Hay que romper el mito de que quien escoge la educación virtual es porque le da pereza estudiar

TECNOLOGÍA

A estudiar por Internet

En el Campus Party que terminó el domingo en Bogotá, la educación fue un tema central. Hoy más de 30.000 personas en Colombia estudian por Internet. Pero algunos aún creen que la calidad no es la misma que la de las clases presenciales.

3 de julio de 2010

Cuando se piensa en un Campus Party como el que se realizó hasta este domingo en Bogotá, surge en la mente un grupo de aficionados fanáticos de la tecnología que se reúnen a jugar y a intercambiar avances. Pero esa imagen un poco frívola no es del todo cierta. En esta oportunidad la educación virtual jugó un papel central, y rectores de distintas universidades se pusieron cita la semana pasada en un pabellón entero dedicado al tema, para hablar sobre los retos de esta modalidad de aprendizaje. Hoy el país cuenta con 36 instituciones que brindan educación virtual en 154 programas, de los cuales 41 son técnicos, 40 tecnológicos, 21 universitarios, 46 especializaciones y seis maestrías.

Milena Villamil es una mujer de 34 años que a pesar de ser técnica en Contaduría, quería ser profesional. El problema era que sus horarios de trabajo le impedían asistir a un salón de clases. Fue entonces cuando decidió matricularse en la carrera de Administración de Empresas virtual que dicta la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Unab), y está a solo un año de graduarse. "Me pareció una opción para manejar mi propio tiempo", cuenta Milena. Aunque reconoce que al inicio tuvo incertidumbre, luego se dio cuenta de que los contenidos no diferían nada de los que se ofrecían en la carrera presencial.

A pesar de que en Colombia no es nuevo el concepto de educación virtual, esta modalidad está cogiendo cada vez más fuerza en el país, porque les ha permitido a las personas que viven en zonas alejadas acceder a educación de calidad a través de un computador con Internet. Los estudiantes trabajan a partir de plataformas especializadas y acceden a un campus virtual solo con registrase en una página web. Además, ha resultado una opción ideal para personas que, como Milena, tienen que trabajar y no pueden asistir todos los días a la universidad.

Por eso, en este encuentro el Ministerio de Educación lanzó la Campaña por la Educación Superior Virtual, una iniciativa que busca promover este tipo de enseñanza y así contribuir a la ampliación de la cobertura. Mientras en 2008 se calculaba que el número de alumnos era 877, hoy día hay 29.506 estudiantes matriculados a través de cursos online. Cecilia María Vélez, encargada de esta cartera, expresó que con esto "se espera aumentar la matrícula y el número de estudiantes y aprovechar al máximo las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías".

Pero a pesar del auge, este tipo de educación todavía enfrenta varios obstáculos. Según Manuel Unigarro, asesor del Ministerio de Educación, una de las dificultades con lo virtual es que como se trata de un modelo relativamente nuevo, algunas personas todavía tienen ciertas reservas para ver clase a través de la Web. Una de estas precisamente tiene que ver con la calidad. "La gente tiene el imaginario de que la educación presencial es mejor y que quien opta por un pregrado virtual es porque le da pereza estudiar -dice-. Pero hemos comprobado en los resultados de los Ecaes, por ejemplo, que el nivel es el mismo e incluso mejor, y que muchas empresas están contratando a egresados virtuales". Además, Unigarro explica que desde el pasado 20 de abril el gobierno incluyó la educación virtual en el Decreto 1295, que define los procesos de registro calificado para los programas académicos, lo que ha permitido darle mayor validez en términos de calidad.

Este tipo de educación también ha planteado un reto para los docentes, pues no es lo mismo dictar una clase en un salón ante 30 estudiantes que comunicarse con ellos a través de la Web. Para esto las mismas universidades ofrecen formación a sus profesores, como ocurre en la Universidad de La Sabana, donde cuentan con un Centro de Tecnología que capacita a los profesores en el uso pedagógico de las herramientas tecnológicas. Según Obdulio Velásquez, rector de esta institución, para el próximo año tienen pensado abrir tres maestrías que adopten esta modalidad.

Otra de las falsas creencias es la necesidad de que exista una interacción directa con el maestro y con los demás estudiantes. Diana Polo es una barranquillera que viajó a Bogotá para estudiar Literatura en la Universidad Javeriana. Sin embargo, por problemas personales tuvo que regresar a su ciudad natal, y para continuar con sus estudios se matriculó en el programa virtual de la Autónoma de Buenaventura. Aunque esto le ha permitido estudiar sin alejarse de su casa, considera que hace falta la retroalimentación directa con los profesores, pues "los foros no son lo mismo". Ella también estudia Comunicación Social en la Universidad del Norte y dice que por ahora se queda con el modelo presencial.

Sin embargo, los expertos sostienen que aunque esta es una condición indispensable en la educación básica, en la profesional este contacto se puede obviar. Además, Unigarro explica que la formación en línea ha planteado nuevas formas de comunicación que también tienen ventajas. "Aunque en la educación presencial el estudiante puede resolver una duda de manera inmediata porque tiene al profesor en el salón, en la virtual se demora más pero la respuesta es más elaborada porque el docente tiene la posibilidad de profundizar más en la pregunta", señala.

Catalina Yepes es veterinaria de la Universidad de Antioquia y cursa el último semestre en la Especialización Médica en Pequeñas Especies Animales que ofrece esta misma institución por medio de la red. Según ella, a través de Internet existen otros medios de contacto, como Messenger o Skype, además de los foros de los cursos en los que cada estudiante deja su opinión y tienen discusiones a través de chats. Para Yepes, el posgrado virtual fue la única opción para seguir estudiando sin que los horarios de clase interfirieran con el trabajo en su consultorio. Aún así, aclara que la flexibilidad horaria no significa que la responsabilidad sea menor. "Hay un compromiso mayor de cada persona, porque tiene que cumplir con unas actividades semanales en una fecha determinada".

Para María Mercedes Ruiz, directora de la Unab virtual, las personas que optan por esta modalidad tienen que asumir un compromiso de responsabilidad con ellos mismos y desarrollar habilidades para ser autodidactas. "Una persona que necesita tener a un profesor encima para rendir no va a poder con un modelo virtual", comenta. Además, Ruiz señala que existen unos paradigmas según los cuales la educación tiene que ser cara a cara, y que la tecnología solo sirve para diversión. "Tenemos que romper con esta visión, y que los padres, por ejemplo, entiendan que no siempre que sus hijos están frente al computador están perdiendo el tiempo", dice. La Unab fue una de las pioneras en implementar el sistema virtual dentro de sus pregrados y además tiene convenios con universidades en el exterior que le permiten al estudiante de una carrera virtual obtener doble titulación, que es otra de las ventajas de los programas online.

Según Unigarro, el objetivo no es poner en una balanza cuál de los dos tipos de enseñanza es mejor sino presentar una opción para personas que por cuestiones de tiempo o distancia no pueden desplazarse hasta una institución. Posición que comparte la ministra Vélez, quien aclara que el objetivo no es reemplazar los programas presenciales en las universidades ni que todo el mundo tome clases por computador: "Es un tipo de formación que va muy bien para personas con ciertas dificultades, pero también para el estudiante gomoso de la tecnología que prefiere formarse a través de la red".