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La libertad de prensa.

Semana
29 de abril de 2011

La libertad de prensa

A la Democracia la hacen los hombres para los hombres. Si no hay crítica no hay evolución.

Por Juan  Alemany

La libertad de prensa, ¿dónde empieza donde termina? En base a una charla con un amigo sobre la libertad de prensa, se me ocurrió criticar el sistema y casi me matan. Me saltaron de la derecha y de la izquierda por igual. Por que existe un falso principio de la gente, donde se confunde la libertad de prensa con la democracia. Efectivamente, mucha gente asocia, que si hay democracia hay libertad de prensa y que si hay libertad de prensa hay democracia. No van unidas para nada. La libertad de prensa es para poder decir y cubrir la gente que informa, sobre determinados hechos y/o actos. No se puede decir que si hay libertad de prensa, por que se puede escribir lo que uno quiera, atacando a cualquier persona. Si el ataque es desproporcionado y falso, se hace un daño, muchas veces irreparable sobre la persona en cuestión. Por esta razón la ética debe prevalecer dentro de aquellas personas que tienen derecho a escribir en una revista, o un periódico. Esa información puede acabar erróneamente, o fuera de contexto con la reputación de una persona. Antes que nada toca educar a quienes van a escribir, para no herir la imagen de personas inocentes. No hay libertad de prensa, cuando en un país determinado, por hablar lo matan a quien escribe. Esto no es Libertad de prensa, por que la gente no va a decir lo que piensa, por miedo a que lo maten. Está coaccionada a quedarse muda, a no entrar en su PC, a cuestionar la realidad. Los asesinatos de periodistas son intimidantes, y no permite que se desarrolle libremente la profesión. Incluso reprime a quienes piensan cuando van a escribir, para no escribir todo lo que desearían escribir. Es no es Libertad de Prensa, de ninguna forma. Existen sistemas, que dejan desarrollar la prensa en tal forma, que aparenta ser Libre. De la misma forma dejan y aparentan desarrollar la actividad pública, como si fuera una democracia. En ambos casos se vive bajo coacción se escribe bajo coacción. Una verdadera libertad de prensa, implica un orden social que lo permita. Implica una garantía del Estado, para que no maten a quien escribe por decir lo que piensa. Implica una sociedad que defienda a sus habitantes, al ser humano, de aquellos que emplean la fuerza para imponer sus ideas. En 1788, el político, periodista y escritor francés Honoré Gabriel Riquetti, conde de Mirabeau (Le Bignon, Loiret, 1749 – París, 1751), tradujo al francés y enriqueció con sus aportaciones la obra de Milton “Areopagítica”, escrita en 1644. En este texto, Mirabeau, activo y comprometido con la Revolución francesa, “defendió la libertad de conciencia frente al principio de tolerancia, que consideraba insuficiente, pues bajo la tolerancia se podrían prohibir ciertas libertades de opinión o expresión”, según afirma Rogelio Blanco en el prólogo. Este principio nos lleva a reflexionar y seguir pensando en que la libertad de prensa necesita mucho más que la posibilidad de escribir algo. Si uno escribe y lo matan por escribir, no hay libertad de prensa. Si una persona está influenciada por la prensa, por que le inducen sus pensamientos, existe una violación de consciencia, por parte de los dueños de la prensa, que llevan a la gente a pensar lo que ellos quieran. (Esto sucede a menudo dentro de las campañas políticas de los países.) En estos casos no existe la tolerancia. La libertad de consciencia se ve superada por los asesinos de cualquier nacimiento. Si vamos de lo general a lo particular, hay cientos de casos, donde los estados en su mayor parte, son los que oprimen al hombre, para no dejar decir algo que cuestiona su existencia misma, o los errores que comete el propio estado. Hay que defender al hombre por encima del estado, ya que el estado, es siempre una organización en evolución, y de ninguna forma estático. De la única manera en que el estado puede evolucionar, es si permite la crítica de sus habitantes, para cuestionar lo que existe y generar los cambios en el mismo para evolucionar. Al estado como a la Democracia la hacen los hombres para los hombres. Si no hay crítica no hay evolución.