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La elección del senador Gustavo Petro como candidato a la Presidencia del Polo, genera una tensión entre la mayoría de los dirigentes que no esperaban su victoria.

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Victoria de Petro pone a prueba unidad del Polo

Porque las posiciones de Petro dentro del partido de izquierda eran minoritarias, su elección produjo un cisma. ¿Cómo se resolverá la crisis?

29 de septiembre de 2009

 La victoria de Gustavo Petro en la consulta del Polo Democrático Alternativo cambia completamente el norte de la colectividad. Petro no solo pasa a ser el candidato a la Presidencia, sino que su proyecto de convergencia con otros sectores para llegar a la Casa de Nariño pondrá a prueba la unidad del partido.

Una vez se conocieron los resultados este domingo, el precandidato derrotado, Carlos Gaviria Díaz, anunció que no será más el presidente del Polo. El senador Jaime Dussán también entregó la presidencia de la organización. Y en una carta enviada a Gaviria, este lunes, le pidió que asumiera los destinos de esta a pesar de que ya se conocía el anuncio de Gaviria de no querer seguir presidiendo el partido.

Petro, desde el mismo momento en que ganó las consultas, comenzó a labrar su proyecto de convergencia para enfrentar una nueva reelección. Invitó a Rafael Pardo, a Antanas Mockus, a Luis Eduardo Garzón y a Sergio Fajardo, “a construir el acuerdo democrático que Colombia necesita”.

Con su voto del domingo, la gente, no necesariamente toda del Polo, pero sí simpatizante de la idea de que en Colombia se construya una izquierda moderada y democrática como verdadera alternativa política, puso a este partido a bailar a otro ritmo. Pero adentro, la dirigencia quiere mantenerlo bajo su control y sus condiciones.

Para el senador Dussán no se trata de un sacudón, como han dicho algunos analistas. “Nosotros somos de izquierda curtidos. Uno se sacude, se limpia las botas y sigue adelante”, dijo a Semana.com. No obstante, los cambios que están en juego no son de poca monta.

En febrero de este año, durante el II Congreso del PDA, un proyecto distinto al propuesto por Petro había sido aprobado por los 1.500 delegados.

La elección de Carlos Gaviria Díaz como presidente de la organización, en ese entonces, significó el triunfo de un sector del partido que no es amigo de las alianzas con otros liderazgos. Después de ese Congreso, el ex alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, renunció al partido precisamente porque este no contemplaba la “convergencia para las elecciones de 2010”. Petro, sin embargo, decidió dar la pelea desde adentro.

El ala mayoritaria de la colectividad, integrada por quienes obtuvieron más votos en las consultas de comienzo de año, se sentía triunfante. No contaba con el hecho de que su candidato perdería en una consulta abierta. El ambiente previo a las consultas de este domingo estaba caldeado. Incluso, el ex magistrado Gaviria prefirió no asistir a los debates con el argumento de que podía exponer al partido a una división. De un lado iban acusaciones de sectarismo y de otro venían sindicaciones de querer feriar al partido. Una vez elegido Petro, esas diferencias lejos de estar superadas, siguen en la mesa y amenazan con profundizarse.

El próximo jueves, las directivas deberán decidir quién será el presidente del partido. Este será un nuevo capítulo del pulso entre las dos caras del mismo partido: la de la convergencia y la llamada radical.
 
“Si Gaviria no va más, vamos a pedir que la presidencia se mantenga en el sector del Comité Ejecutivo que lo apoyó a la Presidencia”, dijo el senador Dussán a Semana.com.
Petro había expresado que quien asuma la presidencia del partido deberá estar de acuerdo con su proyecto de convocar a otras fuerzas distintas para construir un programa de cara a las elecciones de 2010, que pueda derrotar al uribismo.

En esta diferencia de propuestas estriba la tensión. La posibilidad de que alguien que no esté de acuerdo con la propuesta de Petro llegue a la dirección de su partido, podría fracturarlo.

Dussán dijo que el sector mayoritario del Polo (integrado por los anapistas, el Moir y el Partido Comunista, entre otros) apoyaría la postulación de Petro para que asuma las riendas del partido, sólo si logra convencerlos de que ganará la consulta inter-partidista que él propone. “Hasta ahora no nos ha convencido”, dijo Dussán. “Si no nos convence le pediremos que vaya como candidato único del Polo, pues reconocemos públicamente su triunfo”, agregó.

Esta es la posición de la mayoría del Comité Ejecutivo del partido que se reunirá el jueves.

No obstante, el sector del partido que respalda a Petro no está de acuerdo con esa postura. “El rechazo al sectarismo y al clientelismo, demostrado en las urnas, debe devolver al Polo a su idea original, la de ser un partido abierto”, dijo a Semana.com Daniel García-Peña, quien respalda al candidato elegido.

Petro y Gaviria representan proyectos distintos dentro de la misma izquierda. El primero basa su programa en lo que él llama el acuerdo, que consiste en construir con distintos actores un proyecto de país. El segundo representa la línea dura, que antepone principios a cualquier tipo de negociación. En palabras de Gaviria, “en aras de derrotar a Uribe (el Presidente) no podemos echar por la borda lo que hemos construido”. 

El debate se origina en diferencias estratégicas, lo cual nada tiene de particular en un partido político activo, pero no es claro si también hay algo más de fondo que distancia a las dos líneas la colectividad. Tienen aún mucho que aclarar para conseguir sacar el barco entero después de la tormenta del domingo. Una ruptura podría acabar con el proyecto de partido de oposición desde la izquierda que más lejos ha llegado en la historia reciente de Colombia, y que juega un papel importante para construir una democracia moderna, con alternativas reales de poder, muy lejos de la violencia armada del pasado.