Primer plano de una máscara médica y desinfectante de manos y una mujer estresada en segundo plano en la oficina en casa temporal durante la epidemia de coronavirus en la casa en un día soleado.
Primer plano de una máscara médica y desinfectante de manos y una mujer estresada en segundo plano en la oficina en casa temporal durante la epidemia de coronavirus en la casa en un día soleado. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Bienestar

Estrés: cuándo es normal y cuándo es síntoma de ansiedad

El estrés no es siempre malo. Pero cuando se vive de manera crónica puede ser un signo de algo más profundo.

12 de agosto de 2021

Casi todas las personas sienten estrés a diario. Esta es una respuesta humana normal a los diferentes retos que demanda la vida y que le generan presión a la persona: levantarse para cumplir una cita, parar en la esquina para evitar que un carro nos atropelle, o acelerar el ritmo de trabajo si hay una entrega inminente ese día. Dicha respuesta hace parte de la evolución y según los expertos se cree que sucedió para alertarnos de todos los peligros. En ese sentido es un mecanismo de protección pues ante cualquier amenaza el cuerpo responde con el estrés que tiene repercusiones fisiológicas palpables.

En esa respuesta al estrés agudo, el que surge durante un momento específico durante un período corto de tiempo y que es muy ùtil para la vida la frecuencia cardíaca y la respiración se aceleran. Estos cambios preparan para una de dos acciones: atacar o huir. Solo basta imaginar que en el pasado cuando nuestros ancestros poblaban el mundo y tenían que convivir con bestias como los mamuts y asi mismo debían conseguir alimento para comer, el estrés les permitía ya fuera correr para protegerse o atacar para dominar a la bestia que los amenazaba y asi conseguir su sustento. Pero una vez pasaba el estimulo, el cuerpo vuelve a la tranquilidad.

Hoy en dia ese mecanismo del estrés se mantiene pero por fortuna ya los peligros son menos que antes. O al menos son diferentes. En lugar del mamut, está el trabajo, o el riesgo de ser botado en la oficio por un recorte de última hora. Los estresores de la vida moderna pueden ser permanentes y por eso algunos no desarrollan el estrés agudo, instantáneo, sino estrés crónico, que es cuando el sistema del cuerpo se activa repetidamente.

Para muchas personas puede ser difícil saber si están estresadas crónicamente o no. Mucho menos saben si lo que están sintiendo es ansiedad y depresión, temas que deberían ser manejados por especialistas.

Para ayudar a discernir las diferencias Ackrill señala que la persona debe hacer un análisis y “si la preocupación es intrusiva más allá del factor estresante, eso es ansiedad”. Pero si lo que siente es un cambio en su estado de ánimo y no lo puede cambiar a pesar de que cambie la situación que supuestamente lo generó, “eso es depresión”.

Inquietud. Tocarse el pelo o comerse las uñas puede revelar un exceso de energía, lo que indica molestia o ansiedad.

En este sentido el estrés por sí solo no es una afección psiquiátrica pero puede exacerbar otras afecciones mentales como la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo. También podría ser un signo de trastorno de ansiedad general, que se caracteriza por tener al menos durante seis meses una preocupación excesiva entre otros síntomas.

Para saber si sufre de este trastorno debe ver síntomas comunes como problemas para dormir, inquietud y dificultad para concentrarse. Pero si el estrés se resuelve después de que la situación termina y puedes funcionar a tu nivel óptimo en el trabajo y la escuela, podría solo estrés del bueno.

En caso de ser lo primero, es importante buscar ayuda porque existen muchos mecanismos para lidiar con el estrés crónico y evitar que este se convierta en un trastorno mental. La experta señala que no es malo sentir estas sensaciones. De hecho, en los años recientes numerosas figuras públicas, como el príncipe Harry, han hablado de la importancia de hablar con otros de estos temas, de encontrar amigos cercanos que puedan dar una luz de apoyo. Dichas personas pueden ser útiles porque, además, pueden notar cambios en su comportamiento o también apoyarlo en la búsqueda de un especialista.

Una de las tecnicas que más ha demostrado tener éxito en el control del estrés es la meditación de atención plena, también conocida como mindfulness. Esta técnica, basada en la practicas budistas ancestrales ha sido adoptada en occidente y puesta al servicio de la medicina. Consiste en controlar la respiración, usar los cinco esntidos y tranquilamente poner atención a lo que la mente presenta, todo en medio de la absoluta calma. Tambien implica identificar con los sentidos las cosas que la persona puede ver, oír, saborear, oler, tocar y luego algo por lo que estés agradecido.

Pero esa no es la única salida. Algunas personas han encontrado que hacer ejercicio cardiovascular los hace sentir bien, posiblemente porque con ese movimiento el cuerpo libera endorfinas, hormonas que hacen sentir bien. El ideal es hacer 30 minutos de ejercicio para controlar el estrés. Ackrill tambien propone la respiración ejercitada, una tecnica antigua que, como ella explica, consiste en “poner una mano sobre tu vientre y mirar si puedes inhalar para que tu diafragma descienda y esa mano en tu vientre se eleve”, explicó a la cadena noticias estadounidense. “Cuando reduces la velocidad de tu respiración y te concentras en tu interior, envías señales a tu cerebro de que está bien”, dice Ackrill.