El programa cuenta con la participación de cinco mujeres invidentes que fueron capacitadas como examinadoras táctiles.

CÁNCER

Los ciegos que ven el cáncer

Cali es la primera ciudad de América en implementar un programa de detección temprana del cáncer de seno, en el que el examen diagnóstico es realizado por mujeres invidentes que tiene agudamente desarrollado su sentido del tacto.

18 de octubre de 2017

Cuando Saray Land Campos tenía 3 años, la luz de sus ojos se apagó y la pequeña, que apenas empezaba a descubrir el mundo, tuvo que aprender a ver, no con los ojos, como lo hacían las demás personas, sino con sus otros sentidos, lo que la llevó a desarrollar una gran sensibilidad táctil. Hoy en día esa habilidad le ha permitido convertirse en una de las cinco primeras mujeres colombianas, certificadas como examinadoras táctiles del programa ‘Manos que salvan vidas’ (Discovering hands).

Esta iniciativa fue creada por el médico alemán Frank Hoffman para que mujeres invidentes realicen exámenes exploratorios a otras mujeres como método preventivo del cáncer de seno. Ahora, llega a Colombia, de la mano del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que escogió a la capital del Valle del Cauca como ciudad piloto para la implementación en todo el continente.

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El programa cuenta con la participación de cinco mujeres invidentes que fueron capacitadas como examinadoras táctiles. Con una exploración minuciosa que dura entre 45 y 50 minutos y  la sensibilidad de sus manos detectan la presencia de masas con mayor de eficacia que el examen convencional. “Las mujeres invidentes logran desarrollar de una manera increíble su sentido del tacto pues ese es su contacto con el mundo”,  explica Ana Mercedes Botero, directora de Innovación Social del Banco de Desarrollo de América Latina.

Para el examen, a la paciente se le colocan en su pecho unas cintas que hacen las veces de líneas cartesianas, para que la examinadora pueda tener un mapa mental del cuerpo que va a explorar. Después se pasa el informe al médico general o ginecólogo frente al hallazgo o no de cuerpos irregulares, para que analice los primeros resultados y constate con una ecografía el diagnóstico inicial. Actualmente, los centros médicos vinculados con el proyecto ‘Manos que salvan vidas’ son los únicos que ofrecen el servicio a sus pacientes.

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Para la médica Margarita Almario, “este programa es muy interesante desde el punto de vista porque “con unas instalaciones que no requieren de mucha tecnología, los pacientes, pueden acceder a un examen muy detallado, en una forma bastante rápida y eficiente que resulta muy eficiente para la detección temprana del cáncer”.

El contacto inicial con el creador del programa, el médico Frank Hoffman, se realizó en 2013, cuando Botero buscaba una iniciativa que uniera dos elementos sociales importantes, la prevención de enfermedades y la inclusión laboral. “Por tratarse de un método muy sencillo y menos agresivo que una mamografía, pueden acceder personas desde los 20 años que quieran prevenir o descartar la presencia de la enfermedad. Estamos atendiendo un problema de salud pública y adicionalmente estamos generando oportunidades laborales para las personas con discapacidad”, dice.

Una persona vidente, pero que tiene la experiencia de capacitar a la población invidente, viajó a Alemania para conocer de cerca el programa y convertirse en instructora del grupo de mujeres en Colombia, quienes ahora tienen la responsabilidad de ser multiplicadoras de la iniciativa, que ya ha llamado la atención de países como México y España, entre otros. Con la ayuda del Sena, y a través de una convocatoria en la que participaron cerca de 30 mujeres del Valle del Cauca, se escogió a las cinco que empezarían el programa en Colombia.

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A esta iniciativa se unieron entidades públicas y privadas como el Instituto para niños ciegos y sordos del Valle del Cauca, la Secretaría de Salud de Cali, el hospital San Juan de Dios, el Centro de Rehabilitación Visual Integral, la Universidad Santiago de Cali, entre otros. El proyecto le cambiará la vida a muchas mujeres, pero ya se la transformó a Saray, pues como ella dice, “estar en ‘Manos que salvan vidas’, es un crecimiento personal y profesional y una satisfacció porque es un método que tiene como objetivo detectar a tiempo el cáncer y darle un tratamiento adecuado”.