tanta competencia por el mercado de ‘streaming’ por demanda y siendo la producción de contenido la clave del negocio, es natural que los costos de las producciones aumenten. Por eso, tiene sentido que esta semana Netflix haya incrementado el valor de sus suscripciones entre un 13% y 18%. Además, no perdamos de vista que la empresa también está financiando sus producciones a través de un alto endeudamiento en bonos por debajo del grado de inversión, conocidos como ‘high yield’.

La entrada de Disney al mercado cambió por completo el negocio porque este tendrá acceso a contenidos de Star India, propiedad de Fox, que a su vez controla Hotstar, uno de los participantes del negocio en ese país. Conquistar este mercado podría definir quién será el próximo rey del ‘streaming’ en los próximos años, porque se trata de un país con un alto crecimiento poblacional que apetece este tipo de servicios.

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La de 2018 fue una mala temporada

El año anterior pasará a la historia por ser negativo para Netflix: entre julio y diciembre de 2018, las caídas de sus acciones alcanzaron niveles extremos del 40%. Esto hizo que los inversionistas se preguntarán ¿Netflix es una oportunidad de compra o burbuja a punto de colapsar?

La posterior subida del precio de la acción sugiere que la mayoría de inversionistas vio la caída en las acciones de Netflix como una gran oportunidad de compra. De hecho, el ‘rally’ ha sido de casi un 30%.

No obstante, los seres humanos tenemos sesgos cognitivos que nos impiden entender los eventos extremos. A veces, creemos que esto es solo un error pequeño, que todo volverá a ser como antes. Ignoramos que un evento extremo es valioso en sí mismo, porque advierte que el modelo para entender mundo que usamos está errado. En otras palabras, no queremos ver que nuestra brújula ya no apunta hacia el norte.

Caídas de la acción de Netflix. La caída de Julio-diciembre (2018) fue de aproximadamente el 40%. Fuente: Bloomberg. Análisis: Macrowise.

En mi opinión, sin ser un consejo de inversión, el evento extremo muestra que la realidad del negocio del ‘streaming’ cambió y que la mayoría del mercado aún no lo ha incorporado en el precio.

Hay una frase de Arthur Schopenhauer que nos brinda luces sobre el patrón de una burbuja a punto de colapsar como lo es Netflix:

“La verdad es ridícula al principio, luego tiene gran oposición y al final es evidente para todo el mundo”.

Epílogo: No pretendemos predecir el futuro, solo evaluamos las probabilidades. Si bien creemos que Netflix no pasa por buenos momentos, apostar en contra significa una gran relación ganancia-riesgo. Aclaramos que una eventual adquisición de esta empresa, por parte de otro gigante informático, destruiría la tesis de que se trata del colapso de una burbuja.

Este caso hipotético ocurriría si Microsoft, por ejemplo, decidiera comprar Netflix para integrar su plataforma de video con la de juegos. En este escenario los precios de las acciones volverían a tomar vuelo.

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