Una dieta saludable y el consumo de vitaminas es fundamental para la salud del cerebro. Foto: Getty Images. Montaje SEMANA.
Una dieta saludable y el consumo de vitaminas es fundamental para la salud del cerebro. Foto: Getty Images. Montaje SEMANA. | Foto: Foto: Getty Images. Montaje SEMANA.

Vida Moderna

El top de las vitaminas que regeneran el cerebro

La ingesta de alimentos saludables, practicar ejercicios y dormir lo suficiente puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades cerebrales.

14 de septiembre de 2022

El cerebro es una máquina compleja que cumple numerosas funciones, por esta razón es fundamental mantenerlo sano con la alimentación y el aporte de vitaminas que ayudan a desarrollarlo y a mejorar su actividad.

Este órgano es muy especial, pues ocupa aproximadamente un 2% de la totalidad del peso corporal, pero requiere de un 20% de energía para desarrollar todas las funciones que es capaz de ejecutar. Para estimularlo, es importante la ingesta de vitaminas y minerales.

Entra las vitaminas que aportan beneficios para el cerebro están las del complejo B, las cuales son importantes para extraer todo el potencial del cerebro. Estos nutrientes también mejoran la atención, la energía y la agudeza mental.

Para ser más precisos, las vitaminas B1 y B12 ayudan al buen funcionamiento del sistema nervioso y la vitamina B6 se encarga de disminuir la fatiga, así lo explican en el sitio web unCOMO. Estos nutrientes son esenciales para mantener un bienestar mental y físico adecuado.

Es importante entender que la homocisteína desempeña una función destacada en el metabolismo, pues esta se encuentra en la sangre; cuando los niveles son excesivamente altos, se convierte en tóxica perjudicando a los vasos sanguíneos del cerebro.

En unCOMO indican que “unos niveles elevados de homocisteína pueden derivar en lesiones cerebrales y un deterioro de la memoria y el rendimiento cognitivo”. Ante esta situación, las vitaminas B6, B9 y B12 son fundamentales para metabolizar la homocisteína y reducen su concentración en la sangre, un proceso que ayuda a prevenir largas lesiones en el cerebro.

En alimentos como el pescado, las legumbres, carne, lácteos, huevos y verduras de hoja verde se encuentra la vitamina B, además, los expertos aconsejan consumirlos para evitar las deficiencias de este nutriente.

En Mayo Clinic aseguran que la vitamina B-12 y otras vitaminas B aportan en la producción de sustancias químicas del cerebro “que afectan el estado de ánimo y otras funciones cerebrales”. Los expertos advierten que los bajos niveles de vitamina B-12, B-6 y el ácido fólico pueden tener alguna relación con una afectación, como es la depresión.

La vitamina C es muy popular para tratar y evitar resfriados, pero esta también aporta beneficios para la salud y el cuidado del cerebro. Un estudio publicado en la revista médica European Journal Nutrition encontró que la carencia de vitamina C está relacionada con un bajo nivel de vitalidad mental.

El mencionado estudio no es el primero que analiza la relación de la vitamina C o ácido ascórbico con la salud del cerebro. Una revisión que fue publicada en la revista médica BMC Psychiatry recordó desde hace siglos ya existía la asociación entre la deficiencia de vitamina C y los efectos psiquiátricos adversos.

La investigación determinó que la deficiencia de vitamina C se relaciona con un estado de ánimo más bajo y efectos cognitivos. Los expertos también alertaron “que los niveles sanguíneos de vitamina C asociados con la depresión y el deterioro cognitivo son más altos que los implicados en las manifestaciones clínicas del escorbuto”, así lo recoge el portal Hola.

En el listado de los nutrientes que favorecen la salud del cerebro también está la vitamina E, la cual ayuda a proteger las células del estrés oxidativo.

Es un poderoso antioxidante, por ello, es fundamental para el cerebro ya que es muy sensible ante el ataque de radicales libres. La vitamina E también sirve para mejorar la memoria y las funciones cognitivas, un beneficio que es fundamental en las personas mayores; se encuentra en los frutos secos, semillas de girasol, kiwi y espinacas.