Siete años de poder del presidente Uribe.

POLÍTICA

Siete años, siete logros, siete fracasos

Este 7 de agosto el gobierno de Uribe cumple siete años de vida. El balance de su gestión deja un sabor agridulce, ha obtenido logros significativos pero también ha tenido grandes vacíos.

César Paredes, periodista de Semana.com
7 de agosto de 2009

El 7 de agosto de 2002, Álvaro Uribe asumió su primer mandato como Presidente de la República. Su llegada al poder se basó en la promesa de “la mano firme” contra la guerrilla, el corazón grande en lo social y una dura lucha "contra la politiquería y la corrupción".

“No puedo ofrecer resultados milagrosos, en cuatro años no lo podemos cambiar todo, pero el país verá a un gobierno que fue capaz de avanzar en la derrota a la corrupción y la derrota a la politiquería, de avanzar en resultados sociales y de avanzar en la contención de los criminales”, fue la respuesta que dio Uribe en una entrevista con BBC Mundo días antes de su primera elección.

A la mitad del camino de su primer mandato, la idea de una reelección comenzó a calar en el gobierno. Con el argumento de que cuatro años de gobierno no eran suficientes para torcerele el espinazo a la guerrilla  y ante su inusitada popularidad, el Congreso enfiló la maquinaria para modificar la Constitución y permitir la reelección y la Corte Constitucional le dio su bendición, con la advertencia de que podía ser reelegido por una sola vez. 

Este 7 de agosto, Uribe cumple siete años en el poder. Sus seguidores, y él mismo cada vez de manera más abierta,  están convencidos que le hacen falta otros cuatro años de poder para cumplir con lo que prometió. Por eso impulsan una nueva reelección a través de un referendo. Pero hay otros que creen que ya fue suficiente y que la democracia exige una alternación en el poder.

Al hacer un balance, la gestión de Uribe en estos siete años se advierten grandes paradojas: tiene logros significativos pero también grandes fracasos. Semana.com presenta siete de estos contrastes.

 
 

Logros:

Lunares:

Abandonaron la guerra

El gobierno del presidente Uribe ha logrado la desmovilización de más de 50 mil combatientes de protagonistas de distintas orillas del conflicto colombiano. En 2003 comenzó el diálogo con las Autodefensas Unidas de Colombia, con quienes logró el primer acuerdo de desmovilización masiva de combatientes, a cambio de que estos entraran en un sistema de justicia alternativa conocido como Justicia y Paz. Su desmovilización significó la reducción de la intensidad del conflicto y su consecuente disminución de la comisión de delitos contra la población civil.

Víctimas, a la de Dios

Este gobierno ha tenido una actitud displicente con las víctimas del conflicto, sobre todo con las de los grupos paramilitares y de la Fuerza Pública. No les ha brindado especial protección ni ha mostrado su solidaridad pública con ellas, como sí lo ha hecho con las víctimas de la guerrilla. Hundió  la Ley de Víctimas por razones ideológicas y proyectó una  Ley de Justicia y Paz en la que la verdad y la reparación integral de las víctimas no tenía peso. La Corte Constitucional fue la que tuvo que enmendar estas falencias.

Todos a estudiar

En estos siete años, la cobertura en educación ha aumentado significativamente. Mientras en 2002 había 9 millones 994 mil 404 estudiantes en el sistema educativo, a 2008 aumentaron a 11 millones 163 mil 845. No solo aumentó la población estudiantil, sino la tasa de cobertura. Mientras que en 2002 la tasa de estudiantes en los grados correspondientes a su edad era del 84,39 por ciento, en 2008 aumentó a casi el 90 por ciento.

La salud sufre tutelitis

La fusión de los Ministerios de Trabajo y de Salud en el de Protección Social no fue afortunada porque funcionan peor juntos que cuando eran separados. Se le metió poltiquería o desidia a institutos prestigosos como el INC y el INS que los pusieron al borde del abismo. La salud pública se ha debilitado, y los controles a las empresas privadas de salud cojean.  Esto lo demuestra el hecho de que el 80 por ciento de las tutelas de salud, son para solicitar servicios que las EPS están obligadas a suplir.

PIB para arriba

En parte por mérito del gobierno que cambió el clima de confianza en el país para los empresarios, y en parte gracias a las condiciones de la economía mundial, desde 2002 el crecimiento económico colombiano fue en aumento gradualmente: de 1,9 por ciento, llegó a su pico más alto en 2007 con el 7,5 por ciento. Aunque en 2008 la economía solo creció el 2,8 por ciento, debido a la desaceleración mundial, el clima de confianza se mantiene. La tasa de inversión ha pasado de 14 por ciento del PIB a porcentajes superiores al 24 por ciento.

La brecha se abre

Durante los últimos años, el desempleo en Colombia no ha estado nunca por debajo del 10 por ciento, a pesar del buen crecimiento.  La inversión ha permitido que las empresas se modernicen, pero la flexibilización laboral y otras políticas oficiales no han estimulado la creación de empleos de calidad. El gobierno centró su política social en el ancho programa de emergencia social Familias en Acción, pero subsidió a los más ricos y la gerencia social ha carecido en algunos sectores de suficiente inversión o ha tenido problemas de ineficiencia o corrupción. Las cifras de septiembre próximo revelarán cuánto han perdido los colombianos más pobres. 

Protección a la vida de opositores

Líderes políticos nacionales de oposición y contradictores del gobierno han expresado opiniones duras contra el actual mandatario y criticado fuertemente su gestión. Varios de ellos han denunciado con vehemencia la corrupción y la relación de grupos ilegales y de la mafia con la política. Líderes de izquierda han llegado por elección popular a puestos de poder. Sin embargo, a diferencia de los tiempos pasados en que todos los contradictores de peso de la izquierda caían asesinados, en estos siete años el gobierno ha logrado proteger por lo menos a los líderes nacionales. 

Ataques verbales a los opositores

La paradoja de este gobierno es que nunca antes un Presidente y figuras del alto nivel habían descalificado y estigmatizado tanto públicamente  a los opositores como bajo el gobierno Uribe. Quien critique al gobierno es tildado de amigo del terrorismo o idiota útil de las Farc. No solo han sido discursos desobligantes, sino que el gobierno ha perseguido, espiado ilegalmente y llegado a recibir a mafiosos en la Casa de Nariño para conseguir pruebas que le ayuden a judicializar a los que creen son sus opositores, incluidos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, tribunal que lleva los de muchos uribistas envueltos en parapolítica; periodistas; líderes e incluso partidos de oposición; ONG y defensores de derechos humanos.

Humanizar la guerra

La parte más valiosa de la Política de Seguridad Democrática es quizás la menos visible: ha venido introduciendo en  la mentalidad de las Fuerzas Armadas, aveces con problemas y luchas internas, la idea de que el juego limpio, la protección de la vida de la gente por encima de todo, es la base de la legitimidad de la fuerza, el arma más escencial para ganar  la guerra. La Política Integral de Derechos Humanos y los nuevos asesores jurídicos que siguen de cerca cada plan de batalla para minimizar lo más que se pueda el impacto sobre la población civil, son dos muestras del importante giro.

¿Vale todo?

La política de recompensas, el afán por los logros en el combate y la presión ejercida por desde la Presidencia para bajo, con el fin de acabar con la cúpula de las Farc, derivaron en el aumento de civiles ejecutados extrajudicialmente. Estas personas asesinadas han sido llamadas eufemísticamente “falsos positivos” porque fueron civiles muertos fuera de combate por los que los militares podían dar un reporte positivo de su operación como si se tratara de guerrilleros o delincuentes.

Los "falsos positivos" fueron en algunos casos fruto también de la corrupción de militares por el narcotráfico.

Las Farc se debilitan y cae el secuestro

 

Según el gobierno, en el 2002 había entre 19 mil y 20 mil guerrilleros. Los golpes más importantes a las Farc han sido la muerte de 'Raúl Reyes', 'Martín Caballero', El 'Negro Acacio', 'Iván Ríos';  la captura de 'Rodrigo Granda', 'Simón Trinidad' y 'Sonia'; y desmovilizaciones como la de 'Karina'. Hoy se cree que sólo hay 8 mil. Y en cuanto al secuestro, Fondelibertad asegura que en el primer semestre de 2002 se presentaron 1.495 secuestros, este año se han presentado 101. Lo que representa una reducción del 93,2 por ciento.

Contra todos

La lucha contra la guerrilla, ha dominado la política exterior colombiana, debilitando así la capacidad del gobierno de establecer relaciones fluidas con los gobiernos de los países vecinos, de signo ideológico opuesto al colombiano.  La relación con países vecinos, como Ecuador y Venezuela, con los cuales tradicionalmente Colombia tenía una buena relación ha estado signada por permanentes tensiones. La reacción del gobierno a las crisis ha sido improvisada ha quedado en evidencia la falta de una política exterior orientada al desarrollo y a la integración económica.

Menos hacinamiento carcelario y nuevos sistemas de transporte en las ciudades

 

El gobierno construye nueve cárceles nuevas para suplir la demanda, que hasta hace poco se encontraba con saldo en rojo por el hacinamiento y crisis humanitaria.

Además, ha hecho aportes significativos para la construcción los sistemas de transporte masivo de nueve ciudades. En Bogotá, con aportes nacionales del 70 por ciento, pasó de 34 a 84 kilómetros de Transmilenio y se adecúan otros 20 kilómetros. Recientemente se inauguró el Mío de Cali, que es el tercero en servicio después de Megabus de Pereira. Colombia tenía 53 kms de doble calzada, hasta hoy se han completado 649 y para final de año estpa proyectado aumentar la cifra en 10 más.

Debilitamiento institucional

 

Ha habido más presidente que gobierno. Con el afán microcontrolador de todo lo que ocurre, el presidente Uribe ha tendido a rodearse de personas que le dicen que sí a todo, y esto ha debilitado la autonomía institucional. Además el costo de mantenerse en permanente estado de reelección ha sido alto, pues debió echar por la borda sus ideas de la lucha contra la politiquería, y ceder en el clientelismo al extremo de caer en la llamada yidis-política, para salvar la extensión del mandato.  Ofreció así prebendas a los congresistas (Yidis Medina y Teodolindo Avendaño fueron condenados por cohecho y otros miembros del gabinete son investigados por la Fiscalía) a cambio de que actuaran en el Congreso como le convenía al gobierno para quedarse en el poder.

De otra parte, por proteger a los políticos que apoyaron al gobierno, éste desató una pelea con la Corte Suprema, que ha resultado en un debilitamiento del Estado. La reelección además desbalanceó los pesos y contrapesos de la democracia.