Miles de personas, especialmente de Haití y de Cuba, cruzan el país desde Nariño hasta el Tapón del Darién, en Chocó, buscando llegar a Estados Unidos.
Miles de personas cruzan el país desde Nariño hasta el Tapón del Darién, buscando llegar a Estados Unidos. | Foto: AFP

POLÍTICA

Explotación sexual, falta de atención en salud y violencia: el drama de cruzar por el Darién

La Defensoría del Pueblo lanzó una alerta, pues la cifra de migrantes que ha cruzado hacia Panamá superó las 15.000 personas.

12 de octubre de 2022

La crisis humanitaria por la que atraviesa el Urabá antioqueño, por cuenta de las cifras alarmantes de migrantes, en su mayoría venezolanos, que luchan por lograr un cupo en lancha hasta Capurganá y poder pasar el peligroso tapón del Darién se agrava cada vez más.

Así lo deja en evidencia un reciente informe presentado por la Defensoría del Pueblo en el que se hace una caracterización estadísticas de este fenómeno.

“Este año, la crisis migratoria es mucho más grave que la registrada el año pasado. Primero, porque la cantidad de personas en movilidad humana que ha pasado hacia Panamá supera los 150.000 en comparación con los 134.000 migrantes en todo 2021″, explicó el defensor del pueblo, Carlos Camargo.

De estos migrantes, el 58 % son venezolanos, 7,9 % haitianos y 5,2 % cubanos, aunque hay personas provenientes de 50 países.

Uno de los fenómenos que mayor preocupación genera es cómo esta población se somete a explotación sexual con tal de conseguir los recursos para hacer este peligroso viaje.

De acuerdo con los datos del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial Contravencional y Operativo de la Policía Nacional, entre el primero de enero y el 30 de septiembre de 2022, en ambas poblaciones se reportaron 37 denuncias por delitos sexuales. En su mayoría, las mujeres son las principales víctimas de estas conductas.

Según informe de la Defensoría del Pueblo, conocido por SEMANA, la violencia sexual tiene una ocurrencia del 10,1 % en la población migrante que va de tránsito por esta región del país.

En este momento la preocupación está escalando porque la presencia de menores de edad se multiplicó. La Defensoría del Pueblo cree que el 20 % de las personas que buscan un puesto para llegar a Panamá son niños, niñas y adolescentes. Esta población es la que más estaría sufriendo por la rigurosidad de los recorridos en el Darién.

Otra de las condiciones a las que se enfrenta esta población es la carencia de atención en salud.

“Las barreras de acceso (a la salud) inician desde la irregularidad migratoria que, en el caso de las personas migrantes y refugiadas, al no contar con documento válido para el aseguramiento, se les niega la atención en las instituciones prestadoras de salud, incluso las del primer nivel”, señala el documento.

A esto debe sumarse la violencia a la que es sometida esta población: 31,8 % de los migrantes en tránsito reportaron a la Defensoría del Pueblo haber sufrido algún tipo de violencia.

Otra alerta

Una denuncia emitida por las autoridades locales del departamento de Chocó da cuenta de que las organizaciones delincuenciales estarían obligando a los migrantes a transportar droga y dinero desde Colombia hacia Panamá. Al parecer, la carga empezaría a las afueras del municipio de Acandí y se extendería por las montañas de la selva del Darién.

Los ilegales utilizarían fuertes intimidaciones contra las personas que cruzan el continente para llevar los “encargos”, a cambio de no frenar su recorrido violentamente. El Clan del Golfo es el principal sospechoso a razón de que es el que mayor alcance tiene en el territorio. Además, sus integrantes tendrían “peajes” instalados sobre el corredor.

Ese recurso lo habrían activado porque el riesgo de incautación del material es más bajo, ya que los puestos de control son menos rigurosos a los que se encuentran en otras rutas. Por ejemplo, en la puerta chocoana de la Selva del Darién hay 30 unidades del Ejército Nacional para hacer los registros, con el apoyo de los funcionarios de Migración Colombia.

La instrumentalización estaría disparada en las últimas semanas, dado que el flujo de personas que buscan llegar al vecino país ha aumentado. Mientras que a principios de septiembre el índice se mantenía sobre los 1.000 caminantes, los primeros días de octubre la estadística se multiplicó: hasta 2.500 tratan de saltar la frontera con Centroamérica.