Erasmo Zuleta buscará que Salvatore Mancuso vaya al departamento de Córdoba para hablar con las víctimas del conflicto

El ministro de Justicia, Néstor Osuna, confirmó este martes que ya se expidió el respectivo pasaporte para que el excomandante paramilitar Salvatore Mancuso Gómez pueda regresar a Colombia.

“Tras varios años de espera, diez solicitudes de repatriación por parte de Justicia y Paz, por fin se va a realizar”, manifestó Osuna. En la actualidad, el excomandante de las AUC se encuentra en la cárcel de Georgia.

El trámite, según explicó el ministro, se logró gracias a las relaciones judiciales entre Estados Unidos y Colombia. “Se expidió el pasaporte, está previsto un sitio de reclusión para el momento en el que arribe y estamos a la espera”.

La fecha tentativa del regreso de Mancuso al país, después de cumplir una condena por narcotráfico en los Estados Unidos, es el próximo 25 de febrero y podría ser trasladado a Bogotá o Barranquilla.

“Tenemos varios sitios dispuestos, en donde se pueda garantizar la mayor seguridad de esta persona, mientras un juez determina si va a comparecer recluido en algún lugar”, precisó.

Por esa razón, el gobernador del departamento de Córdoba, Erasmo Zuleta, aseguró que esa noticia puede ser positiva para las víctimas del conflicto, ya que será posible que Mancuso ponga la cara y les hable directamente sobre todo lo que ocurrió.

“Hace unos pocos años se firmó el acuerdo de paz con las Farc, y ahora están en el Congreso de la República. Ahora es el momento de aprovechar la oportunidad que tiene nuestro país y nuestro departamento para traer a Córdoba a aquellas personas que fueron victimarias en esta zona del país, para hablar sinceramente sobre una voluntad de paz que repare de manera integral a las víctimas del conflicto armado”, señaló Zuleta.

Recordó que una de sus propuestas de campaña precisamente fue la de convertir a Córdoba en un departamento donde se hable de paz porque durante años ha sido golpeado por la violencia.

“El laboratorio de paz no debe ser un edificio donde simplemente hablemos de paz. El laboratorio de paz lo construimos a través del diálogo, donde participen víctimas, victimarios, gobernantes, Gobierno nacional y organismos internacionales cooperantes que garanticen ese proceso. Dejemos atrás el pasado, comencemos a construir una hoja de ruta que nos permita decir en diez o veinte años que en Córdoba y Colombia podemos hablar de paz. Porque la paz no es solo un logro de un gobierno, sino un logro de un Estado, y los logros de un Estado requieren tiempo, no prisa”.

Sobre la llegada de Mancuso, aún está pendiente la designación como gestor de paz hecha por el Gobierno del presidente Gustavo Petro. De ser avalada, podría incluso quedar en libertad inmediatamente.

El pasado 17 de noviembre, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) aceptó el sometimiento de Salvatore Mancuso a esa jurisdicción como “sujeto incorporado a la Fuerza Pública” entre los años de 1998 y 2004. La Sala de Definición de Situaciones Jurídicas determinó que el exjefe paramilitar tuvo un papel de “bisagra” entre las estructuras militares, empresariales, políticos y agentes del Estado con los grupos paramilitares.

El excomandante paramilitar señaló que él, junto a sus hombres de confianza, tenían acceso libre, directo y constante a las brigadas militares en el norte del país, principalmente. Estas mismas les otorgaron elementos de comunicación y hasta armamento para que ejecutaran acciones operacionales.

“No solo tenía liderazgo y jerarquía, sino también poder decisorio, conocimiento y capacidad para que todo el engranaje criminal funcionara”, advertía la decisión.

Frente a la tercera sesión, en la que el exparamilitar detalló los nexos con agentes del DAS para acceder a información reservada, la Sala determinó que la información aportada cumplió con los requisitos de novedad y sustento.