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Educando a papá

Un estudio revela que los padres deben aprender a ayudar a los hijos a tener un mejor desempeño escolar.

1 de octubre de 2001

A la mayoria de padres se les ve preocupados por conseguirles un cupo en el colegio a sus hijos, por pagar las matrículas a tiempo y por darles los útiles, uniformes y libros que requieren en su año escolar. Pero una vez solucionan esos problemas delegan en el colegio todo el proceso educativo de los pequeños. Piensan que los únicos que saben son los maestros, que educar es el oficio del colegio, que muy poco es lo que ellos pueden aportar y por eso ni preguntan ni investigan sobre el tema. En pocas palabras, se desentienden del asunto. No obstante, en un reciente informe en el que se recogen los resultados de un estudio realizado en 1999 por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de Calidad, coordinado por la Unesco y el Ministerio de Educación, queda claro que esta actitud es errada. Los padres pueden influir en gran medida en el desempeño escolar y no precisamente haciéndoles las tareas a los hijos. El nivel de educación de los padres, el tiempo que permanezcan en casa, el estímulo que dan a los niños y qué tanto están involucrados en el proceso son apenas algunas de las variables que fueron señaladas como fundamentales y que marcan una diferencia en el mejor desempeño del niño en el aula en áreas como el lenguaje y las matemáticas.

En el estudio internacional comparativo en lenguaje, matemática y factores asociados participaron niñas y niños de tercero y cuarto grado de educación básica de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Honduras, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela. Un primer informe dio los resultados comparativos del logro educativo en los niños de estos países. En el segundo informe, publicado en días pasados, se destacan otros aspectos del estudio, como cuál es el rendimiento de los niños y cómo mejorar la calidad de la educación.

El estudio da una señal de alerta pues revela que el promedio de logro de los estudiantes es bajo. Pero la noticia buena es que se señalan cuáles son los ingredientes fundamentales para que mejoren su rendimiento académico. Para Ana María Guerrero, asesora de comunicaciones del Ministerio de Educación los resultados de este segundo informe van a ayudar en dos aspectos. Primero, para que el gobierno tome decisiones sobre cómo mejorar la calidad, y el segundo, para que cada maestro y cada padre se cuestionen qué hacer para que su alumno o hijo tenga un mejor desempeño en clase.