SALUD
¿Cuáles son los síntomas de una mala circulación de la sangre?
La mala circulación puede deberse a diferentes factores.
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La circulación sanguínea juega un papel fundamental en el funcionamiento del organismo, mantiene el cuerpo sano y beneficia al sistema cardiovascular que es el encargado de transportar nutrientes y oxígeno al cuerpo, eliminando a la vez los desechos y las toxinas que se producen en el organismo. La relación es sencilla: entre mejor se encuentre este sistema, mejor salud vascular tendrán las personas.
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Los problemas de circulación más comunes se reflejan en calambres, várices o hinchazón en las piernas, tobillos y pies, que ocurre cuando las personas han perdido elasticidad en sus venas y estas carecen de fuerza para transportar -de forma correcta- el líquido. Es así como, por la fuerza de gravedad, este líquido se acumula en las piernas, provocando molestias, reseña el diario ABC de España.
Si bien la mala circulación en la sangre no es considerada como una enfermedad grave, sí es conveniente tratarla a tiempo, pues puede desembocar en molestias a mediano o largo plazo.
Varicentro, un conjunto de clínicas médicas especializadas en el tratamiento de todo tipo de varices mediante espuma esclerosante, indica que la mala circulación es la “dificultad que tiene la sangre de pasar por arterias y venas”. Añade que se trata de un problema circulatorio puede estar originado por distintas causas.
La entidad advierte sobre la importancia que cobra de identificar la causa de un problema circulatorio, así como los síntomas y la frecuencia con la que se manifiestan, pues esto es esencial para ponerse en manos del médico especialista para que indique el tratamiento adecuado.
Sumado a los síntomas ya mencionado, Varicentro, con sede en España, reseña otros síntomas frecuentes de la mala circulación de la sangre:
- Piel fría, seca o escamosa.
- Comezón en las piernas.
- Manchas rojas en las piernas.
- Coloración pálida o azulada en las zonas de mala circulación.
- Sensación de hormigueo, pinchazos o adormecimiento en las piernas.
- Ausencia de vellos en las piernas.
- Grietas en los talones.
“Es muy habitual que los síntomas empeoren al final del día, especialmente si la persona ha permanecido mucho tiempo de pie. Otros factores que pueden empeorar estos síntomas pueden ser durante el ciclo menstrual, en períodos de día con mucho calor o cuando se utiliza tacones o sandalias planas”, precisa la entidad.
En palabras de Varicentro, la mala circulación puede deberse a distintos factores como:
- Con el exceso de peso y sedentarismo el retorno venoso se vuelve más difícil, lo que provoca hinchazón y cansancio en las piernas.
- Permanecer mucho tiempo de pie, sentado o con las piernas cruzadas dificulta retorno de la sangre hacia el corazón.
- Durante el embarazo, la mujer produce más líquido para mantener la irrigación de la placenta y esto dificulta el trabajo de las venas. Además, la producción de la hormona relaxina provoca la dilatación de las venas y dificultando el retorno de la sangre al corazón.
- El natural envejecimiento de los vasos sanguíneos puede interferir en la circulación y llevar al surgimiento de síntomas de mala circulación.
- Las hormonas presentes en los anticonceptivos pueden elevar el riesgo de formación de trombos en algunas mujeres y pueden interferir directamente en la circulación.
- Enfermedades crónicas, como hipertensión y diabetes pueden tener también como consecuencia una mala circulación, especialmente si el paciente no recibe el tratamiento correcto.
Unos cuantos cambios en la dieta, practicar ejercicio y acoger nuevos hábitos, podrían ayudar a mejorar la circulación sanguínea.
Los expertos recomiendan intentar estar poco tiempo de pie, sin embargo, si las actividades que la persona desarrolla lo obligan a estarlo por largos periodos de tiempo, es propicio utilizar medias de compresión. A este consejo le suman no cruzar por mucho tiempo las piernas y realizar pausas activas que le permitan activar la circulación; se puede probar elevando las piernas o caminando unos pocos minutos antes de regresar al sitio de trabajo o estudio.