Vacaciones, el tiempo ideal para empezar a ejercitarse

El sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo de padecer enfermedades crónicas como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes. Además de ayudar a prevenir estas patologías, la actividad física contribuye a mejorar el estado de salud en general y alejar sentimientos de tristeza y depresión. Sin embargo, y a pesar de tantos beneficios, las cifras de inactividad física son altas y uno de los principales motivos es que hacer del deporte un hábito no es sencillo.

“Una de las fallas puede ser que las personas no ven al ejercicio como una actividad beneficiosa, que desestresa y relaja”, explica la licenciada en Educación Física, Mirena Leal. Por eso, para empezar se necesita de dos cosas básicas: fuerza de voluntad y paciencia, pues los resultados del ejercicio no se podrán ver de inmediato. “Lo importante es mantenerse activos y para ello no se necesita de mucho tiempo; con 30 o 40 minutos diarios de actividad física es suficiente para mantener un cuerpo saludable”, dice Leal.

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Después de tener claro que todo esto es un proceso paulatino y que requiere de mucho esfuerzo, lo siguiente es escoger una actividad que vaya de acuerdo a la capacidad de cada quien y, sobre todo, que sea placentera porque esto es un gran motivante para no tirar la toalla al cabo de un par de semanas. “Hay muchas formas de hacer actividad física, lo importante es encontrar ese ejercicio que más se nos adapte y verlo como algo que nos está ayudando a cumplir con nuestro objetivo y a sentirnos mejor con nosotros mismos”, asegura Leal.

En ese sentido, realizar actividades al aire libre como trotar, caminar o montar bicicleta es especialmente favorable para que el deporte se convierta en un hábito y un placer con mayor facilidad. Ejercitarse en espacios abiertos produce un mayor efecto de relajación y la mente logra distraerse más. Estas son tareas que puede realizar cualquier persona sin mayor complicación y que no requerirán gran inversión, más allá de una vestimenta deportiva adecuada.

Otro de los puntos que hacen que algunos desfallezcan pronto del ejercicio es que no siguen rutinas bien diseñadas. En ese sentido, explica la licenciada, “no es conveniente, ni saludable, empezar con una rutina exigente desde el principio. Al comienzo debe ser lento mientras el cuerpo se va acostumbrando a la práctica”. No todos los cuerpos responden igual y por eso no se puede seguir la misma rutina de otras personas porque pueden presentarse lesiones u otras complicaciones. Además, si se empieza con gran impacto, esto terminará agotando al cuerpo que no está acostumbrado a ese ritmo de actividad.

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Una idea para empezar a crear el hábito puede ser fijarse una meta diaria, que sea alcanzable. Expertos recomiendan escribir en un papel estos objetivos para que se conviertan en un plan de acción a seguir y de esta manera presionar a la mente para cumplir la tarea diaria. También, conviene elegir un horario fijo para crear el hábito diario. “Lo aconsejable es que se escoja la franja horaria de la mañana, antes de las 9, para no exponerse tanto al sol. O bien puede ser en la tarde luego de las 4”, recomienda Leal.  

Registrar esos avances en un diario puede ser un buen motivador e identificador de cuáles son las actividades que más se dificultan o cuáles son otras barreras que no están dejando avanzar en el objetivo de ejercitarse. Y, una visita al médico para que revise que todo está funcionando bien y aconseje cuál es la rutina más adecuada, nunca sobra.

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